MANOS LIMPIAS EN EL DÍA MUNDIAL DEL AGUA

Baja California Sur es la entidad con el mayor grado de estrés hídrico, con una puntuación de 5, la máxima posible.

Martha Mejía
Bienestar
Foto: Especial
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Lavarse las manos es esencial para contener la propagación del COVID-19 y muchas otras enfermedades infecciosas. Por desgracia, casi tres mil millones de personas en el mundo no cuentan con este insumo contra el coronavirus.

En México la situación no es muy diferente: solo 58% de la población tiene agua diariamente en su domicilio, mientras que al resto le llega solo algunos días de la semana, de acuerdo con el borrador del Plan Nacional Hídrico 2019-2024, en el que se menciona que en Guerrero y Chiapas se da la mayor mortalidad infantil por enfermedades diarreicas, 48% de ellas evitables con medidas de higiene, acceso al agua potable e instalaciones de saneamiento.

El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social apunta que en 2018 la cobertura en la infraestructura de agua potable fue de 92.8%. El balance indica que contar con acceso a la red de distribución del líquido no garantiza que la población tenga disponibilidad efectiva de ella en sus viviendas.

Refiere que, en el caso de la Ciudad de México, pese a que 96.7% de las viviendas tiene tomas de agua, a 79.6% le cae diario y el resto dispone de ella algunos días.

En Morelos, Chiapas, Puebla, Guerrero y Oaxaca menos de la mitad de las viviendas que cuentan con toma domiciliaria conectada a la red pública tienen agua diariamente, señala el Consejo.

De ahí que el Día Mundial del Agua 2020 tenga como tópico especial #ManosLimpias en el #DíaMundialDelAgua.

Enfoque

Este día se conmemora el 22 de marzo de cada año desde 1993. Es una celebración de las Naciones Unidas que se centra en la importancia del agua dulce. La idea se remonta a 1992, año en que tuvo lugar la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo en Río de Janeiro. A este día mundial se le añadirían posteriormente eventos anuales en torno del agua, como el Año Internacional de Cooperación en la Esfera del Agua 2013; e incluso decenios de acción como Agua para el Desarrollo Sostenible, 2018-2028.

Todo ello, según António Guterres, secretario general de la ONU, no hace sino reafirmar que las medidas hídricas y de saneamiento son clave en la reducción de la pobreza, el crecimiento económico y la sustentabilidad ambiental.

“Exhorto a todos los interesados a que redoblen las medidas climáticas e inviertan en sólidas medidas de adaptación para la sustentabilidad del agua. Si se limita el calentamiento global a 1.5 grados centígrados el mundo estará mejor plantado para gestionar y resolver la crisis del agua que todos enfrentamos”, expresa.

Este año el Día Mundial del Agua se centra en el tema “Agua y cambio climático” ya que 2020 es un año decisivo para la acción climática y “este enfoque es oportuno”, comenta el secretario general de la ONU.

Agua y cifras

De acuerdo con Naciones Unidas hoy hay dos mil 200 millones de personas en el mundo que no tienen acceso al agua potable y cuatro mil 200 millones viven sin saneamiento adecuado. Se prevé que los efectos del cambio climático incrementarán esas cifras, a menos que se actúe con urgencia.

También prevé que para 2050 entre tres mil 500 y cuatro mil 400 millones de personas tendrán acceso limitado al agua, de las cuales más de mil millones vivirán en ciudades.

Y es que el mundo ha visto una serie de crisis tangibles dentro de las urbes en los últimos años. Por ejemplo, el Día cero —el día en el que el abasto de agua se termina—, que ha amenazado a las principales ciudades del mundo, desde Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, hasta Sao Paulo, en Brasil, o Chennai, en India.

“Estos son solo algunos ejemplos de cómo el estrés hídrico puede afectar a las personas, las empresas y nuestra forma de vida”, dice Gabriela Morales, gerente de Gestión Hídrica e Infraestructura Verde del Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés) en México.

Las razones de estas crisis, señala la especialista, son mucho más profundas que la sequía. Así lo demuestra el WRI, que descubrió que las extracciones de agua en todo el mundo se han más que duplicado desde 1960 debido a la creciente demanda y no muestran signos de desaceleración.

Datos arrojados por su herramienta Aqueduct revelan que son 17 países, donde vive una cuarta parte de la población mundial, los que enfrentan niveles extremadamente altos de estrés hídrico ya que la agricultura de riego, las industrias y los municipios extraen en promedio cada año más de 80% de los suministros de agua disponibles.

La herramienta revela que doce de los 17 países con mayor escasez de agua se encuentran en Oriente Medio y África del Norte: Qatar, Israel, Líbano, Irán, Jordania, Libia, Kuwait, Arabia Saudita, Eritrea, Emiratos Árabes, San Marino, Bahrein, India, Pakistán, Turkmenistán, Omán y Botsuana.

“Para empezar, la región es cálida y seca, por lo que el suministro de agua es bajo, pero las crecientes demandas han llevado a los países a un estrés hídrico extremo”, indica Morales.

¿Y México?

México se ubica en el lugar 24 de 164 países en la categoría de “alto estrés hídrico” ya que consume anualmente entre 40 y 80% de su agua disponible, de acuerdo con la herramienta de WRI.

Aqueduct establece que Baja California Sur es la entidad con el mayor grado de “estrés hídrico”, con una puntuación de 5, que es la máxima posible.

