Por una cultura de gestión sustentable

Con una filosofía de que “no hay desechos”, Alex Eaton busca solucionar el gran desafío del manejo no sustentable de los residuos orgánicos en comunidades rurales a través del financiamiento e instalación de biodigestores.

Yazmín Tarango
Política
Biodigestor
Foto: IRRI

Con una filosofía de que “no hay desechos”, Alex Eaton busca solucionar el gran desafío del manejo no sustentable de los residuos orgánicos en comunidades rurales a través del financiamiento e instalación de biodigestores: el programa tiene un fuerte enfoque en el usuario final, lo cual despierta una nueva conciencia del manejo de desechos y del uso de tecnología apropiada en zonas campesinas en América Latina.

El joven comenta a Vértigo que este proyecto lo desarrolló motivado por el deseo de inspirar un sentido de dignidad entre las comunidades agrícolas menos favorecidas, que durante mucho tiempo han sido atrapadas en un ciclo de pobreza, por lo que él y su equipo trabajan para cambiar fundamentalmente las actitudes de los agricultores en cuanto a su capacidad para mejorar sus propias vidas.

Los biodigestores cuentan con una bolsa grande, de dos metros de longitud, que se asienta en una zanja excavada en el exterior de la casa. Dentro de la bolsa hay un ambiente anaeróbico que permite que las bacterias del propio estiércol conviertan los desechos en biogás. Un tubo la conecta con otra bolsa elevada, que colecta el biogás y lo emite a través de otra tubería dirigida a la casa. Un tercer tubo transmite el biol, el fertilizante orgánico, de la bolsa a un tanque.

A pesar de su tamaño el sistema no requiere muchos insumos: solo el estiércol diario de dos vacas o seis cerdos puede emitir un metro cúbico de biogás, equivalente a 2.2 kWh de luz.

“El biodigestor solo requiere insumos de desechos animales o humanos y el agua para generar biogás. Para garantizar la plena apropiación del sistema nuestro equipo trabaja en estrecha colaboración con los agricultores para proporcionar financiación inicial y de seguimiento a largo plazo”, agrega.

Alex está completando las fases iniciales piloto de su iniciativa, tanto en México como en Nicaragua, Honduras y Costa Rica, que está poniendo a prueba todas las etapas de su modelo de implementación, y realiza ajustes en respuesta a las sugerencias de los usuarios.

Él y su equipo planean una rápida aceleración de la producción, con el objetivo de instalar tres mil en México a finales de 2013 y casi diez mil sistemas por año durante el próximo lustro.

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