MEDICINA PREVENTIVA PARA CÁNCER DE MAMA Y OVARIOS

Desarrolla el Inmegen el programa Estrategia de Vigilancia Anticipada (EVA) para detectar mutaciones genéticas en el DNA de las pacientes.

Lorena Ríos
Bienestar
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En México cada año se diagnostican más de 23 mil casos nuevos de cáncer de mama y cerca de cinco mil de cáncer de ovarios: ambas neoplasias son las principales causas de enfermedad y muerte de las mexicanas entre 18 y 59 años.

Por ello especialistas del Instituto Nacional de Medicina Genómica (Inmegen) desarrollaron el programa Estrategia de Vigilancia Anticipada (EVA), cuyo objetivo es detectar en el DNA de las pacientes mutaciones genéticas que puedan disparar el cáncer en su organismo y prevenir que se desarrolle al contrarrestarlo con cambios en el estilo de vida o tratamientos quirúrgicos o farmacológicos.

“A través de EVA el Inmegen brinda una opción de vigilancia preventiva, de detección temprana y de tratamiento personalizado a las necesidades particulares de cada persona. El programa ofrece asesoría sobre la predisposición a nivel molecular para saber si existe riesgo de desarrollar cáncer de mama o de ovarios. Esto permite adelantarse a la enfermedad y tomar las mejores decisiones”, mencionó el director del Instituto, Luis Alonso Herrera Montalvo.

El investigador expuso que “gracias a la ciencia hemos podido identificar los marcadores genéticos en el DNA de las personas y de esta forma identificar un riesgo mayor hereditario para desarrollar cáncer de mama (BCR 1 y 2) o de ovarios (CA 125) en forma sencilla: eso es EVA”.

Herrera Montalvo destacó que la infraestructura con la que cuenta el instituto “deseamos ponerla a disposición de la comunidad en general para poder identificar a las personas que tienen un riesgo genético mayor o una susceptibilidad mayor de desarrollar estas enfermedades y poderles ofrecer un paquete completo, que es la identificación de las variantes asociadas a la enfermedad, apoyo con un equipo de médicos para dar una asesoría nutricional, así como una asesoría genética, e incluso también apoyo sicológico”.

El mensaje, puntualiza, “es que la salud está en nuestras manos. Somos responsables de nuestra salud, debemos tomar las decisiones adecuadas y prevenir muchas enfermedades y para eso está este instituto, para encontrar juntos la mejor forma de hacer medicina preventiva”.

Durante el arranque de dicha estrategia se firmó un convenio de colaboración académica y científica entre el Inmegen y la Secretaría de Pueblos y Barrios Originarios y Comunidades Indígenas Residentes (SEPI) para trabajar en forma conjunta por el derecho a la salud de las personas de comunidades indígenas en la Ciudad de México.

Al respecto, la titular de SEPI, Laura Ruiz Mondragón, agradeció la colaboración interinstitucional y expresó que en las comunidades y pueblos se sustenta el carácter intercultural de la capital del país, considerada la ciudad con mayor diversidad cultural de América. Añadió que el proyecto EVA es una herramienta necesaria y de gran utilidad, especialmente para todas las mujeres.

“Nuestro compromiso es promover el acercamiento de mujeres indígenas y de pueblos originarios a esta herramienta de vanguardia que han diseñado los investigadores del Inmegen, así como colaborar para responder de manera efectiva a las necesidades de atención que requieren en otras lenguas nacionales”, destacó Ruiz.

En tanto, el director de Investigación del Inmegen, Alfredo Hidalgo, señaló que los pueblos originarios juegan un papel fundamental en la investigación desarrollada por el instituto, que busca entender cómo la historia del país, desde la perspectiva cultural y genética, influye en las enfermedades padecidas por sus habitantes.

“Orgullosamente todos llevamos una mezcla de marcadores genéticos que hablan de nuestro historial de cultura indígena. Como país tenemos la fortuna de contar con esta historia viva en nuestros genes. Y es con el orgullo de esta historia genética en cada uno de nosotros que hoy presentamos esta Estrategia de Vigilancia Anticipada, que representa una de las labores fundamentales que debe llevar a cabo este instituto, que es aprovechar cómo entendemos nuestra historia genética para prevenir la enfermedad”, subrayó.

Medicina individualizada

“Es un movimiento hacia la prevención, muy diferente a la medicina curativa, donde ya se tiene un diagnóstico y se decide qué terapia será la adecuada. Con EVA se trata de identificar a las personas que, por su composición genética, tienen una variante en el DNA susceptible para cáncer. Estas mujeres se pueden beneficiar con una vigilancia anticipada, lo que a su vez se extiende a toda la familia cuando se trata del síndrome de cáncer hereditario, puesto que los genes se pueden heredar. Entonces, se puede identificar a las personas afectadas con mucha anticipación”, precisó Carmen Alaez Verson, jefa del Laboratorio de Diagnóstico Genómico del Inmegen.

Las personas interesadas en participar en el programa deben ser mayores de 18 años, tener conocimiento de casos de cáncer de mama o de ovarios en varios integrantes de la familia (abuela, madre, tía, hermanas, primas, etcétera), realizar su registro en la página eva.inmegen.gob.mx o bien visitar las redes sociales del Inmegen, donde pueden exponer sus dudas para saber si son candidatas a los estudios genéticos.

“El estudio incluye una consulta de asesoramiento genético donde se explorará la vida de la persona y la familiar. Después se firma un consentimiento y posteriormente se realiza una muestra de sangre de la que se obtienen leucocitos de sangre periférica y de donde se toma el DNA y se analiza con una tecnología de secuenciación masiva paralela. Ahí se analizan todos los genes que son importantes, para identificar aquellos que representan un riesgo”, mencionó la investigadora.

Alaez Verson dijo que el número de pruebas que se podrán realizar en esta primera etapa podrían alcanzar las 100, pero todo dependerá de si las solicitantes cumplen con todos los criterios. “Creo que 100 pruebas es buen número, porque considero que realizaremos menos de 10% de los que se acerquen, que realmente van a tener justificación para hacerse el estudio genético”, precisó.

De igual forma, Rosa María Álvarez, médico especialista en Genética e investigadora de cáncer del Instituto Nacional de Cancerología (Incan), además de responsable de la Clínica de Cáncer Hereditario, explicó que la medicina actual tiende hacia lo preventivo por los altos costos que representa la medicina curativa. “Mantener a la población sana a la larga es de mejor costo-beneficio que darle a un paciente con cáncer un tratamiento, porque según estimaciones requiere un gasto de medio millón de pesos”, indicó.

“Esta estrategia EVA invita a conocer nuestra historia. Cuando hacemos este tipo de estrategias tratamos de identificar en una población quién tiene riesgos altísimos, no el riesgo de cualquier mujer, sino uno potencial de presentar las enfermedades; y con la tecnología genética se pueden prevenir y atender antes de que se desarrolle y cause estragos en la salud de las pacientes. Si se hacen en el momento oportuno se van a ahorrar sufrimiento y pérdida de vidas humanas”, mencionó.

“Tanto en México como en Latinoamérica vemos a personas cada vez más jóvenes afectadas por el cáncer de mama y mucho radica en el estilo de vida, la carga genética, pero también en la historia ancestral, derivado del mestizaje. Aún necesitamos más investigación. Por ello es muy valiosa la participación de las comunidades indígenas originarias, conocimientos que a la larga esperemos se vean reflejados en políticas públicas de salud en beneficio de todas las mujeres mexicanas”, concluyó la especialista.