CASA FARNSWORTH

Simple, sencilla y con una vista por todos lados espectacular.

Redacción
Todo menos politica
Foto: Especial
Foto: Especial

Por Sergio Pérezgrovas

Menos es más.

Ludwig Mies van der Rohe


Imagínate que viajas a Barcelona porque eres una prominente doctora, conoces una casa y quedas fascinada con los espacios. Tratas de conseguir el teléfono del arquitecto porque quieres hacer una parecida en tu país. Al final lo consigues.

Quieres una casa unifamiliar para fines de semana, a unos 90 kilómetros de Chicago,

junto al lago Fox. En 1947 convences al arquitecto de que te construya la casa pero este pone sus condiciones. Él te hace un presupuesto de más o menos 40 mil 800 dólares. Al final costará casi el doble, por lo que decides llevarlo a juicio, por varios años, para no pagarle. Al final acabas pagando todo. Nunca firmas un contrato. El arquitecto te diseña hasta los muebles. Hace lo que le da la gana: una caja de cristal con una sola entrada, todo el piso de mármol travertino, muy caro para la época (con un sistema de calefacción integrado al piso para los inviernos). Una cocina con lo que sería un pequeño refrigerador y una estufa. Como todo es de acero y vidrio no hay enchufes para la luz más que en el piso y por lo tanto no tiene ni una lámpara. Tendrás que usar velas. El lugar no tiene mosquiteros por ningún lado, así que en el verano pasas unos días horribles.

La casa no tiene muros, así que no puedes colgar ningún cuadro. La parte central es toda de madera y en el interior se encuentran dos pequeños baños, uno de visitas y otro para ti. No hay ni un clóset para poner tu ropa, no hay cuarto para dormir, así que tendrás que hacerlo en el piso, sobre todo por un problema en la columna que te aqueja desde hace muchos años. Y para terminar, aunque la casa está sostenida por ocho columnas de acero que la elevan más o menos 1.70 metros del suelo, cuando el río aumenta su caudal la casa se inunda.

Y, sin embargo, tu casa se vuelve la más icónica del siglo XX.

Me refiero a la Casa Farnsworth y al famoso arquitecto Ludwig Mies van der Rohe. De extraordinaria belleza y de lo que hoy se conoce como estilo racionalista, también llamado minimalismo. Simple, sencilla y con una vista por todos lados espectacular.

La casa de cristal

Tris entró en la pequeña casa de cristal y notó que todo el piso estaba lleno de sangre. Le tomó unos minutos descubrir el cuerpo en el cuarto de baño; fue una masacre. El cuerpo tenía como 100 perforaciones de bala: una verdadera coladera. Tris llamó al MP y vieron que el calibre era de una ametralladora de 50 milímetros. Lo más extraño es que no había ni un vidrio roto. Al parecer el asesino mató a su víctima afuera y luego embarró la sangre para despistar. Tris encontró el arma llena de huellas. Era un crimen pasional. Dio con el asesino en el banco de datos de la comisaría: un ex militar de poca monta a quien encontró por el rumbo de Tacubaya. Al dar con él este lo esperaba con una ráfaga de una Pax 100 Xiuhcoatl. Tris esperó a que terminara, sacó su Glock, apuntó y dio en el blanco.