Antiguos tesoros de México

El patrimonio arqueológico constituye uno de los principales atractivos turísticos de México.

Yolanda Trejo
Todo menos politica
Zonas arqueológicas de México
Foto: Creative Commons

El patrimonio arqueológico constituye uno de los principales atractivos turísticos de México tanto a nivel nacional como internacional. Arqueólogos de gran renombre han dado a conocer en diferentes épocas verdaderos tesoros del pasado de México. El trabajo de campo y las investigaciones académicas han formulado varias hipótesis y producido numerosos artículos y publicaciones relativas a las culturas mesoamericanas.

Hay zonas arqueológicas que son espectaculares y que están abiertas al público, otras han sido rescatadas parcialmente y es innegable su importancia histórica. En muchos casos los vestigios del pasado aún permanecen bajo tierra, cubiertos por la maleza o en zonas selváticas. Si bien existe un registro de su ubicación, se requiere de una gran inversión económica, equipo y personal especializado para llevar a cabo las tareas de rescate y, posteriormente, analizar el producto de las excavaciones.

Gracias a la tecnología actual es posible diseñar y alimentar bases de datos, cruzar información y analizar los numerosos símbolos que aparecen dibujados en lienzos y códices, así como realizar diferentes tipos de estudios y análisis científicos.

En 2003, con ayuda de tecnología aplicada a la arqueología, el equipo encabezado por el arqueólogo mexicano Rubén Cabrera y el antropólogo japonés Saburo Sugiyama descubrió un sorprendente entierro de tres personajes (en posición de flor de loto) en la Pirámide de la Luna, en la zona arqueológica de Teotihuacán (Estado de México). Los trabajos permitieron identificar además la medida básica que emplearon los constructores de la majestuosa urbe.


Especialistas en historia del arte, restauración y pintura mural han hecho aportaciones importantes en materia de iconografía, técnicas y temas abordados en la pintura mural mesoamericana.

Próximamente la tecnología universitaria aplicada a la investigación arqueológica realizará una tomografía eléctrica tridimensional que permitirá estudiar el subsuelo de la pirámide de Kukulkán en Chichén Itzá (Yucatán). Con ello se podrá observar hasta 20 metros de profundidad y conocer las diferentes etapas constructivas del monumento. Se espera tener los primeros resultados en febrero o marzo del próximo año.

El patrimonio arqueológico ha dado lugar a estudios especializados que han involucrado el conocimiento de astrónomos, físicos y matemáticos para analizar la orientación y la relación que existe entre los monumentos prehispánicos de varias ciudades así como su vínculo con los astros. Al respecto destacan las investigaciones del doctor Jesús Galindo Trejo, especialista en astronomía.

Los museos de sitio ofrecen información complementaria de las zonas arqueológicas al exhibir objetos que dan cuenta de la organización, creencias, indumentaria, deidades y relaciones comerciales de las culturas mesoamericanas. Es necesario que se actualice la información de los cedularios y se creen materiales interactivos y didácticos que permitan al visitante profundizar en determinados aspectos de las culturas antiguas. Asimismo se pueden hacer cambios en la museografía para hacerla más atractiva y diseñar líneas del tiempo que ubiquen a las culturas de Mesoamérica y muestren su relación con el resto del mundo.

Descubrir y admirar

Si bien es cierto que cada sitio arqueológico tiene sus propias características e importancia, algunos resultan especialmente interesantes por el área de influencia que tuvieron, sus dimensiones y cualidades arquitectónicas.

En varios sitios se han encontrado diferentes tipos de entierros acompañados de suntuosas ofrendas que arrojan luz sobre las costumbres de los habitantes, su cosmovisión y los artículos que comerciaban con otros grupos.

Hay sitios representativos de tres momentos históricos: Preclásico (Cuicuilco y Tlatilco), Clásico (Teotihuacán) y Postclásico (Tenochtitlán). Otros se ubican en etapas de transición: Xochicalco en Morelos y Tula en Hidalgo.

La decadencia y abandono de las ciudades mesoamericanas implica un análisis profundo. Algunos especialistas mencionan que no fue una sino varias las causas que ocasionaron el declive de un grupo: guerras, conflictos sociales internos, cambios climáticos…

En la Ciudad de México puede visitar la zona arqueológica de Cuicuilco, una de las más antiguas. Cuenta con un museo de sitio que exhibe una colección de figurillas femeninas, trabajadas en arcilla, asociadas con un culto a la fertilidad, así como entierros y esculturas que representan al dios del fuego.

