Mujeres creyeron tener cáncer por culpa de la brujería

El Instituto Nacional de Cancerología (INCan) desconoce el número exacto de sobrevivientes del cáncer en el país, pero estima que 70,000 de cada 120,000 pacientes logra sobrevivir.   

Isaac Caporal
Todo menos politica
El Instituto Nacional de Cancerología (INCan) desconoce el número exacto de sobrevivientes del cáncer en el país, pero estima que 70,000 de cada 120,000 pacientes logra sobrevivir.
Foto: Creative Commons

Lizbeth Díaz Levín estaba intrigada por lo que podría encontrar en aquella casa de fachada amarilla, pintura descarapelada y portón negro, lo único que tenía en mente era que un brujo le quitaría el cáncer que semanas antes le diagnosticaron.

En ese entonces Lizbeth tenía 28 años, no sabía nada sobre la enfermedad y la única información que tenía era lo que una de sus primas le dijo: “Te están haciendo brujería”.

2 semanas después del diagnóstico, Lizbeth y su prima se encontraban frente a la casa del “médico brujo”, ubicada en la colonia Morelos. Era una mañana de junio.

Ella y su prima tocaron el zaguán negro, una señora de unos 50 años les abrió, le preguntaron por el señor Juan y la señora dijo que esperaran.

Minutos después salió un hombre de aproximadamente 60 años, al que llamaban “padre” Juan, le dijeron que querían una limpia para saber qué es lo que Lizbeth tenía.

Subieron a la azotea del lugar, estaba lleno de muebles viejos, pero en el extremo de la azotea había un circulo en el piso pintado con gis blanco y una mesa con objetos de santería y veladoras prendidas.

Hace 6 años que Lizbeth acudió con el “médico brujo” y afortunadamente sobrevivió para contar su historia.

El Instituto Nacional de Cancerología (INCan) desconoce el número exacto de sobrevivientes del cáncer en el país, pero estima que 70,000 de cada 120,000 pacientes logra sobrevivir.

Sobrevivir al cáncer depende de la etapa en la que se detecte. En México 70% de los diagnósticos de cáncer se realizan en etapas terminales, de acuerdo con el INCan.

Según una encuesta del mismo Instituto, 96.4% de los diagnósticos tardíos fueron por que el paciente no sabía donde recibir ayuda.

“En esos momentos, cuando te acaban de detectar cáncer uno cree en lo que sea, pero siempre preferí la versión médica, decía mi cáncer sólo era un problema hormonal”, dijo Lizbeth.

El padre Juan remarcó el círculo con un gis, escribió una “N”, una “S”, una “E” y una “O”, los puntos cardinales con su respectiva flecha.

Después sacó una bolsa con aserrín gris que puso en el centro del círculo y le dijo a Lizbeth que se pusiera en el centro, que cerrara los ojos y que estirara los brazos. El padre la agarró de las manos, la sacudió tres veces y el material del círculo se prendió.

“Salga del círculo“, le dijo el padre Juan a Lizbeth, así lo hizo y vio que el círculo estaba envuelto en humo. Cuando el humo se disipó el aserrín gris estaba esparcido.

El padre Juan se puso de cuclillas y examinó los restos de aserrín.

- Alguien le está haciendo daño- dijo el Padre.

-Le diagnosticaron cáncer- comentó la prima.

El “médico brujo” sacó una veladora con la que recorrió el cuerpo de Lizbeth para limpiarla mientras decía una especie de oración que ella no entendió.

Cuando el padre terminó le dijo que dejaría la veladora en su altar hasta que se consumiera y que en una semana regresaran para ver qué decía la veladora, Lizabeth y su prima nunca regresaron.

La experiencia con el brujo hizo que Lizbeth se diera cuenta de que la falta de información es alarmante cuando se habla de cáncer.

El 21 de septiembre de 2008, 3 meses después del diagnóstico, Lizbeth se sometió a una operación para extirpar el tumor.

Durante 6 meses, a partir del 21 de agosto, se sometió a un tratamiento de quimioterapias y en enero de 2009 el cáncer cedió.

La detección temprana y la decisión de Lizbeth de no regresar con el “medico brujo” fueron la clave para que ella venciera la enfermedad.

Ahora se dedica a dar apoyo emocional a enfermos y familiares en el Hospital General de la Ciudad de México. Ahí fue donde conoció a Gema Cruz Cervantes, cuando en el 2010 ambas acudían a las campañas en apoyo a pacientes con cáncer.

Gema es sicóloga y compañera de Lizbeth en el grupo de apoyo a enfermos con cáncer, ella no padece o padeció la enfermedad, pero su abuela, Sofía Cervantes, falleció a causa de esta.

Cuando doña Sofía comenzó a sentirse mal Gema tenía aproximadamente 6 años, recuerda que su abuela perdió peso, siempre se sentía cansada y tosía, a veces la tos era con sangre.

Entre su familia sólo se decía que los síntomas se debían a una brujería, por lo que le daban infusiones y le hacían limpias con hierbas secas, pero eso de nada sirvió pues los síntomas se agudizaban.

La familia, preocupada por la salud de la abuela Sofía, decidió llevarla a ver un médico, pero el diagnóstico no fue alentador, Sofía tenía cáncer de mama en etapa crítica.

Sofía falleció en 1986, apenas unos días después de la visita al doctor. Gema recuerda que su familia lamentó no tener información para saber que podía ser cáncer.

Lizbeth y Gema, marcadas por su experiencia, deciden fundar un grupo de sobrevivientes a la enfermedad en marzo de 2012. Desde hace 1 año y medio todos los martes y jueves asisten al Hospital General para brindar apoyo emocional a los enfermos cáncer y sus familias.

El apoyo que brindan consiste en:

- Pláticas de sicológicas.

- Yoga.

- Riso terapia.

- Asesoría de imagen.

Para el doctor Víctor Valdes de la Unidad de Oncología del Hospital General la ayuda que brindan este tipo de grupos es benéfica para los enfermos por las siguientes razones:

- La mayoría de la gente asiste sola y necesita que alguien los escuche.

- Hace que se sientan acompañados y que el tratamiento no sea una situación amarga.

- Ver que alguien sobrevivió a la enfermedad que ellos tienen, hace que cambien de actitud.

- Muchos llegan pensando que ya se van a morir y con este tipo de ayuda genera que no claudiquen en el tratamiento.

Las actividades del grupo liderado por Gema y Lizbeth en el Hospital General comienzan a las 10:30.

Acomodan las mesas en una pequeña sala del área de Oncología, toman unos folletos y van en busca de los pacientes para invitarlos al grupo.

Es jueves 28 de agosto de 2014, Lizbeth y Gema recorrieron 3 salas de espera y repartieron al rededor de 100 folletos con información del grupo de apoyo.

Su recorrido duró aproximadamente 20 minutos, después regresaron a la sala destinada para la reunión y esperaron 10 minutos para iniciar.

Sólo llegaron 8 pacientes.

Gema dice que a veces llegan más personas, pero lo importante es servir de apoyo a los muchos o pocos que lleguen.

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