MÉXICO ENTRA EN FASE 2 FRENTE A LA PANDEMIA DE COVID-19

Es inminente que en el transcurso de las siguientes dos semanas aumente de manera exponencial el número de personas contagiadas.

Lorena Ríos
Política
Foto: Especial
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México entró ya en la fase 2 de la emergencia frente a la propagación del COVID-19. Esta se caracteriza por la existencia de “contagios comunitarios”, es decir, ya no provenientes del extranjero. Ahora las autoridades sanitarias deben establecer medidas para los siguientes 30 a 40 días, lapso en el que prevén habrá una menor transmisión del nuevo coronavirus, lo que no significa sin embargo que se concluya con la epidemia de un día para otro sino que cada día habrá menos casos.

Entre las medidas que deben llevarse a cabo en la fase 2 destacan: proteger y cuidar a los adultos mayores, evitar realizar reuniones de 50 personas o más, suspender actividades laborales que involucren la movilización de personas en todos los sectores de la sociedad e intensificar las acciones de higiene básicas de prevención.

La Subsecretaría de Prevención y Promoción de la Salud advirtió que es inevitable que México entre durante los próximos días en la fase 3 de la epidemia, pero afirmó que si se cumple con la Jornada nacional de sana distancia se disminuirá el número de casos que requieran hospitalización.

La autoridad sanitaria manifestó que lo deseable es que se pudieran aplicar las medidas extremas para reducir la socialización y evitar el crecimiento exponencial en el número de contagios de coronavirus, pero con una sociedad como la de México, donde prevalece la desigualdad, se dañaría a los más desprotegidos.

Puntualizó que otras regiones, como Europa, “tienen un nivel de vida diferente al de México, donde prevalece una desigualdad social y económica, y la mitad de la población vive en condiciones de pobreza”.

Para la dependencia sanitaria en un extremo se requiere que no se mueva a la gente, que no esté en el espacio público, que no trabaje y que no esté en la escuela para fines de salud pública a fin de cortar la transmisión del coronavirus.

Aclaró que “en el momento en que la curva crezca exponencialmente ya no se puede parar la epidemia, como sucede en Italia, España y otros países de Europa y en Estados Unidos, donde se duplican los casos”.

De igual forma presentaron el personaje Susana Distancia que ayuda a trazar un radio de 1.5 metros para evitar el contagio y recomendaron acudir al médico en caso de presentar síntomas, principalmente si la persona supera los 65 años, está embarazada o presenta alguna enfermedad crónica (diabetes, hipertensión, obesidad, pulmonar, cardiovascular y renal).

Hasta el cierre de esta edición el director general de Epidemiología, José Luis Alomía Zegarra, informó que aumentaron los casos de COVID-19 en el país, al sumar XXX(((LAS CIFRAS SE ACTUALIZARÁN A LAS 19:00 HORAS))) casos positivos de la enfermedad y XXX fallecimientos; 80% ocurrieron en hombres y 20% en mujeres.

Todos ellos, indicó, estuvieron asociados con problemas de obesidad, diabetes, hipertensión, insuficiencia renal crónica y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).

Adultos mayores

En este escenario los casi 13 millones de adultos mayores en México representan el sector más vulnerable ya que la mayoría presenta al menos una enfermedad crónica como diabetes, hipertensión arterial sistémica, obesidad, enfermedad cardiovascular o cáncer, que ante la infección por el nuevo coronavirus provocan que las complicaciones resulten más severas.

Datos a escala mundial revelan que en Italia la tasa de letalidad es de 9.6% entre los septuagenarios, de 16.6% entre los octogenarios y de 19% entre los nonagenarios. Son resultados similares a los reportados en China, con casi 15% de mortalidad entre los mayores de 80 años.

La Encuesta nacional de la dinámica demográfica (INEGI, 2018) revela que varios de los problemas de salud que padecen los adultos mayores son atribuibles a la edad, pero muchos de ellos se deben también a los malos hábitos durante las etapas previas de su vida, los cuales se potencializan por la edad. Disponer de servicios de salud permite mejorar la calidad de vida de este grupo de la población.

En México 85.4% de los adultos mayores que viven solos está afiliado a una institución de servicios de salud. De ellos 44.1% está afiliado al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS); 40% estaba en el Seguro Popular, ahora Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) e IMSS Bienestar; 14.8% es derechohabiente del ISSSTE; 2.1% está en Pemex, Sedena o Marina, y 2.8% en el sector privado.

Para prevenir una avalancha de casos de adultos mayores en los servicios sanitarios el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció la firma de un decreto para que tanto en el sector público como en el sector privado se les otorgue permiso a fin de que puedan estar en su casa con goce de sueldo y con todas las prestaciones para cuidarlos así de la pandemia de COVID-19.

