Los perros quizá son los mejores amigos del hombre, pero los delfines pueden imitar acciones humanas incluso en la capacidad para solucionar problemas.
Cuando un delfín tiene bloqueado alguno de sus sentidos, puede utilizar otros para imitar los movimientos de un humano, según un estudio reciente.
A un delfín nariz de botella llamado Tanner se le cubrieron los ojos y se le ordenó que imitara las acciones de una entrenadora que estaba con él en el agua.
Cuando Tanner no pudo utilizar la vista para imaginar el movimiento, cambio de técnica: emitió sonidos, escuchó el eco y lo interpretó.
Esta capacidad, conocida como ecolocalización, permitió a Tanner copiar los movimientos de la entrenadora, como hacer giros en el agua.
El estudio, realizado en el Centro de Investigación de Delfines en los Cayos de la Florida, amplía la información de investigaciones previas en las que se examinó la capacidad de los delfines para imitar a otros de sus congéneres mientras tenían los ojos cubiertos.