AL PAN, PAN Y AL VINO, VINO

No pudo haber llegado en mejor momento la reapertura del Cedom.

Cristopher Rivera
Columnas
Foto: Especial
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Hace unos meses atrás, para ser exactos en julio de 2019, se tomaba la decisión de cerrar el Cedom (Centro Deportivo Olímpico Mexicano), esto gracias a la falta de recursos económicos. En ese momento este complejo deportivo significaba bienestar puro para el atleta ya que era ahí donde se entrenaba y sacaba adelante su día a día.

De hecho cuando cerraron el Cedom muchos de nuestros deportistas se encontraban en vísperas de su participación en los Juegos Panamericanos de Lima; claro, al final muchos de ellos dejaron pasar por alto la situación y terminaron por entregar un resultado histórico en aquella competencia.

Hace seis meses de aquella situación. En el entorno del deporte mexicano había mucha incertidumbre pues no se sabía cuánto tiempo iba a estar cerrado el Cedom o si definitivamente ya no iba a abrir.

Otra vez el maldito dinero marcó la diferencia y no dejó maniobrar. Sin embargo lo más chistoso de todo es que sí lo había, no de manera descomunal, pero había manera de apoyar un poquito más. Ana Gabriela Guevara, titular de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte, dejó en ese momento capital bailando, y quién sabe dónde quedó. ¡Fue un decir: sí sabemos dónde quedó!

Los recursos

Pero afortunadamente siempre existe esa persona que se asoma por el deportista, que se interesa por su bienestar, que paga por los errores de los demás —opino desde mi experiencia periodística. Esa persona se llama Carlos Padilla Becerra, titular del Comité Olímpico Mexicano, quien tuvo la habilidad de conseguir capital de entidades deportivas internacionales así como de empresas privadas para poder reabrir el Cedom. Pero no solo eso: también consiguió becas económicas para el deportista.

Claro, ante esta magnífica obra Ana Guevara pronto abrió la boca para satanizar y decir, como es normal, muchas tonterías. Ya la quiero ver apoyando así a los nuestros —no a todos, claro, sino a sus consentidos. ¿Ana, qué tiene de malo pedir apoyo cuando tú te hiciste pato? ¿Qué tiene de malo trabajar bien? Deberías de aprender un poquito y dejar de dividir al deporte.

Don Carlos Padilla Becerra a lo largo de los últimos años, debo reconocer, ha sabido maniobrar ante el tsunami, ha sabido aprovechar sus contactos, pero sobre todo su experiencia para propiciar en el deporte lo más parecido a la “estabilidad”. Pero más aún: ha tenido que dar la cara por aquellos que no dan el ancho.

Al pan, pan y al vino, vino. Don Carlos Padilla, las cosas como son, se la ha rifado. Qué bueno que ha podido encontrar soluciones, y más cuando los Juegos Olímpicos de Tokio están a la vuelta de la esquina.

No pudo haber llegado en mejor momento la reapertura del Cedom, no pudo haber llegado en mejor momento el aliciente para los deportistas. Enhorabuena y ¡va por México!