FORTALECER SISTEMA INMUNOLÓGICO ANTE EL COVID-19

Una de las enfermedades que más daño genera al sistema de defensa es la diabetes, por los altos niveles de glucosa en sangre.

Lorena Ríos
Todo menos politica
Foto: Especial
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Obesidad y una mala nutrición es una combinación de alto riesgo que provoca deficiencias en el sistema inmunológico, por lo que esas personas son más vulnerables a ser infectadas no solo por bacterias, virus o micosis sino además por el nuevo COVID-19, para el cual el organismo no ha desarrollado una respuesta inmune que combata a los invasores extraños.

Los factores externos que alteran el sistema inmune van desde la contaminación ambiental, pasando por infecciones graves como el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), inadecuada nutrición, consumo de alimentos ultraprocesados, el uso de herbicidas y exceso en la exposición solar, hasta aspectos emocionales como el constante estrés, miedo y ansiedad, dice Carlos Armando Sosa Luna, terapeuta complementario y especialista en medicina integrada.

Desde el punto de vista interno existen enfermedades con las que algunas personas nacen, como las inmunodeficiencias primarias, en las que los recién nacidos no cuentan con un sistema inmunológico o no funciona adecuadamente.

Otras personas desarrollan enfermedades crónicas como el lupus eritematoso sistémico, artritis reumatoide, fibromialgias y vitiligo, donde el sistema inmune está alterado y ataca al propio organismo.

“Una de las enfermedades que más daño genera al sistema de defensa es la diabetes, donde los altos niveles de glucosa en sangre impiden el correcto funcionamiento de los linfocitos, por lo que es muy común que los pacientes con diabetes tengan infecciones continuamente, presenten pie diabético y no puedan superarlo, y muchos fallezcan por las complicaciones derivadas de las infecciones”, comenta el médico cirujano militar.

Por otro lado está la desnutrición que afecta a 35% de la población en México, condición que impide el correcto funcionamiento del sistema de defensa. “No tienen suficiente hierro, minerales, proteínas… la mayor parte de la gente está mal nutrida. Como se puede ver, un sistema inmunológico saludable resulta un poco complejo, sin embargo la mayor parte de los mexicanos no tiene defensas saludables”.

Sosa Luna explica que además de una alimentación adecuada, con suficientes verduras, frutas y proteínas de origen animal, las personas requieren de una suplementación, porque existe una deficiencia de vitamina C en la dieta de los mexicanos. “Las personas necesitan más de 300 mg de vitamina C al día, y por lo regular no la consumimos, y si lo hacemos la perdemos al eliminarla el organismo a través de la orina. Los humanos no la producimos: eso impacta de manera importante en el sistema inmune”, menciona el especialista.

A lo anterior se debe sumar el consumo de entre dos y tres litros de agua simple diariamente y eliminar las bebidas azucaradas, o las que contienen cafeína, porque tanto el azúcar como la cafeína en exceso dañan el sistema inmune.

Factor de transferencia

Ante casos en los que existe una enfermedad autoinmune (lupus, artritis reumatoide, diabetes tipo 1, entre otras) existe una alternativa terapéutica efectiva y segura, señala el especialista en medicina integrada: se trata del factor de transferencia.

“Esta herramienta ayuda en cualquier tipo de infección, ya sea por bacteria, virus o micosis, porque lo que hace es elevar los leucocitos; pero hay que usarlo diariamente, pues solo protege durante 24 horas”, explica Sosa.

La terapia se conforma por concentrados leucocitarios (glóbulos blancos) sometidos a un proceso bioquímico en el que las células se rompen y se dializan. Investigadores de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas (ENCB) del Instituto Politécnico Nacional (IPN) son quienes desarrollaron el factor de transferencia denominado Transferon, medicamento utilizado con mucho éxito en el tratamiento de enfermedades infecciosas, alérgicas, autoinmunes e inmunodeficientes.

Existe evidencia de efectos positivos en la atención de cánceres cuyos pacientes estén sometidos a quimioterapias, pero siempre como un medicamento coadyuvante, no exclusivo en el tratamiento.

