Marisol Castañeda Pérez, abogada por la Universidad de Guanajuato, maestra en Derecho Fiscal, magistrada de Circuito y presidenta de la Asociación Mexicana de Juzgadoras AC, platica sobre los retos que enfrenta el Poder Judicial en materia de género.
—¿Qué es juzgar con una perspectiva de género?
—La incorporación de esta metodología, que también se conoce como el uso de los lentes violeta, es una categoría, una forma de análisis que recoge métodos y mecanismos con un significado que va más allá: se trata de una herramienta, una manera de realizar y garantizar el derecho a la igualdad. Porque nos permite mirar y ser críticos con el Derecho, su aplicación y sus resultados para identificar los casos en que es posible advertir relaciones asimétricas de poder.
—¿Hay paridad dentro del Poder Judicial?
—La paridad es un tema esencial. No puede existir una sociedad democrática si no se otorgan las mismas oportunidades en los espacios de decisión a las mujeres. En este sentido todavía no llegamos a la paridad en el Poder Judicial. Ese es uno de los grandes retos pendientes.
Castañeda señala que “se han establecido acciones afirmativas para lograr esa paridad e incluso se detecta que en los peldaños de la carrera judicial no tenemos problema. La dificultad surge a partir de los puestos de toma de decisión; es decir, de los peldaños para ser juez o magistrada de Circuito. Es ahí donde tenemos una disparidad y la brecha es todavía grande”.
Aproximadamente, puntualiza, “estamos en 22% de representación femenina en estos puestos de toma de decisión. Sin embargo, incluso antes de que se publicara y de que entrara en vigor la reforma sobre paridad de género, este tema ha sido un eje de las políticas de la administración del ministro presidente Arturo Zaldívar. Y muestra de ello son los concursos de oposición, incluso algunos de ellos exclusivamente para mujeres, lo que significa que del total de los espacios la mitad debe estar garantizado para nosotras”.
Avances
—¿A qué se debe que sea tan bajo el porcentaje de la representación femenina?
—Uno de los grandes hallazgos del Consejo de la Judicatura Federal (CJF) fue detectar que no existía armonía entre la vida personal y la profesional de las mujeres: es difícil que como mujer puedas mover a toda una familia de lugar de residencia. Entonces el tema de las adscripciones era uno de los grandes asuntos por el que las mujeres decidían no concursar. De ahí que de entre las políticas que se implementan en el CJF está precisamente que cuando una persona decida participar se le pida su opinión sobre por lo menos tres lugares en los que consideraría oportuno que estuviera adscrita.
—¿Cuáles son los principales avances en materia de género en el Poder Judicial?
—Uno es afianzar la igualdad y eliminar la brecha de género mediante los concursos de oposición exclusivos para mujeres que se celebraron en 2019 y 2020, así como los concursos paritarios en materia laboral y el reciente concurso para la designación para magistradas y magistrados en los que también se observó este principio paritario.
Otro de los avances “para consolidar una cultura libre de violencia fue la creación de una Unidad de Prevención y Combate al Acoso Sexual (UPCAS) que aprobó el CFJ en noviembre pasado”.
Dentro de las grandes tareas encomendadas a esta unidad, explica Castañeda, “está intervenir en casos de acoso u hostigamiento sexual. También se incorpora la perspectiva de género en procedimientos administrativos. Asimismo acompaña integralmente en casos de violencia de género y brinda programas de sensibilización y capacitación en los que participa la Asociación Mexicana de Juzgadoras, así como la capacitación de los operadores de los nuevos modelos de justicia como el laboral”.
Y otra de las acciones que se implementan “es el fomento a lactancia digna: hay un programa en especial con relación a este tema que promueve el derecho a la lactancia y busca que en todos los espacios del Poder Judicial de la Federación existan salas para que se pueda llevar a cabo esta actividad”.