James Wathen llegó hace un mes al hospital Baptist Health Corbin, en Kentuky, Estados Unidos, por que su salud se deterioraba significativamente día a día, los médicos pronosticaron que moriría en una semana.
El hombre presentaba signos de angustia emocional y desnutrición muy fuerte y sólo decía que necesitaba a su perro, una chihuahua con un solo ojo llamada Bubba.
A pesar de su política de no-animales, los trabajadores del hospital buscaron a la perrita y la llevaron con su dueño.
El reencuentro del hombre con su perrita fue el sábado 11 de octubre y desde ese día la salud de James mejoró.
Wathen recuperó el apetito y la lucidez. Los médicos pronostican una pronta recuperación y descartan la muerte.
Con Información de Today.