México, 31 de mayo. La contingencia ambiental suscitada en la Ciudad de México y algunos estados colindantes en días pasados, preocupó a gran parte de la población debido a malestares de la salud como dolores de cabeza, irritación de garganta y ojos, resequedad en vías respiratorias, entre otros, causados por los altos grados de contaminación en el ambiente. Si bien es una situación alarmante, en el marco del Día Mundial sin Tabaco, el neumólogo Rogelio Pérez Padilla, señaló que es más dañino fumar de manera regular que respirar el aire contaminado.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), en México mueren alrededor de 53 mil personas al año por enfermedades asociadas al tabaquismo, lo que representa el 10% de las muertes nacionales; mientras que a nivel mundial la cifra se eleva a ocho millones de muertes a causa del tabaco.
“Debemos cuidar la calidad del aire que respiramos. En nuestro país cada año hay contingencia ambiental en esta época debido a una suma de factores como la falta de viento y lluvia en días soleados que concentran la contaminación y el ozono; esta vez la situación se agravó por incendios y quemas en zonas agrícolas”, explicó.
“La densa capa de humo que cubría a la ciudad contenía partículas PM 2.5 diluidas en el aire mismas que también se encuentran presentes en el cigarro, pero donde la gran diferencia es la concentración, pues un fumador inhala el humo directamente del cigarro y recibe una dosis más alta y concentrada, que además se ve acompañada de otras sustancias tóxicas”, recalcó.
Pérez Padilla señaló que dentro de los agentes dañinos contenidos en el cigarro, se encuentran partículas muy pequeñas que traspasan los pulmones y se introducen en la sangre para llegar a todo el cuerpo, lo cual provoca diversas enfermedades cardiovasculares; daños al sistema respiratorio causantes de padecimientos que van desde una gripa, bronquitis y pulmonía hasta la tuberculosis; así como afectaciones a órganos como la vejiga y riñones. Además, destacó que la tercera parte de los cánceres provienen del tabaquismo.
La forma pasiva del cigarrillo también afecta al cuerpo de una persona más que la contingencia ambiental pues, aunque en menor medida que el fumador activo, aquellos que respiran el humo del cigarro están inhalando sustancias tóxicas concentradas. En el caso de embarazo, el feto es muy propenso a desarrollar complicaciones en los pulmones si la madre es fumadora activa o pasiva.
De acuerdo con el académico, el tabaquismo es una adicción comparable a la que se tiene por drogas como la cocaína o heroína, y se debe tratar como tal. En función del número de cigarros consumidos diariamente se recomienda tomar diversas acciones para la erradicación de la adicción.
En el caso de las personas que fuman menos de 10 cigarros al día, se aconseja utilizar parches o medicamentos con nicotina que ayudan a controlar el síndrome de abstinencia. Para las personas que fuman más de 10 piezas diarias o para aquellos que han intentado dejarlo en repetidas ocasiones sin éxito, se recomienda recibir atención médica, tomar medicamentos y combinar con terapia sicológica, como el que se brinda en clínicas especializada para dejar de fumar.