En el Centro Histórico puede visitar el Templo Mayor: un sitio que marca el esplendor y la decadencia el Imperio Azteca. Se encuentra dividido en dos grandes zonas que corresponden, respectivamente, a Tláloc, dios de la lluvia, y a Huitzilopochtli, deidad de la guerra.

Visitar y preservar

En el Estado de México hay varios sitios interesantes: Tenayuca, Santa Cecilia, Malinalco, Texcoco y Teotihuacán. Este último corresponde cronológicamente al periodo Clásico. El nombre de la ciudad se relaciona con una leyenda que habla de la creación del Sol y la Luna. Es un magnífico ejemplo de planeación urbanística. Tiene una vista espectacular del conjunto desde la Ciudadela y en lo alto de las Pirámides del Sol y de La Luna. Cuenta con basamentos piramidales, patios, estructuras, palacios y pasajes subterráneos, además de innumerables murales. La influencia teotihuacana se dejó sentir en sitios muy lejanos.

En la zona arqueológica de Xochicalco (Morelos) destaca un monumento que tiene la representación del dios Quetzalcóatl como serpiente emplumada. También hay varios juegos de pelota y un observatorio. En su etapa de mayor esplendor congregó a sabios y sacerdotes en un evento donde se realizaron ajustes calendáricos. En la misma entidad federativa encontrará otros sitios de interés: Teopanzolco, Las Pilas y El Tepozteco.

Los centros ceremoniales se ubicaban en sitios estratégicos que permitían a los dirigentes tener un control visual de la zona y de los accesos. El paisaje actual dista mucho del que existió en épocas pasadas debido a que se han producido cambios drásticos en las condiciones ambientales. La relación que guardan los sitios arqueológicos entre sí permite identificar rutas de migración y de comercio de ciertos artículos.

Compartir y disfrutar

En Puebla destaca la zona arqueológica de Cholula. La gran pirámide tiene en la cima una construcción virreinal: el Santuario de la Virgen de los Remedios. El museo de sitio contiene piezas que permiten conocer aspectos de vida cotidiana, así como una réplica del mural de Los bebedores de pulque.

En Veracruz encontrará sitios arqueológicos donde ha quedado impresa la huella de diferentes culturas: huastecos, totonacos, olmecas… Entre los sitios interesantes están Cempoala y El Tajín. Este último ha ganado fama por la belleza de la Pirámide de los Nichos y los numerosos juegos de pelota. Conviene mencionar que más que un juego se trataba de un ritual que contribuía a que el Sol continuara su movimiento cíclico. El museo de sitio exhibe piezas interesantes: jugadores, yugos, hachas y palmas.

El estado de Oaxaca tiene mucho que ofrecer en patrimonio arqueológico, basta mencionar dos sitios espectaculares: Monte Albán y Mitla. El primero sorprende por su majestuosidad y el segundo por sus diseños geométricos.

Chiapas posee numerosas zonas arqueológicas. Algunas sorprenden por su arquitectura monumental en perfecto equilibrio con la naturaleza del entorno, como Palenque, Yaxchilán y Bonampak: tres sitios que evidencian la grandeza y desarrollo que alcanzaron los mayas, cuya influencia se dejó sentir hasta Centroamérica.

En Yucatán destaca la pirámide de Kukulkán, en Chichén Itzá, mientras que en Campeche son famosos los mascarones de Edzná.

En Querétaro puede visitar El Cerrito (en Villa Corregidora) y Ranas y Toluquillas (en la Sierra Gorda), cuyo encanto se acentúa por la belleza del paisaje. En la zona del Bajío se han abierto al público varios sitios arqueológicos, entre ellos Plazuelas.

Un poco más al norte puede visitar la zona arqueológica de la Quemada (Zacatecas) y Paquimé (Chihuahua). Si quiere disfrutar del legado pictórico, nada mejor que El mural de la batalla, en Cacaxtla (Tlaxcala), y puede apreciar una arquitectura diferente en Xochitécatl (Tlaxcala) y Cantona (Puebla).

Estos son apenas algunos de los sitios que puede visitar en territorio mexicano. Su grandeza es excepcional y digna de estudio y orgullo. Le invito a descubrir los tesoros que encierran las zonas arqueológicas de México.