¿Qué le espera a Egipto tras el golpe de estado?

El ascenso al poder de un grupo liberal en el gobierno de Egipto podría ser el próximo paso tras el derrocamiento del presidente por el ejército y la celebración de elecciones.

David Moreno
Política
Fuegos pirotécnicos estallan sobre la plaza Tahrir de El Cairo, donde centenares de miles de opositores al presidente Mohamed Morsi celebran su destitución
Foto: AP

El ascenso al poder de un grupo liberal en el gobierno de Egipto podría ser el próximo paso tras el derrocamiento del presidente por el ejército y la celebración de elecciones.

Este miércoles, el ejército egipcio proclamó que Mohamed Morsi, el primer mandatario elegido democráticamente en el país, ya no era el presidente y que se suspendía la Constitución. Posteriormente fue arrestado por los militares junto a los principales integrantes de su gabinete.

Además instauraron en su lugar al jefe del Tribunal Supremo Adly Mansour, quien asumiría el poder de manera interina hasta que nuevas elecciones sean convocadas.

Al mismo tiempo, Morsi declaraba que aún era presidente legítimo del país y propuso un gobierno de coalición “basado en el compañerismo para lograr la próxima cita hasta que las elecciones parlamentarias tengan lugar en los próximos meses”.

Este “golpe de estado”, como lo llamó el consejero de Seguridad Nacional, es el resultado de una serie de protestas e inconformidades del pueblo egipcio que iniciaron en diciembre de 2012, apenas 5 meses después de haber Morsi asumido la presidencia.

Manifestantes corean lemas contra el presidente Mohamed Morsi en la plaza Tahrir de El Cairo

El gobierno de Morsi tiene dos grandes problemas. Uno, es que trata de llevar su filosofía conservadora musulmana a la práctica de gobierno y la otra es que no puede resolver a partir de su condición los problemas más relevantes: de la economía, de la inequidad social que existe”, explica Gustavo López Montiel, profesor investigador del Departamento de Estudios Jurídicos y Sociales en el ITESM.

Las fuerzas armadas que permitieron la primavera árabe y el derrocamiento del gobierno de Hosni Mubarak, son las mismas que exigieron la dimisión de Mohamed Morsi, tras el desencanto de la población con la incapacidad de su presidente y sobre todo de la Hermandad Musulmana, la fuerza política más poderosa de la nación que llegó al poder para instaurar un gobierno islamista.

“En Egipto las fuerzas armadas a final de cuentas se han mantenido, no con un sentido anti-clerical, pero definitivamente no se asumen como fuerzas armadas religiosas, sino más bien, por lo que han declarado algunos de sus líderes, se asumen como el árbitro en el contexto político egipcio”, señala el especialista.

Varias decenas de soldados montan guardia en las calles de El Cairo después que el jefe del ejército anunció que el presidente fue reemplazado en el cargo por el magistrado en jefe de la Corte Suprema Constitucional

Para López Montiel el escenario más viable tras la salida del presidente es la instauración de un gobierno liberal moderado, pues el grupo de la Hermandad Musulmana no ha tenido la capacidad de resolver problemas como el desempleo y la reactivación económica, además de tratar de instaurar por todos los medios el Islam dentro de la ley civil.

La elección de un líder emanado de la Hermandad Musulmana aún es posible, pero a final de cuentas menos viable que el otro escenario, “que es que gane una de las fuerzas más o menos liberales, no ampliamente liberal, pero sí más o menos moderados, que a final de cuentas logre reconstruir la alianza de gobierno y que se planteen estos temas independientemente de la preocupación religiosa”, explica el especialista.