LA FUERZA DE JÓVENES Y MUJERES

Marcha de mujeres CDMX y marcha de estudiantes en Puebla.

Antonio Caporal
Política
Foto: Especial
Cuartoscuro

Las movilizaciones sociales de los últimos meses muestran nuevos rostros: los de jóvenes, sobre todo estudiantes, y los de mujeres de todas las edades, estratos y niveles educativos; dos sectores que reclaman oportunidades, equidad, respeto e inclusión, pero sobre todo seguridad y justicia.

Aquellas tradicionales marchas por el respeto al voto, derechos laborales, defensa de la tierra, reclamo de apoyos o servicios públicos dan hoy paso a marchas y plantones de dos grupos que no con frecuencia salían a las calles, y menos aún con tan importante poder de convocatoria: jóvenes y mujeres.

Hoy ambos despiertan conciencias por lo justo de sus reclamos; ganan simpatías por su espontaneidad, transparencia y alejamiento de los partidos o grupos facciosos; impactan al poder político por el gran alcance de sus convocatorias, y crecen día a día ante la indiferencia o nula respuesta que reciben de los destinatarios de sus exigencias: cuando no burdas, iracundas y deleznables descalificaciones de quienes no están de acuerdo con ellos.

Pareciera que pocos lo han notado pero las cifras están ahí para quien quiera verlas: son dos sectores que históricamente definen elecciones y en 2021 no será diferente cuando alrededor de dos millones y medio de jóvenes —aproximadamente 52% de ellos mujeres— voten por primera vez; y menos aun cuando en 2024 alrededor de cinco millones —igualmente casi 52% mujeres— sufraguen por vez primera para elegir al presidente de la República.

Voto joven

En septiembre de 2018 un grupo de estudiantes del CCH Azcapotzalco de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) fue agredido en la explanada de la Rectoría en Ciudad Universitaria por “porros” de otros planteles, situación que movilizó a toda la comunidad universitaria porque este ataque se sumaba al asesinato y agresiones a jóvenes de otras escuelas de la Máxima Casa de Estudios.

La violencia continuó y algunos casos llamaron más la atención. Por ejemplo el asesinato en junio de 2019 de Leonardo, estudiante de la Universidad Intercontinental en la Ciudad de México, que provocó una gran movilización de la comunidad de su casa de estudios.

Sucesos como el asesinato de jóvenes, algunos de ellos menores, en Uruapan, Michoacán, en febrero de este año, mantuvieron viva la demanda de seguridad para este sector.

Y llegó el homicidio en Puebla de tres jóvenes que cursaban la carrera de Medicina, a finales de febrero pasado, lo cual dio origen a la más grande movilización de estudiantes que se haya realizado en la capital del estado.

Todo ello sin olvidar los paros de labores que se han presentado en prácticamente todos los planteles de la UNAM motivados por las quejas de la comunidad universitaria femenil que demanda poner fin al acoso y violencia que contra las mujeres cometen trabajadores, profesores y alumnos de la Máxima Casa de Estudios.

De acuerdo con la Red por los Derechos de la Infancia en México “todos los días un promedio de tres menores son asesinados y otros cuatro desaparecen” en nuestro país, la gran mayoría de estos casos a causa de las agresiones de integrantes del crimen organizado.

Por otro lado la encuesta Jóvenes en México 2019, del Observatorio de la Juventud Iberoamericana, revela que 40% de los jóvenes que dejan de estudiar lo hacen “por necesidad de trabajar” y 18% por “responsabilidades tempranas” como el embarazo o tener que cuidar a un familiar.

Dicha encuesta también nos indica que menos de 40% tiene expectativas de concluir estudios profesionales; de hecho la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) indica que aproximadamente 17% de los mexicanos son los que logran acceder a estudios universitarios.

Este es solo un breve panorama de la problemática juvenil. La pregunta es: ¿vale la pena para los políticos voltear a verlos? Definitivamente sí, si aspiran a tener logros electorales.

En 2000 Vicente Fox ganó la elección presidencial con 42% de los votos pero en el sector de los jóvenes, es decir, los electores de entre 18 y 29 años, recibió el apoyo de casi 50% de ellos. El candidato del PRI recibió alrededor de 20% de los votos de los jóvenes ese año.

En contraste en 2012 el PAN perdió el apoyo de los jóvenes, sector del cual solo obtuvo alrededor de 30% de la votación. Como bien sabemos su candidata presidencial perdió los comicios, en tanto que el candidato del PRI recuperó un importante porcentaje del voto joven: 32% de estos electores optaron por el priista Enrique Peña Nieto, quien ganó con 38% de la votación.

De acuerdo con un estudio publicado por la Revista Mexicana de Ciencias Sociales de la UNAM en enero de 2015, en 2012 al menos 30.4% de los jóvenes se identificaba con el PRI, 19% con el PAN y 18% con el PRD.

