¿Va EU rumbo a una crisis autogenerada?

Conforme pasan los días y las semanas, las condiciones de defensa y seguridad nacionales en Estados Unidos se debilitan,

Javier Oliva Posada
Columnas
Golpe al liderazgo
Foto: AP

Conforme pasan los días y las semanas, las condiciones de defensa y seguridad nacionales en Estados Unidos se debilitan: ya varios estados y gobernadores han decidido otorgar algunos millones de dólares para que el funcionamiento de instalaciones y servicios prioritarios retomen, al menos, parte de sus actividades, desde instalaciones turísticas hasta, por supuesto, labores de vigilancia en aeropuertos y otras instalaciones estratégicas.
También agencias como la CIA y el FBI han llamado a miles de funcionarios y agentes a que regresen a trabajar, aun cuando no les vayan a pagar por esos días laborados.

Por su parte, los civiles que apoyan en el Departamento de Defensa han sido convocados a retomar sus actividades.

La posibilidad de que la situación de repliegue forzado pueda en muchas áreas ser aprovechada por los enemigos es inminente. Este fue el argumento utilizado para regresar a las oficinas y talleres.
En la historia reciente y remota de Estados Unidos una situación así es inédita.

Por diferencias entre los partidos políticos en el Congreso y entre uno de ellos —el Republicano— y la Presidencia, se ven afectados ahora como nunca los intereses de defensa y seguridad nacionales. Ninguna crisis política o presupuestal había estado por arriba de la convergencia de los prioritarios objetivos en estas áreas.
Lo común hasta ahora había sido que, a pesar de las naturales diferencias entre partidos políticos, no se manifestaban en cambio las discrepancias en defensa y seguridad nacionales; esas polémicas quedaban de lado.

Consecuencias

Así había sido. Por eso es muy importante analizar y valorar el tamaño de la confrontación entre el Partido Republicano y el presidente Barack Obama, que provocó que ese simbolismo de cohesión y entendimiento haya desaparecido.
Como además ocurre justo en medio de dos operativos simultáneos realizados por las Fuerzas Especiales (Seals) en dos países africanos, Libia y Kenya, para contener y en su caso conducir a líderes históricos del terrorismo de inspiración islámica ante jueces federales estadunidenses, se incrementa la tensión ante posibles respuestas de células radicales esparcidas en más de 80 países en el mundo, de acuerdo con el Informe Anual 2012 del Departamento de Estado. La dinámica en esa guerra asimétrica continúa.

Esta artificial parálisis económica de Estados Unidos también ha comenzado a minar su liderazgo mundial. Así se puede constatar cómo la ausencia de Obama en la reunión de la Cuenca Asia-Pacífico dejó todo el protagonismo a China y su presidente, Xi Jiping: detalles que van desde fotografías clave hasta una serie de encuentros importantes con varios mandatarios, incluyendo a latinoamericanos, son parte del saldo negativo de la cancelación de la presencia del líder estadunidense a consecuencia de la crisis política en el Congreso.

Por donde se le vea, pues, la perspectiva de una suspensión de pagos de parte del gobierno de ese país, ahora sumada a la inminencia de una incapacidad para generarse los recursos necesarios para dinamizar la economía, ha hecho que los indicadores bursátiles comiencen a reaccionar con notable nerviosismo.

También en países como México, sobre todo en el mercado fronterizo, empiezan a padecerse los negativos efectos de la disminución en la actividad económica en Estados Unidos.

De seguir la crisis política y partidista con fines electorales rumbo a los comicios presidenciales de 2016, las repercusiones aumentarán.