UNA DÉCADA SIN GABRIEL VARGAS

Grandes caricaturistas nos han ilustrado y divertido con su peculiar sentido del humor.

Pedro Valtierra/Pedro Valtierra
MÉXICO, D.F., 05FEBREO2015.- El caricaturista Gabriel Vargas Bernal (1915-2010), creador de La familia Burrón, historieta que fue leída por millones de mexicanos, llega al centenario de su natalicio, que se conmemora hoy. El Sistema de Transporte Metro, conmemora el centenario con una exposición de 30 metros de largo en la estación Salto del Agua. FOTO: ISABEL MATEOS /CUARTOSCURO.COM
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La caricatura en México es una de las manifestaciones político-culturales más cercanas al gran público, que por medio de la lectura de historietas se adentra en la realidad nacional de manera crítica y con gran sentido del humor.

Grandes caricaturistas nos han ilustrado y divertido con su peculiar sentido del humor, el cual en cada uno de ellos cobra una personalidad tan propia como inolvidable que a través de las décadas teje hilos conductores masivos que quedan en la memoria personal y colectiva.

¿Quién no ha recordado a carcajadas o con una ternura infinita las caricaturas memorables del gran muralista José Clemente Orozco o de excelentes caricaturistas como Ernesto El Chango García Cabral, Rius, Naranjo, Magú (sus pavos en la época navideña son legendarios, así como sus retratos), Helguera, El Fisgón o Patricio?


Idiosincrasia

Justo en este mayo se cumple la primera década de la partida de don Gabriel Vargas (1915-2010), autor de La familia Burrón, uno de los más certeros análisis de nuestra idiosincrasia a través de cada uno de sus entrañables personajes, comandados por doña Borola Tacuche de Burrón y don Regino Burrón.

Gabriel Vargas creó a La familia Burrón en 1948; se llegaron a tirar hasta 500 mil ejemplares; el último, número 1616, tras más de 60 años ininterrumpidos se publicó el 26 de agosto de 2009.

Don Gabriel Vargas se destacó desde pequeño por ser un prodigio del dibujo y a sus escasos 15 años ganó un concurso de dibujo en Osaka, Japón, lo que le valió una beca del gobierno mexicano para estudiar en París, pero que él declinó porque prefirió trabajar como ilustrador en el periódico Excélsior, donde a los 17 años fue nombrado jefe del Departamento de Dibujo, hecho que demostró su gran valía profesional y compromiso.

Ahora cumplimos una década sin Gabriel Vargas, pero nos ha dejado un legado invaluable, el cual hay que conservar, proteger y seguir difundiendo.