Mayor atención a la disminución visual evita la ceguera

Con rehabilitación visual personas con baja visión consiguen leer, coser, escribir, hacer crucigramas, operar el control de la televisión, ver los rostros de otros y, sobre todo, ser independientes.

Lorena Ríos
Todo menos politica
Con rehabilitación visual personas con baja visión consiguen, sobre todo, ser independientes
Foto: Internet

Se calcula que en México casi dos millones de personas tienen visión baja o discapacidad visual como producto de glaucoma, catarata, degeneración macular relacionada con la edad o retinopatía diabética, entre otros males, situación que les impide realizar tareas cotidianas y llevar una vida independiente, limitando su desarrollo social y laboral.

Al menos 65% de las personas con esta condición son mayores de 50 años y 40% de ellas no pueden valerse por sí mismas.

Mildred Fromow, presidenta del Centro Mexicano de Visión Baja, refiere que esas personas tienen una discapacidad visual de moderada a grave, que se caracteriza porque ven imágenes borrosas, distorsionadas y pierden la visión central o lateral, lo que dificulta la realización de actividades diarias como cocinar, utilizar el teléfono, desplazarse, leer e identificar rostros.


La especialista menciona que a nivel mundial existen aproximadamente 285 millones de personas con discapacidad visual, de las que 246 millones presentan baja visión y 39 millones son invidentes.

“El envejecimiento normal del ojo por sí solo no desarrolla una visión baja sino que puede ser consecuencia de otros factores, como enfermedades crónico degenerativas, albinismo o una lesión cerebral”, detalla la especialista.

Las personas con visión baja presentan visión borrosa, los objetos aparecen desenfocados y puede ser causado por degeneración macular relacionado con la edad (DMRE, donde existe deterioro en la mácula, mismas que nos permite ver detalles concretos y donde la visión central ocurre). También existe una pérdida de la visión central, por lo que los pacientes ven una mancha oscura o distorsiones en el centro de los objetos y puede ser causado por una atrofia del nervio óptico.

Enfermedades como el glaucoma, cataratas, patologías corneales, retinosis pigmentaria, albinismo y enfermedad de Stargarth provocan una pérdida de la capacidad de ver los contrastes y hay deslumbramiento, es decir, los objetos se confunden con el fondo, mientras que la luz incomoda a los pacientes.

De igual forma pueden presentar una visión de túnel, donde desaparecen todos los objetos que están en la periferia. Las causas más comunes son el glaucoma y la retinosis pigmentaria, señala.

Enfermedades prevenibles

Casi 80% de las personas que presentan visión baja pudo haber evitado o controlado en forma oportuna el problema. De ahí que “es fundamental prevenir y controlar las enfermedades que la generan a través de visitas al oftalmólogo una vez al año, al superar la quinta década de la vida”, recomienda Lourdes Medina y Álvarez Tostado, pionera en el manejo de visión baja en México y América Latina.


“Uno de los principales objetivos en favor de las personas con visión baja es efectuar un diagnóstico oftalmológico temprano y oportuno, así como el tratamiento necesario. Y si no se obtiene una visión funcional suficiente, hacer la referencia a un manejo especializado en rehabilitación visual, con la finalidad de que la persona pueda ser autosuficiente y prevenir su deterioro físico”, comenta.

Lourdes Medina agrega que con la atención especializada se evita que los pacientes presenten deterioro físico, baja autoestima, depresión, sedentarismo y abandono.

“El manejo es absolutamente individualizado y se debe entender cuánto y cómo ve la persona, así como sus necesidades y motivadores, con el fin de implementar las estrategias necesarias para que pueda ser autosuficiente y utilizar la visión que conserva con propósitos funcionales. Siempre se puede hacer algo para mejorar su calidad de vida”, agrega.

De igual forma, Elvira Lobato, representante de la Asociación para Evitar la Ceguera en México (APEC), menciona que “la prevención y el tratamiento integral de la enfermedad oftalmológica causante de la disminución visual se encuentran entre las intervenciones de salud más eficaces para detener o retrasar el avance de la pérdida de la visión”.

La detección temprana es la clave, insiste. “Realizarse exámenes oculares es una importante medida a tomar para diagnosticar alteraciones en los ojos. Cada enfermedad tiene un origen diferente y requiere estudios específicos para su diagnóstico, por lo que se recomienda acudir con el oftalmólogo cada año o en presencia de síntomas”.

Derecho a ver

La argentinaPerla Mayo, presidenta de la Asociación Latinoamericana de Baja Visión, indica que “el Derecho a Ver ha demostrado que nueve de cada diez personas que sufren algún problema de visión baja pueden beneficiarse con un tratamiento de rehabilitación para poder desenvolverse con más facilidad en su vida cotidiana y tener una mejor calidad de vida”.


Cuando la visión no mejora con el uso de anteojos regulares, medicamentos o cirugía, las personas con visión baja necesitan ayuda para aprender a sacar un máximo provecho de su visión remanente y poder mantener su independencia. “A las personas que padecen una baja visión se les puede reconocer en la calle porque utilizan un bastón verde”.

Refiere que con la rehabilitación visual las personas con baja visión consiguen realizar sus actividades cotidianas como ver las caras de las personas, ver los nombres de las calles y del transporte público… en resumen, ayuda a mejorar la calidad de vida del paciente, a fin de que recupere su independencia.

Resalta que “en poco tiempo, tres o cuatro sesiones, dos meses como mucho, ese paciente está rehabilitado. ¿Qué significa? Que ese paciente volvió a recuperar sus actividades, que una persona mayor que está en actividad laboral puede ser reinsertada a su espacio”, concluye.