Albergará Lima Congreso de Áreas Protegidas

Enfrentar retos ambientales y climáticos de cara al futuro próximo  

Foto: Igor Borisov

Enfrentar retos ambientales y climáticos de cara al futuro próximo

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Lima, la capital del Perú, albergará del 14 al 17 de octubre próximos el III Congreso de Áreas Protegidas de Latinoamérica y el Caribe (CAPLAC),bajo el lema “Soluciones para el bienestar y el desarrollo sostenible”.

El foro es parte del esfuerzo regional para enfrentar los retos ambientales y climáticos de cara al futuro próximo.


El Congreso, que se realiza cada diez años, aspira a plantear una visión y una estrategia rumbo al Congreso Mundial de la Naturaleza previsto en 2020, al fijar los objetivos de la próxima década en materia de salud para el planeta y el bienestar del ser humano.

En 2010 las partes de la Convención sobre la Diversidad Biológica adoptaron el Plan estratégico 2010-2020 y sus 20 Metas Aichi, que deben ser aplicadas por los países para salvar la diversidad biológica y mejorar los frutos en favor de las personas.

Claudio Maretti, coordinador del III CAPLAC, dijo a la agencia noticiosa italiana Ansa, que esto incluyó lo que “llamamos mecanismos espaciales eficaces de conservación, es decir áreas conservadas de carácter no oficial, no protegidas en el sentido más estricto, sino zonas que pueden estar destinadas para otros fines, pero contribuyen a conservar la biodiversidad”.

Maretti dijo que hasta 2020 tuvimos “metas cuantitativas del 7% de territorios terrestres y aguas interiores, y del 10% para los océanos. Esto incluye las áreas protegidas en sentido más estricto y las otras áreas no oficiales. Pero la cantidad no es todo: en realidad es el menor aspecto, aunque los gobiernos miren hacia la cantidad para exhibir logros”.

Expuso que en América Latina “no estamos tan mal: es la región más biodiversa del mundo, y con más esfuerzos de áreas protegidas, pero se necesita que sean efectivos, que representen la diversidad biológica y que preserven las áreas más importantes al tiempo que se integran con sus regiones y paisajes, mediante un manejo con equidad”.

Destacó de igual forma la importancia de que se respeten los derechos de las comunidades locales, logrando participación social y una distribución equitativa de los beneficios.

“Si tenemos un parque que genera turismo, pero sus beneficios son apropiados por una empresa o una agencia nacional de la capital, por ejemplo, las comunidades locales no ven ninguna ventaja y esto no es equitativo”, agregó.

Los científicos que trabajan en conservación están reclamando que por lo menos un 30 por ciento de las tierras y mareas sean protegidos hasta 2030.

“Con Alfa 2020 -la Alianza para el Fortalecimiento de las Áreas Protegidas- vamos a discutir el éxito de las metas hasta 2020, para cuando se prevé la Conferencia de Biodiversidad en China. El III CAPLAC debatirá la situación, designando estrategias con la participación de ministros, jefes de áreas protegidas, indígenas, jóvenes, mujeres, guardaparques, privados”, explicó Maretti.

Dijo que aun cuando “hay avances, también es cierto que no hay presupuesto suficiente”.

Así que la pregunta es "¿Cómo pueden ser efectivas las áreas marinas protegidas, por ejemplo, si tenemos dos personas y un presupuesto que no permite ni siquiera un barco para vigilar 40 millones de hectáreas? En Brasil tenemos reservas categoría 6, con al menos 70.000 familias, y hay que trabajar con ellos para que el manejo de los recursos naturales sea sostenible. No se puede hacer con una sola persona y sin presupuesto”.

Destacó que una perspectiva muy fuerte en este congreso será la Conservación Colaborativa para determinar “qué están haciendo los privados, los que tienen empresas mineras, reservas privadas o explotaciones agropecuarias -que necesitan de agua, bosque, clima, equilibrio- para conservar, y qué más pueden hacer”.

En Lima se prevé la participación de más de 2000 representantes de América Latina y el Caribe, incluyendo a gobiernos, autoridades de áreas protegidas, organizaciones no gubernamentales, ambientalistas, juventudes, pueblos indígenas, comunidad académica y el sector privado.

Además de las 600 contribuciones ya confirmadas, habrá un centenar de eventos organizados por universidades, ONG, agencias nacionales de parques, y más de 100 eventos paralelos a la programación oficial.