“Solicito a todos los empresarios que se solidaricen, que puedan irse a sus casas los adultos mayores, los que tengan, repito, diabetes, hipertensión, que tengan padecimientos renales, mujeres embarazadas; que se cuiden; a sus casas; pero voy a repetir, a cuidar a los adultos mayores en sus casas”, pidió el mandatario.

El decreto fue publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF) horas después de que el presidente anunció la firma del documento para solicitar a todos los empresarios e instancias gubernamentales que se solidaricen con estos sectores de la población, que son los más vulnerables ante la epidemia.

Aumentarán los casos

Es inminente que en el transcurso de las siguientes dos semanas en México aumentará de manera exponencial el número de personas contagiadas por el nuevo coronavirus, aseveró César Hernández Guerrero, químico bacteriólogo parasitólogo y académico del Departamento de Salud de la Universidad Iberoamericana (UIA).

Detalló que de las naciones en las que esta enfermedad ha entrado en fase uno (los infectados contrajeron el virus en otro país) o en fase 2 (cuando hay transmisión entre habitantes locales), hasta el momento solo Rusia y Corea del Sur han logrado detener su propagación al imponer medidas drásticas de aislamiento, que implicaron cerrar sus fronteras e impedir a la gente ir a sus trabajos y escuelas para obligarla a permanecer en sus casas, lo que ha permitido reducir los índices de contagio y mantener bajo el número de muertes por COVID-19.

Aunque el investigador no considera del todo posible replicar eso en México para contener al coronavirus, porque es difícil parar por completo las actividades cotidianas, por ejemplo, de los 20 millones de personas que habitan la Zona Metropolitana del Valle de México, expresa que no se debe asumir la postura de que no pasa nada y, por el contrario aceptar que es imperativo, para evitar la propagación de esta enfermedad, iniciar el distanciamiento y aislamiento social, que en el mejor de los casos podría durar doce semanas, es decir, tres meses.

De igual forma la especialista en epidemiología Frida Rivera Buendía explicó que el periodo de incubación del virus que provoca el COVID-19 es de entre cinco y siete días, tiempo en que se replica en el cuerpo y puede contagiarse a otros individuos. “El número de personas infectadas con coronavirus sigue creciendo, por lo que no podemos quitar el dedo del renglón de las medidas preventivas y de contención de manera muy estricta”, añadió.

La académica de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) sostuvo que el impacto está en función de cómo las personas se comporten ante el brote, debido a que si no se siguen las precauciones recomendadas el contagio será mayor y empezará la transmisión de persona a persona sin antecedente de exposición. “Entonces nos podríamos enfrentar a miles de enfermos”, advirtió.

Además, mencionó, los servicios de salud se saturarían y México no tendría suficientes camas de hospital para atender a todas las personas que pudieran requerir una atención especializada.

Y es que las personas con diabetes mal controlada tienen mayores probabilidades de presentar la enfermedad del COVID-19, más grave y hasta letal, comparadas con quienes llevan un buen control de su enfermedad.

Recomendaciones

Las cifras elevadas de glucosa y las infecciones por virus incrementan la inflamación del organismo en general y ambas situaciones contribuyen a que en los diabéticos se presenten severas complicaciones, como choque séptico (infección muy grave en todo el organismo que puede llevar a la muerte) y cetoacidosis diabética, sobre todo en personas con diabetes mal controlada, explica Antonio Gómez Mújica, presidente médico de la Asociación Mexicana de Diabetes (AMD), entidad aliada de la Coalición México Salud-Hable.

Por ello recomienda llevar un control estricto de los niveles de glucosa en sangre, alimentación adecuada, actividad física en casa, realizar las medidas de higiene de manos y sana distancia, así como asegurarse de tener suficiente cantidad de medicamentos (para un mes por lo menos) tanto de pastillas como insulinas y sus jeringas, plumas y agujas suficientes, tiras reactivas y lancetas para los glucómetros.

Según la Federación Internacional de Diabetes (FID) las personas con este padecimiento que desarrollan una infección viral pueden resultar más difíciles de tratar por los niveles de glucosa en la sangre. La razón es que el sistema inmunitario se ve comprometido, lo que dificulta la lucha contra el virus y lo más seguro es que conduce a un periodo de recuperación más largo. El virus puede incrementarse en un entorno de glucosa elevada en la sangre. Esto es lo que podría ocurrir con el COVID-19.

