EL DECAMERÓN REGIÓN 4

Si te sientes poco enfermo, no te automediques.

Juan Pablo Delgado
Columnas
Foto: Especial
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¡Llegó el imperio del COVID-19! Pero ya que estamos en cuarentena emulemos mejor a Giovanni Boccaccio y contemos historias de amor, fortuna y epidemias. Yo empiezo.

Hace dos meses me enfermé de una fiebre que me zarandeó durante una semana (no era coronavirus, que conste). Quizá fue mi edad o quizá los excesos y vicios, pero pocas veces había pasado más de cinco días en calidad de pantufla vieja. Si de algo puedo jactarme es de tener un sistema inmunológico entrenado por el Mossad: entra un bicho a mi cuerpo y mis células blancas lo hacen pedazos.

El gran drama vino después: mi novia se enteró de mi padecimiento y entró en cólera, acusándome de “inconsiderado”, “necio” y “patán” por rehusarme a visitar a un médico. Como hombre sensato hice una retirada táctica y decidí acudir con un doctor al día siguiente. Su veredicto: “Tienes fiebre y la garganta inflamada, toma estos antibióticos y antigripales”.

Sin decirle a mi mujer decidí ignorar la parte de los antibióticos. Dormí doce horas dopado con paracetamol y amanecí como nuevo al día siguiente. Mi novia se enteró de todo y aún me recrimina por los antibióticos.

¿Cuál es la moraleja? Hay dos: no discutan con su mujer por tonterías; y nunca jamás tomen antibióticos si no tienen un diagnóstico grave.

Fármacos

Ahora que vivimos bajo la sombra de una epidemia global este tema vuelve a ser apremiante. ¡La gente se está medicando en exceso! Esto no solo debilita nuestros sistemas inmunológicos sino que permite el surgimiento de superbacterias que resisten a los fármacos y amenazan con destruir a la civilización.

Ahí les van un par de cifras, cortesía de la CDC y la OMS.

1. Cada 15 minutos una persona en Estados Unidos muere por una infección que no pudo ser tratada con antibióticos. Esto suma 35 mil muertes al año.

2. Más de 700 mil personas mueren anualmente en todo el mundo por enfermedades que resistieron a los medicamentos.

3. Si no hacemos cambios radicales podríamos sumar diez millones de muertes a causa de resistencia antibiótica en 2050.

La periodista Sigal Samuel explica en VOX: “La resistencia a los medicamentos sucede cuando usamos antibióticos en exceso en humanos, animales y cultivos. Un nuevo antibiótico puede tener excelentes resultados pero las bacterias se adaptan. Poco a poco el antibiótico se vuelve menos efectivo y nos queda una enfermedad que no sabemos cómo tratar”. Un culpable son doctores que recetan antibióticos para casos que no los requieren y ni se benefician de ellos, como resfriados y gripes.

Hoy nuestro enemigo número uno es el COVID-19 (un virus). Pero si algo sabemos de este bicho es que tiene una tasa de letalidad baja, donde incluso 95% de los infectados son asintomáticos (80%) o tienen reacciones moderadas (15%). Esto quiere decir que no existe ninguna razón para caer en delirios fatalistas.

¿Qué les intento decir? Que es vital y fundamental no caer en pánico con el mentado virus y confiar en nuestro sistema inmunológico para sortear esta crisis. Imaginen que es cualquier gripe que hayan sufrido en el pasado: si te sientes poco enfermo no te automediques, quédate en casa, toma electrolitos y duerme doce horas. Ojo: si tus síntomas son graves, por bondad, visita al médico.

Pero crear pánico, cerrar la economía y dañar a ese 95% que no está en riesgo es absurdo. La racionalidad es lo único que nos va a salvar de esta crisis. Y al final esto aplica igual con los antibióticos: solo siendo inteligentes y evitando el pánico evitará que nos mediquemos como idiotas, previniendo en el proceso la aparición de las superbacterias que acabarán (quizá) con el mundo.

Recuerda: ¡solo tú puedes evitar el apocalipsis!