Muy de cerca la siguen Guanajuato (4.94), Ciudad de México (4.90), Aguascalientes (4.81), Estado de México (4.76), Querétaro (4.71), Hidalgo (4.63), Chihuahua (4.63), Zacatecas (4.63) y Sonora (4.60).

El estrés hídrico se calcula tomando en cuenta el porcentaje que una ciudad, región o país consume del total del agua disponible en un año.

De acuerdo con datos de la Comisión Nacional del Agua, del 1 de enero al 8 de marzo de 2020 se han acumulado 50.1 milímetros de precipitaciones, lo que representa un déficit de 9.4% con respecto del promedio histórico del primer trimestre.

Sin embargo, al tomar en cuenta las precipitaciones desde el 1 de octubre de 2019 al 8 de marzo de 2020, se han acumulado 242.2 mm, lo que significa un superávit de 39.5% con respecto del promedio histórico de esos seis meses.

Durante la sesión informativa del Comité Nacional de Grandes Presas se detalló que el almacenamiento medio de las tres principales presas del Sistema Cutzamala, El Bosque, Villa Victoria y Valle de Bravo es de 77.2% de su capacidad, lo que supera el promedio para esta fecha, de 73.6% del sistema que abastece a la Zona Metropolitana del Valle de México.

El organismo detalló que la presa El Bosque se encuentra con 119 hectómetros cúbicos de agua, es decir, a 59.1% de llenado; mientras que la presa Villa Victoria está a 69.4% de su almacenamiento con 129 hectómetros cúbicos de agua, y la presa Valle de Bravo se encuentra con 90.1% de llenado con 355 hectómetros cúbicos, lo que da un volumen entre las tres de 604 hectómetros cúbicos, es decir, se encuentran a 77.2 % del almacenamiento.

Reto en la CDMX

En la Ciudad de México cada vez resulta más difícil potabilizar el agua para que llegue a cada uno de los hogares. Factores como infraestructura obsoleta, más de 40% de fugas en el suministro, además de que apenas más de la mitad de la población paga los servicios, hacen que esta labor se vuelva titánica al tratar de abastecer a casi nueve millones de personas que habitan el Valle de México.

De acuerdo con los especialistas los retos no son menores: significan cambios puntuales tanto en la gobernanza del sector como en el uso de tecnificación, además del continuo mantenimiento de las diferentes redes.

Según el Sacmex diariamente entran a la red de agua potable 32 mil litros por segundo, los cuales serían suficientes para abastecer 300 litros por habitante, pero la realidad es que el consumo promedio apenas llega a 177 litros debido al desperdicio.

“Hay una eficiencia de 60% en el suministro de agua potable en la capital; o si se quiere ver de otra forma, un desperdicio de 40% del caudal. Las pérdidas se originan por la obsolescencia de la red conductora, la cual tiene una antigüedad de 50 años, por lo cual a partir de 2019 se ha comenzado a trabajar en la sustitución para poder recuperar ese suministro, vital en temporadas en que se producen pocas lluvias”, afirma Rafael Bernardo Carmona, coordinador general del Sistema de Aguas de la Ciudad de México.

Se debe contar, dice, con información precisa; y eso solo se hace con tecnología adecuada respecto de cómo se mueve el agua dentro de los conductos o no habrá una guía para recuperar los caudales perdidos.

De acuerdo con Ramón Aguirre Díaz, consultor especialista en agua potable, actualmente se tiene “una coyuntura muy compleja ya que los subsidios han disminuido de manera sustancial para el sector; tenemos una reducción de 83%; por otra parte, las tarifas de cobro a los usuarios son muy bajas; por ende, el gran reto es cómo generar los recursos suficientes para poder modernizar al sector”.

De acuerdo con organismos internacionales la tarifa del costo del agua por mes debe ser equivalente a un día de trabajo, es decir, a 3% de los ingresos familiares. Este, comenta Aguirre, puede ser un primer paso para garantizar el servicio, junto con una vigilancia ciudadana para que los recursos se destinen a atender el servicio de agua.

Otro reto, expresa, es generar una visión a largo plazo. “Pasa que el tema del agua no es muy vistoso, requiere de muchos recursos, no es barato; llega el momento en que el drenaje en una calle puede salir más caro incluso que pavimentar esa misma vialidad. La diferencia es que mientras que las inversiones en agua se entierran, hay obras más vistosas, como los puentes o los parques”.

Agrega que es imposible pensar que un problema de agua se resolverá en dos años. “No hay ninguna ciudad que la resuelva en dos años, son planes que requieren un esfuerzo sostenido de 25, 30 o hasta 40 años”, advierte.

¿Qué hacer?

No obstante las cifras diversos especialistas señalan que el estrés hídrico no es destino. Como cualquier desafío su solución depende de asuntos de gestión. Incluso los países con estrés hídrico relativamente alto han asegurado sus suministros de agua por medio de una gestión adecuada.

Por ejemplo Arabia Saudita, clasificada por Aqueduct en el puesto 8 por estrés hídrico, le pone precio al agua para incentivar su conservación. Su nuevo programa Qatrah (“Gotita”, en árabe) establece objetivos de conservación del agua y tiene como objetivo reducir su uso en 43% durante la próxima década.

Por su parte Namibia, uno de los países más áridos del mundo, ha transformado sus aguas residuales en agua potable durante los últimos 50 años.

Y Australia casi redujo a la mitad su uso doméstico de agua para evitar su propio Día cero durante la llamada sequía del milenio en 2000. El esquema de comercio de agua de este país, el más grande del mundo, permite la asignación inteligente de agua entre los usuarios frente a la variabilidad de los suministros.

Todavía hay soluciones.