EL FUTBOL SE UNE PARA RESCATAR AL LOBO MEXICANO DE EXTINCION

En el México prehispánico se consideraba mágico: simbolizaba fuerza y valentía.

Martha Mejía
Bienestar
Foto: Especial
WWF

En un esfuerzo conjunto entre México y la embajada del Reino Unido por salvar al lobo mexicano del peligro de extinción se lanzó la campaña #ProtegeALaManada, que lleva como líder al delantero mexicano Raúl Jiménez, quien actualmente juega en el equipo de futbol británico Wolverhampton.

“Para mí esto es muy importante, siendo yo el lobo mexicano en Inglaterra, llevando en alto el nombre de mi país. Es muy bonito para mí ser parte de este tipo de cosas”, indicó Jiménez durante una videoconferencia con los medios de comunicación.

Extinción

Desde inicios de 1930 los gobiernos de Estados Unidos y México deseaban terminar con los conflictos con ganaderos, gremio enfurecido por perder vacas y borregos debido al depredador tope de ese ecosistema.

Para 1970 ambas naciones reconocieron que ninguna manada canis lupus baileyi corría libre por los bosques de América del Norte.

Fue entonces —de acuerdo con Juan Arturo Rivera, investigador de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM— cuando Estados Unidos recurrió al trampero Roy McBride, famoso primero por cazarlos y luego por ayudar a salvarlos. De hecho el primer linaje de lobos en cautiverio lleva su apellido, McBride.

“El programa inició con la captura en el territorio mexicano de cinco lobos en vida silvestre. Estos fueron llevados en cautiverio a zoológicos de Estados Unidos para iniciar a través de ellos un programa de reproducción”, explica Rivera.

Agrega que pocos años después se incorporaron otros linajes como el Ghost Ranch y el Aragón, este último por ser un grupo de lobos criados en cautiverio en el zoológico de San Juan de Aragón. Estos tres linajes fueron los que fundaron la población de lobos que actualmente se tienen en el programa binacional.

En la década de 1990 los primeros ejemplares fueron liberados en la naturaleza de nuevo en Estados Unidos y años después en territorio mexicano, justamente en Sonora y Chihuahua.

Importancia ecológica

A diferencia de los lobos del norte la especie mexicana es más pequeña: tiene el tamaño de un perro mediano. Su altura varía de los 60 a 80 centímetros, mientras que su peso corporal promedio es de 33 kilogramos en machos y 27 kilogramos en hembras.

Los lobos mexicanos nacen ciegos y sordos hasta sus 65 días. Este animal era considerado mágico en el México prehispánico ya que simbolizaba valentía y fuerza, vinculándose con la diosa mexica del fuego, Chantico, y la deidad canina, Xólotl.

Se denominaba lobo gris mexicano por el color ceniza de su pelaje. La curiosidad de esta especie es que se asemeja mucho al perro ya que se comunican con el lenguaje facial y corporal. Aunque también es cierto que dentro de la manada se entienden principalmente por aullidos y mediante el olfato.

Es un animal de hábitos nocturnos. Acostumbra vivir en manadas de no más de doce ejemplares. Vive entre ocho y 13 años. Habita en el desierto de Sonora, en Chihuahua y en el centro de México hasta Texas, Nuevo México y Arizona.

Los lobos mexicanos se alimentan principalmente de venados cola blanca, pecarí de collar, liebres, de guajolotes silvestres, de otras especies de la zona, y de ganado, si este está disponible.

Por excelencia los depredadores tope activos dentro de un ecosistema, como el lobo, el puma y el jaguar, son un indicador de que los hábitats son integrales y funcionan bien.

“Lo que hacen los depredadores es mantener la salud de las poblaciones de sus presas. Por ejemplo remueven a los individuos enfermos. Se considera que en muchos lugares donde se están perdiendo los depredadores, una manera de aumentar la integridad de esos ecosistemas es reintroduciéndolos”, comenta José Eduardo Ponce, encargado de despacho de los temas de especies en riesgo de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp).

Campaña

La campaña, explica Jorge Rickards, director general de WWF México, pretende resaltar la importancia de la especie para la naturaleza y recaudar fondos para destinarlos a un programa interinstitucional de reintroducción de los lobos a su hábitat, con el objetivo de que el lobo se reproduzca y en unos años su situación sea de preocupación menor.

“Para ello se requiere que este cánido aumente su población y cuente con ecosistemas sanos donde vivir”, dice.

Al respecto la embajadora de Reino Unido en México, Corin Robertson, expresa: “Admiro esta iniciativa que Raúl Jiménez, en colaboración con los Wolverhampton y WWF, impulsa para la conservación de la especie. Definitivamente el futbol es uno de los lazos más fuertes entre México y Reino Unido. Y estoy segura de que juntos podremos involucrar a nuestras comunidades para generar conciencia y tomar acciones que contribuyan a la conservación de nuestra biodiversidad y sus ecosistemas”.

Agrega que el manejo sostenible de los recursos naturales ayuda además a combatir el comercio ilegal de vida silvestre, “una de las prioridades de Reino Unido”.

José Eduardo Ponce, de la Conanp, explica que “en el programa de recuperación del lobo participan instancias gubernamentales como la Semarnat, por medio de la Conanp y la Dirección General de Vida Silvestre, así como instancias gubernamentales de Estados Unidos, organizaciones de la sociedad civil y academia”.

Esto es, puntualiza, “un gran avance porque logramos recuperar una especie que estaba extinta en vida libre. Nuestro objetivo es sacar al lobo de la lista de especies en peligro y la meta que se ha planteado el equipo binacional es tener 200 lobos en vida libre en México y 300 en Estados Unidos, lo cual esperamos lograr dentro de 20 o 25 años”.

Retos

En Estados Unidos cuando los lobos salen de las áreas naturales protegidas son absolutamente vulnerables a la cacería ya que se permite exterminarlos fuera de las reservas naturales. En México, reconocen los especialistas, no es así: de ahí la importancia de mantener un trabajo estrecho y constante con los propietarios de los ranchos ganaderos donde se intenta recuperar estas poblaciones.

Como parte del proceso de reintroducción en la región se llevan a cabo diferentes estrategias de acercamiento con los propietarios de la tierra, que incluyen juntas informativas, reuniones personalizadas, talleres de capacitación con relación al manejo ganadero, obras para mejoramiento del hábitat y difusión de mecanismos que permiten la coexistencia para reducir la depredación de ganado y atención a reportes de depredación.

Este proceso, indican los expertos, requiere un acercamiento continuo con los productores para mostrarles que los lobos no son una amenaza y eventualmente podrían beneficiarse de su presencia.