Grupo Estado Islámico gana terreno

Es considerado el grupo con más integrantes y recursos financieros en el mundo.

Arturo Moncada
Política
Es considerado el grupo con más integrantes y recursos financieros en el mundo.
Foto: AP

Desde hace algunos meses la atención internacional se centra en el avance en Oriente Medio del grupo denominado Estado Islámico (EI), anteriormente conocido como Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL), definido como totalitario y terrorista, que se estima cuenta hoy con al menos 80 mil combatientes.

El EI se considera una amenaza global a partir de que sus violentas ofensivas en la frontera de Irak y Siria le han generado el control de un territorio de casi 50 mil km2, grandes arsenales de armas y fuertes cantidades de dinero.

Dicho territorio incluye ciudades tan importantes como Mosul, Tikrit, Faluya y Tal Afar, en Irak; así como Raqqa, en Siria, además de campos de petróleo, represas, carreteras y controles fronterizos.

“Actualmente el Estado Islámico es considerado el grupo terrorista más capaz del mundo y está muy lejos de aquella pequeña organización que en sus orígenes no representaba peligro alguno para la región ni para Occidente”, afirma Tarik Zeraoui Sánchez, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Iberoamericana.

“El EI —añade el especialista— es el grupo yihadista mejor armado, mejor organizado y con el mejor financiamiento de la zona, lo que le da amplios recursos. Es además el grupo más brutal y más violento en la actualidad.

A nivel internacional Occidente lo considera ya una amenaza en el sentido de que puede hacer blanco de unataque terrorista a Europa o a Estados Unidos. Recientemente en un comunicado el Estado Islámico advirtió también a Rusia sobre posibles atentados en su contra.

A nivel regional es una amenaza muy fuerte tanto para Irak como para Siria. Y por sus declaradas aspiraciones territoriales, hasta para Turquía y otros países vecinos. Que lo pueda hacer es otra historia, pero hay también una amenaza latente contra Líbano e Israel. También a nivel regional son una amenaza grave para la población civil y para las minorías étnicas, en este caso la chiita”.

Hay que recordar que el Estado Islámico es de carácter sunita y los sunitas son la mayoría de los musulmanes, casi 90% de la población, mientras que 10% son chiítas.

La gran diferencia entre sunitas y chiitas no es “como entre católicos y protestantes, religiosa, sino política. Y en este sentido existe una intransigencia total de este grupo hacia quienes no comparten su versión del Islam, que es una versión muy distorsionada”.

Coalición
Este grupo ya estableció un califato, es decir, una forma de Estado dirigido por un líder político y religioso de acuerdo con la ley islámica o sharia en el territorio que controla entre la frontera de Siria e Irak.

Hace unos días en Gales, Inglaterra, durante la reunión de miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Estados Unidos logró una coalición de diez países para combatir a los yihadistas, estableciendo una línea roja que advierte que no se realizará ningún despliegue de tropas en el terreno. Asimismo diez países árabes, con Arabia Saudita a la cabeza, se comprometieron a colaborar con Estados Unidos en la lucha contra el Estado Islámico.

Tarik Zeraoui Sánchez considera que puesto que es una amenaza regional que afecta a varios actores políticos de la región, en realidad la solución no tiene que estar solo en manos de un Estado o un actor solitario.

Por una parte está Estados Unidos, que bombardea y amenazó con continuar haciéndolo, y por otra está la OTANque busca conformar una coalición. Sin embargo si se quiere poner fin a esta amenaza los bombardeos no serán suficientes y podrían incluso ser contraproducentes.

Se necesita una intervención más allá de solo mandar armas y una coalición que cuente además con legitimidad internacional, afirma el especialista.

Enfoques
Si bien el Estado Islámico es un peligro claro para Oriente Medio y Occidente, desde el punto de vista de algunos analistas el motivo por el que este grupo terrorista alcanza más notoriedad es que opera en el territorio de dos países, Siria e Irak, que han sufrido el desplome de la autoridad de sus respectivos gobiernos.

Su éxito es entonces, dice, más el reflejo del fracaso de Bashar el-Assad en Siria y del gobierno autoritario del ex primer ministro iraquí Nuri al-Maliki, que de su propia fuerza.

Pero al margen de opiniones o vaticinios, el hecho es que el Estado Islámico sigue ganando terreno y por el momento no se vislumbra una solución pronta.