También el líder del Protocolo de Atención Integral de Diabetes, Juan Humberto Medina Chávez, comenta que este grupo de pacientes es considerado de alto riesgo debido a que sus defensas están disminuidas y eso tiene que ver con el efecto que tiene la glucosa dentro de sus células.

Señala que el aislamiento en el paciente diabético propicia que disminuya la actividad física y con ello se deprima fácilmente, por lo que recomienda realizar ejercicios en casa, así como algunas actividades de fortalecimiento muscular y aeróbico: levantarse o sentarse en una silla, hacer estiramientos con ligas, practicar yoga, tai chi u otras actividades.

Medina Chávez agrega que todos los pacientes deben seguir las medidas de higiene: lavado de manos, no saludar de beso, desinfectar superficies, toser y/o estornudar “de etiqueta”. Sin embargo destaca que aquellos diabéticos con más de 130 miligramos de glucosa deben extremar las precauciones de sana distancia y sanitización para evitar complicaciones.

El especialista del IMSS indica que para evitar las conglomeraciones en Unidades de Medicina Familiar (UMF) y hospitales el instituto reforzó el programa de Receta resurtible para que el paciente diabético controlado pueda tener su tratamiento completo por 90 días, lo cual evitará traslados innecesarios y la exposición a algún contagio.

Puntualiza que en caso de presentar descontrol de la glucosa asociado a síntomas por alguna infección en vías urinarias o pulmonar, deberán acudir a su UMF u hospital, donde se cuenta con los insumos y el personal capacitado para atender cualquier complicación.

Concluyó con un exhorto a los pacientes con diabetes a tomar conciencia de su padecimiento y autocuidado mediante el monitoreo de la glucometría capilar, hacer ejercicio, no suspender ni modificar el tratamiento, evitar consumir más carbohidratos de los necesarios y pese a la limitación de la actividad diaria es necesario mantener la salud mental sin depresión ni ansiedad.

Luz

La provincia china de Hubei, cuna del nuevo coronavirus que ha afectado a más de 500 mil personas y es responsable de casi 22 mil muertes en todo el mundo, empezó su retorno a la normalidad después de dos meses de aislamiento.

Salvo en la ciudad de Wuhan, la capital y donde aparecieron los primeros casos en diciembre de 2019, la cuarentena terminará el próximo 8 de abril.

En las calles adornadas por las flores de los árboles de cerezos, poco a poco regresa el bullicio de sus casi 60 millones de habitantes. Los trenes y automóviles nuevamente regresan a la circulación, aunque por el momento solo los podrán utilizar las personas que cuenten con un certificado de buena salud en código QR en sus teléfonos móviles; de lo contrario la circulación será limitada para evitar una nueva ola de contagios.

Los contagios y las muertes disminuyeron en forma importante en el último mes a tal grado que China se ubica ya en tercer lugar, después de Italia y España, en el recuento del número de víctimas mortales (en cuanto al número de casos Estados Unidos ocupa ahora el primer sitio).

Hoy el principal temor en China es vivir una segunda ola de contaminación proveniente del extranjero, por lo cual las ciudades atractivas para el turismo adoptaron medidas de confinamiento estrictas para los viajeros por dos semanas, antes de que puedan disfrutar del paseo.

Medidas para combatir el COVID-19

El virus no es un organismo vivo sino una molécula de proteína (ARN) cubierta por una capa protectora de lípido (grasa) que al ser absorbida por las células de las mucosas ocular, nasal o bucal, cambian el código genético de ellas (mutan) y las convierten en células agresoras y multiplicadoras.

El virus se conserva estable en ambientes fríos, húmedos y oscuros.

El calor cambia el estado de la materia de la grasa protectora del virus, por lo que se recomienda usar agua a más de 25 grados centígrados para lavar manos, ropa y locaciones en las que se encuentran las personas.

No sirven los bactericidas para destruir el coronavirus. Se requiere de soluciones para romper su cadena de propagación y mutación.

Limpiar el hogar con una mezcla de una parte de cloro con cinco partes de agua desintegra la capa lípida externa que protege al virus, así como el uso de alcohol a 70% en gel.

El virus no puede atravesar la piel sana.

No sacudir y sí rociar con alcohol, cloro, agua oxigenada o detergente las superficies.

Fuente: Institute SPC

Longevidad del nuevo coronavirus

Los virus se desintegran en tres horas en tela porosa, en cuatro horas en cobre y madera, en 24 horas en cartón, en 42 horas en metal y 72 horas en plástico.

Si se sacude el virus flota de nuevo en el aire y puede alojarse en la nariz.

El agua y jabón disuelve la capa de grasa que protege al virus, por eso se recomienda frotarse por 20 segundos o más y hacer espuma.

Fuente: Institute SPC