“Para mí es una maravilla porque cumple con su función de fortalecer el sistema inmune y lo hace de manera universal. Por ejemplo en el caso del COVID-19 el factor de transferencia sirve porque estimula al sistema inmune y activa las células especializadas en proteger al organismo contra todos los agentes extraños. Son células que matan todo lo que es dañino”, detalla el especialista.

Un sector de la población que resultaría beneficiado con el uso de factor de transferencia son los adultos mayores ya que en este momento que existe una emergencia sanitaria por la pandemia del nuevo coronavirus serían útiles, sobre todo para quienes presentan enfermedades crónicas no transmisibles. “Los únicos que no son candidatos para usar esta terapia son las personas que han sido trasplantadas. Inclusive ellas no deben salir ni a la calle en estos momentos”, destaca.

Células madre

Las células madre son la materia prima del cuerpo; a partir de ellas se generan todas las demás células con funciones especializadas. Al dividirse dan origen a células hijas que al madurar se convertirán en nuevas células madre (autorrenovación) o en células especializadas (diferenciación) con una función más específica, como células sanguíneas, células cerebrales, células del músculo cardiaco o células óseas. Ninguna otra célula del cuerpo tiene la capacidad natural de generar nuevos tipos de células.

Las células madre pueden ser orientadas para convertirse en células específicas que pueden utilizarse para regenerar y reparar tejidos enfermos o dañados en las personas. “Las personas con alguna enfermedad crónica, por ejemplo Parkinson, tienen destruidas las células que producen dopamina, pero las células madre regeneran las células dañadas”.

Las células madre juegan un papel trascendental después de esta gran pandemia, porque uno de los principales problemas que produce el COVID-19 es daño en los pulmones, comenta Sosa Luna.

“Todas las personas que han sido infectadas por el coronavirus van a tener en un año lesiones en sus pulmones, van a presentar una especie de fibrosis y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Pero la buena noticia son las células madre, que tomamos de la grasa abdominal de un donador, de ahí sacamos las células madre mesenquimales, las purificamos y aplicamos a los pacientes, y eso va ayudar muchísimo. Las células madre son una maravilla: por un lado fortalecen el sistema inmune pero también ayudan al proceso desinflamatorio, y lo hacen de manera inteligente, además de que regeneran el órgano dañado. En el caso de órganos trasplantados ayuda a proteger el tejido donado”.

Consejos para fortalecer tu sistema inmunológico

Aprovechar las verduras y las frutas de temporada porque son ricas en fitoquímicos, así como en vitaminas y minerales.

Mantenerse hidratados.

Tomar infusiones herbales, agua simple o de frutas (sin endulzar).

Practicar ejercicios en casa.

Evitar el consumo de alimentos ricos en azúcares, tales como pastelillos, caramelos, dulces, galletas, jugos y refrescos.

Disminuir el consumo de sal.

No consumir alimentos ultraprocesados por su alto contenido en grasas saturadas y sodio.

¿Cómo funciona el sistema inmunitario?

Cuando el cuerpo detecta sustancias extrañas que lo invaden o antígenos el sistema inmunitario trabaja para reconocerlas y eliminarlas. Los linfocitos B se encargan de fabricar anticuerpos. Por lo tanto, si el sistema inmunitario se vuelve a encontrar con ese antígeno dispondrá de anticuerpos para que desempeñen su función. Por eso cuando una persona contrae una determinada enfermedad, como la varicela, lo más habitual es que no vuelva a contraer ese mal. Aunque los anticuerpos pueden reconocer un antígeno e inmovilizarlo, no lo pueden destruir sin ayuda. Esa es función de los linfocitos T. Estas células se encargan de destruir los antígenos que han sido inmovilizados por los anticuerpos. Algunos de los linfocitos T se llaman “células asesinas” o “células killer”. Los linfocitos T también ayudan a indicar a otras células (como los fagocitos) que desempeñen su función.