Confianza es el sentimiento de poder creer a una persona incluso cuando sabemos que mentiríamos en su lugar.
Henry-Louis Mencken
¿Alguna vez te has preguntado por qué confías en lo que alguien te dice? ¿Alguna vez has cuestionado lo que te cuenta algún amigo, conocido o incluso una persona que acabas de conocer? ¿Por qué confiamos en lo que nos dicen ciertas personas pero no en lo que nos dicen otras?
De acuerdo con un nuevo estudio publicado en Nature Communications tomamos de forma fiable un patrón concreto de tono, volumen y duración del habla como indicación de que la persona miente o de que no está segura de lo que dice; y lo hacemos sin ser conscientes de lo que estamos escuchando.
El volumen, un tono más bajo hacia el final de la palabra, un tono menos variable en general y un ritmo de habla más rápido se asociaron con más honestidad/confianza.
Los patrones opuestos se asociaron con una menor cantidad de ambos y los expertos también descubrieron que los participantes se mostraban más seguros a la hora de emitir juicios sobre la certeza del hablante.
Para complementar el estudio los investigadores realizaron otra prueba a dos grupos de participantes. En esta aprendieron que el contexto (en este caso información adicional de lo que las personas que hablaban estaban supuestamente haciendo mientras decían las “seudopalabras”) les permitió utilizar la misma firma vocal para juzgar la honestidad o la confianza, dependiendo de la situación.
Fiabilidad
Sin embargo, mientras que hubo un acuerdo generalizado a la hora de emitir un juicio sobre la confianza, el grupo estuvo más dividido a la hora de juzgar la honestidad: algunos de los participantes decidieron que el orador estaba fingiendo una voz honesta.
Esto sugiere que nos basamos en gran medida en las pruebas sensoriales para inferir el nivel de confianza de una persona que nos habla, pero nuestros juicios sobre si está siendo sincera o no son más complejos. El equipo de expertos replicó los estudios en los idiomas inglés, español, alemán, maratí, japonés y chino mandarín… y se toparon con los mismos resultados.
Los investigadores sugieren que la firma prosódica se liga a signos de esfuerzo cognitivo: alguien que tiene que esforzarse más con lo que dice, ya sea porque no está muy seguro o porque está mintiendo, tardará más en decirlo y utilizará menos énfasis. Eso podría explicar por qué aparentemente no depende de la cultura sino que es fundamental para todas las personas.
Si bien el estudio es preliminar los expertos concluyen que “nuestros resultados sugieren que, en contra de décadas de investigación que argumentan que los humanos son altamente crédulos, los mecanismos dedicados en realidad nos permiten detectar la falta de fiabilidad en nuestros compañeros de manera efectiva”.
¿Y tú cómo sabes a quién creerle?