EL EXTRAÑO Y MARAVILLOSO MUNDO DE LOS ALACRANES…Y SU VENENO

Se ha identificado a la toxina del alacrán como pieza clave en el posible tratamiento de diversas enfermedades.

Martha Mejía
Bienestar
Foto: Especial
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Los alacranes son animales muy antiguos, auténticos supervivientes: se calcula que existen en la Tierra desde hace 400 millones de años. Durante ese tiempo han desarrollado diversos mecanismos de defensa y adaptación, así como beneficios ecológicos y hasta médicos a través de su veneno.

Peculiares

Los alacranes pertenecen a la clase de los arácnidos. Llegan a vivir hasta 20 años. Comúnmente se les asocia con el desierto pero se pueden presentar en cualquier hábitat.

Las palabras alacrán y escorpión son sinónimos: la primera proviene del árabe al’aqráb y la segunda del latín scorpio -õnis. Actualmente en el país hay cerca de 400 especies.

“Debido a que México es un país megadiverso los podemos encontrar en casi todos los estados de la República. De hecho la Ciudad de México tiene dos especies endémicas”, señala en entrevista Diego Barrales-Alcalá, biólogo por la UAM y uno de los integrantes de la Colección Nacional de Arácnidos de la UNAM.

Agrega que generalmente la gente piensa que estos arácnidos viven en el desierto o donde hace mucho calor, “pero esto no es cierto: es un mito. Hay estados que pueden tener una mayor biodiversidad de especies; por ejemplo Oaxaca aloja a muchísimas especies”.

Su reproducción, indica Barrales, comienza cuando el macho busca a la hembra. “Se reconocen por medio de señales químicas que recogen del suelo con sus peines, órganos en forma de cepillo que tienen en la parte lateral del cuerpo; luego se sujetan de las tenazas; el macho se trepa a la hembra y comienzan un tipo de danza de apareamiento en la cual el macho jala a la hembra de atrás hacia delante, hasta colocar su paquete espermático o espermatóforo dentro de ella”.

Depende de la especie pero la gestación puede durar desde unos meses hasta poco más de un año. Las crías crecen dentro de la madre y nacen vivas, al momento del parto la madre las recoge en una forma de “canasta” y las sube a su dorso, donde se terminarán de desarrollar, mudarán y después abandonarán a su madre. De ahí la creencia de que los alacranes se comen a la mamá, porque a simple vista se ven restos de muda de las crías en el dorso. Sin embargo las crías no están desarrolladas como para atravesar la estructura de la madre.

Los alacranes tampoco son seres sociales, por lo que muy rara vez se ven más de dos juntos.

“Al igual que cualquier depredador los alacranes son fundamentales para las relaciones ecológicas debido a que depredan a otro tipo de organismos que pueden llegar a considerarse dañinos; por ejemplo cucarachas, langostas y grillos que se pueden convertir en plagas si es que no tienen un depredador que las regule”, expresa el aracnólogo.

Su piquete

De acuerdo con los especialistas no todos los alacranes resultan peligrosos para los humanos. En México son alrededor de 15 las especies que se consideran altamente tóxicas. Estas habitan en Jalisco, Morelos, Guerrero, Nayarit, Guanajuato, Michoacán, Puebla, Durango, Oaxaca y el Estado de México.

Regularmente en los estados colindantes con el Golfo de México los alacranes no son peligrosos para los humanos.

“Usualmente el alacrán peligroso es de color amarillo claro o color paja, también conocido como alacrán güero. Tiene manchas oscuras en el dorso que le dan un aspecto rayado. Los alacranes negros, como los que habitan en el Pedregal de San Ángel, en la Ciudad de México, no son peligrosos para los humanos. Pero ojo con el alacrán de Nayarit, que es de color oscuro rojizo: ese es el que tiene el veneno más potente de todos los alacranes de México. Se llama Centruroides noxius”, comenta Diego Barrales.

Otro mito, dice, es que son agresivos, pero los alacranes al igual que los demás arácnidos pueden reaccionar picando a la persona al sentirse intimidados o presionados. “Generalmente todos los eventos que involucran una mordedura de alacrán se dan por encuentros accidentales”.

Hay síntomas, agrega Barrales, que nos hablan de un riesgo grave tras su picadura, como calambres, dolor abdominal, dolor de cabeza, dificultad para respirar… En este caso es de suma importancia recibir atención médica adecuada lo más pronto posible.

Antiveneno

De acuerdo con Ernesto Ortiz Suri, del Instituto de Biotecnología (IBt) de la UNAM, no existe medicina alternativa que ayude en estos casos. La única solución inteligente es la aplicación del antiveneno.

“En 1994 empezó la campaña nacional por el uso de antiveneno. Con ello se abatió completamente el número de muertes; el suero antialacrán es completamente seguro. Pero entonces ¿por qué se siguen muriendo entre 60 y 80 personas al año? Eso es porque la gente sigue aplicando remedios caseros contra las picaduras de alacrán. Para cuando llegan al hospital ya están tan intoxicados que ni el antiveneno puede salvarlos. Desgraciadamente son las cuestiones culturales las que matan”, señala durante la conferencia Mata o sana el veneno de alacrán, impartida durante la 41 Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería.

Explica que hasta hace unos años se necesitaban alrededor de 500 alacranes para una dosis de suero. “Teníamos que recolectar los animales de la naturaleza, ordeñarlos para recolectar su veneno y a partir del veneno obteníamos la toxina con la que se inmunizaba a los caballos. Esto era insostenible. Llegaban al laboratorio cajas llenas de alacranes. A veces teníamos cinco mil alacranes en el laboratorio”.

A fin de no extraer cantidades exorbitantes de alacranes de su medio el equipo de investigadores del que Ortiz Suri es parte concibió un nuevo método mediante el cual se reproducen las toxinas del veneno de alacrán usando tecnología de ADN recombinante, es decir, por medio de ingeniería genética en el laboratorio.

“Lo que hacemos ahora es tomar un alacrán, meter su información genética en bacterias, que producen las toxinas. Las bacterias se pueden conservar en el laboratorio, reproducirlas, obtener la cantidad de antiveneno que se requiera, sin la necesidad de sacar a tantos animalitos de la naturaleza. Esto es algo que se patentó y se trasladó a la compañía que produce los antivenenos”, puntualiza.

Mata o cura

Tras largas investigaciones científicos del IBt de la UNAM encontraron en el veneno de alacrán un antibiótico contra la tuberculosis. Se trata de dos compuestos capaces de combatir a cepas de esta afección, resistentes a antibióticos, y a la bacteria Staphylococcus aureus, también conocida como estafilococo dorado.

Además los expertos descubrieron que dichos compuestos son efectivos para inhibir el crecimiento de células cancerígenas.

Desde hace un par de décadas el grupo de investigadores que lidera el doctor Lourival Posan, del IBt, ha identificado al veneno de alacrán como pieza clave en el posible tratamiento de enfermedades autoinmunes, como la soriasis, la artritis reumatoide, la esclerosis múltiple y el paludismo. Por este último consiguió un patrocinio por parte de la Fundación Bill y Melinda Gates para continuar sus investigaciones, además de diversos reconocimientos a escala mundial.