“El Kalimba” es un joven en situación de calle que vive en la colonia Morelos. Él fue uno de los indigentes que ayudó a pintar los murales que adornan los pilares de la estructura elevada de Congreso de la Unión.
El proyecto de los murales a cargo de los artistas Rosa María Ponzanelli, Pedro Ramírez Ponzanelli y David Barrera comenzó el 20 de agosto de 2014 y concluirá el 25 de noviembre, es parte de las 29 acciones de la delegación Venustiano Carranza para prevenir la delincuencia en la colonia Morelos.
“El Kalimba” colaboró a pintar el mural dedicado a Gilberto Bosques, “El Schindler mexicano”. Él se encargó de pintar el fondo.
Fue una tarde de principios del mes de septiembre cuando “El Kalimba” comenzó a pintar, ese día él cruzó Congreso de la Unión para ir al comedor comunitario cerca del metro Morelos.
Cuando vio a los artistas pintando el mural, se detuvo les preguntó quien era el señor que estaban pintando y le explicaron que Gilberto Bosques fue cónsul en París durante la Segunda Guerra Mundial y ayudó a salvar a miles de judíos. Judios que vinieron a vivir a México, se establecieron en Polanco y son los dueños de los negocios de Tepito.
La historia de Bosques le gustó al “Kalimba” y quiso contribuir a realizar su mural.
- ¿Entonces qué?, ¿Sí le entras?, le preguntó Daniel.
- Sí, puedo hacerlo. Yo hago tatuajes, dijo “Kalimba”.
Así que “Kalimba” tomó las brochas y comenzó a pintar. “kalimaba”, fue uno de los 40 jóvenes en situación de calle que llegó a colaborar en los murales.
Cuando terminaron de pintar Daniel invitó al “Kalimba” a comer al mercado Morelos, y ahí “El Kalimba” le contó su historia.
“El Kalimba” es originario de Veracruz, tuvo que huir porque un grupo de criminales lo quería reclutar y él ya había visto como golpeaban a uno de sus primos por negarse a ser parte de ellos.
“A mi no me gustan las golpizas, por eso escapé”, platicó Kalimba.
En 2012, cuando llegó al Distrito Federal se estableció en el Centro Histórico, pero por ese rumbo no encontró trabajo ni dónde dormir, hasta que le dijeron que en Tepito podría encontrar trabajo. Así fue como llegó a la colonia Morelos, trabaja en uno de los locales del mercado de Sonora Vendiendo Juguetes, pero el dinero que le pagan no le alcanza para pagar un lugar donde dormir.
“El Kalimba” dice que lo gasta en la Casa de Salvación donde puede dormir y bañarse por 30 pesos, si es que llega antes de que oscurezca y encuentra lugar, la única comida que ingiera durante el día es un comedor comunitario donde paga 10 pesos.
Además de ese dinero, a veces también junta botellas de PET con las que en un día puede ganar hasta 15 pesos.
Al siguiente día “kalimba” ya no regresó, pero dejó su colaboración en uno de los 27 murales de Congreso de la Unión
10 de los murales son dedicados a personajes que hicieron algo por la paz y los otros 17 son murales con que invitan a reflexionar para que cada persona se pregunte qué puede hacer por la sociedad.
Cuando los artistas llegaron a pintar los murales, a mediados de agosto, los pilares de la estructura elevada de Congreso de la Unión se utilizaban como dormitorios de indigentes, basureros y como baños.
Una de las dificultades para pintar los murales fue que los indigentes limitaban los horarios de trabajo de los artistas. La intención de ellos era llegar a las 10:30 para empezar a pintar, pero a esa hora las personas en situación de calle todavía estaban dormidos, así que tenían que comenzar hasta medio día y se tenían que cuando el sol se metía.
Los indigentes que habitan donde están los murales ayudaron a pintar el fondo de los murales, para ello los artistas les enseñaron les enseñaron lo que era la sección áurea, la composición, la teoría de color.