En 2018 la ecuación se modificó: sabemos que Andrés Manuel López Obrador triunfó con 52% de la votación y la encuesta de salida de la empresa Parametría revela que en el rango de 18 a 25 años el actual presidente obtuvo 55% de la votación y en el de 26 a 35 años alcanzó hasta 63% de los sufragios.

En esos mismos rangos el candidato del PRI apenas logró 11 y 8%, respectivamente, en tanto que el candidato del PAN consiguió 18 y 25%, respectivamente.

Cabe señalar que el rango de 18 a 24 años es el que más altos niveles de participación registra en los comicios, con tasas de entre 62 y 65%, toda vez que les llama la atención votar por primera vez. Su media nacional de participación es de 60% en elecciones presidenciales.

Otro dato que debe resaltarse es que el rango de 18 a 34 años representa 33% del total de inscritos en la Lista Nominal de Electores.

¿Qué nos revelan las recientes mediciones elaboradas por distintas casas encuestadoras? Pues que el candidato ganador en 2018 y actual presidente ha visto disminuir sus índices de popularidad, sobre todo en los jóvenes.

Por ejemplo la encuesta de Buendía & Laredo difundida a finales de febrero revela que mientras en 2019 casi 79% de jóvenes universitarios aprobaba el trabajo del presidente, en este 2020 solo 43% avala el desempeño del primer mandatario.

A su vez otra encuesta de un medio nacional publicada a principios de este mes de marzo expone que los jóvenes sin partido le dan una aprobación al presidente de solo 33%, en tanto que los jóvenes simpatizantes de Morena le dan una aprobación de 58%, cifra que tampoco le es muy favorable.

Un último dato: en las elecciones federales y 32 locales de 2021 votarán por primera vez alrededor de 2.5 millones de jóvenes, y en 2024 serán aproximadamente cinco millones los que acudan por vez primera a elegir al presidente.

Las mujeres votan más

En el caso de las mujeres se trata de un sector bastante molesto con la actual administración federal y de ello dan cuenta las grandes movilizaciones registradas recientemente en las principales ciudades del país, fundamentalmente la Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara.

La demanda unánime es poner fin a los feminicidios, que actualmente promedian diez al día, y terminar con la discriminación y acoso hacia las mujeres.

De acuerdo con el Estudio censal de la participación ciudadana en las elecciones federales de 2012, elaborado por el entonces Instituto Federal Electoral, en los comicios presidenciales de aquel año se observó que la tasa de participación de las mujeres fue de 66.08%, mientras que la de los hombres fue de 57.77%, es decir, el sector femenino superó en ocho puntos porcentuales al sector masculino.

Asimismo tenemos que de acuerdo con la encuesta de salida elaborada por la empresa Parametría 41% de los votos de las mujeres fueron para el candidato presidencial del PRI, 29% para el del PRD y 27% para la candidata del PAN.

Como bien sabemos aquella elección de 2012 la ganó el priista con 38% de la votación, el segundo lugar fue para el entonces perredista con 31.6% y el tercero para la panista con 25.4% de los sufragios. La relación triunfo electoral-respaldo femenino es evidente.

La pasada elección presidencial nos muestra una tesis semejante. De acuerdo con el Estudio muestral sobre la participación ciudadana en las elecciones federales de 2018 elaborado por el Instituto Nacional Electoral “las mujeres votan más que los hombres: 66.2 contra 58.1%, una diferencia de ocho puntos porcentuales”.

¿Y qué pasó en 2018? La encuesta de salida de Parametría indica que 49% del voto femenino fue para el candidato presidencial de Morena, 23% para el del PAN y 19% para el del PRI. Como bien recordamos el candidato morenista ganó con 52% de la votación.

Regresando a la encuesta de un diario de circulación nacional tenemos que esta reflejó que en noviembre de 2019 el presidente de la República tuvo una aceptación de 27.8% entre las mujeres y para febrero de este año tuvo una aprobación de 24.6% entre el sector femenino.

Por otro lado una reciente encuesta de Mitofsky señala que 54.5% de la gente considera que los feminicidios han aumentado y 23.9% estima que este problema sigue igual.

Otro dato que ofrece Mitofsky es que el presidente de la República tuvo en febrero de 2019 una aprobación de 67.1% y en febrero de este 2020 cayó a 55.6%, mientras que la desaprobación al primer mandatario era de 28.4% en febrero del año pasado y en el pasado mes fue de 44 por ciento.

Para el director de esta encuestadora, al igual que para la mayoría de sus colegas y analistas políticos, la situación es clara: “En mujeres y jóvenes es donde se presenta el decremento”.

En 2021 votarán por primera vez alrededor de 2.5 millones de jóvenes.

En 2021 votarán por primera vez alrededor de 1.3 millones de mujeres.

En 2024 votarán por primera vez alrededor de cinco millones de jóvenes.

En 2024 votarán por primera vez alrededor de 2.6 millones de mujeres.