Deuda pública a las nubes

Rechazada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), una controversia constitucional promovida por 44 senadores de oposición en rechazo a un capítulo de la Ley de Ingresos que para este año faculta al gobierno a contratar deudas por 570 mil millones de pesos y diez mil millones de dólares, la puerta se abrió al infinito.  

Alberto Barranco
Columnas
Rechazada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), una controversia constitucional promovida por 44 senadores de oposición en rechazo a un capítulo de la Ley de Ingresos
Foto: NTX

Rechazada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), una controversia constitucional promovida por 44 senadores de oposición en rechazo a un capítulo de la Ley de Ingresos que para este año faculta al gobierno a contratar deudas por 570 mil millones de pesos y diez mil millones de dólares, la puerta se abrió al infinito.

La jurisprudencia señala que ante el dinamismo de los mercados financieros sería imposible que la Ley de Ingresos fuera modificada cada vez que el Ejecutivo considere necesaria la contratación de deuda.


Así de simple.

De acuerdo con el ministro ponente, José Ramón Cossío, los senadores inconformes no tomaron en cuenta a la contraparte, es decir, la Ley de Egresos, en cuyo marco se detalla la forma de gasto del presupuesto… facultándose a la Auditoría Superior de la Federación para auditarlo.


El problema, desde un ángulo, es que aun cuando se están abriendo alternativas para el gasto de inversión —como los ferrocarriles de pasajeros de alta velocidad México-Toluca y México-Querétaro, además de un nuevo aeropuerto para la Ciudad de México—, está creciendo peligrosamente el gasto corriente, es decir, la operación del aparato público.

En lo que va de la actual administración este ha crecido 5% al pasar de dos billones 40 mil millones de pesos del ejercicio del año pasado a dos billones 578 mil millones.

El año próximo crecerá otro 2% para llegar a dos billones 623 mil millones.

Y el problema, desde otro ángulo, es que de cara a la reforma energética en que se abre el abanico para empresas privadas nacionales y extranjeras para competir contra Petróleos Mexicanos los ingresos tributarios derivados de la explotación del petróleo van a disminuir drásticamente.

Como usted sabe, Pemex redituaba al país la tercera parte de sus ingresos fiscales.

Si hasta hoy la deuda contratada por el gobierno alcanza 528 mil millones de pesos, para el año entrante el salto llegaría a 622 mil 598 millones de acuerdo a lo aprobado en la Ley de Ingresos.

Paradoja

En solo dos años, pues, se habría contratado más deuda por un billón 200 mil millones.

El crecimiento sería de 19.6% respecto de 2012, cuando el monto total llegaba a cinco billones 350 mil millones de pesos.

La nueva deuda significaría a finales del año próximo 67% del Producto Bruto Nacional.

Más allá de la deuda que contrata per se el gobierno federal, para este año se prevé un techo de endeudamiento, es decir, préstamos bancarios o colocación de deuda por entidades públicas o empresas paraestatales de 650 mil 478 millones de pesos.

Los créditos tienen el aval del gobierno federal.

Durante 2013 el monto en el renglón había sido de 355 mil 289.6 millones de pesos.

El salto será de 83.1 por ciento.

La paradoja del caso es que el pilar en que se apuntala la Ley de Ingresos de cada año es la expectativa de crecimiento, que el año pasado y este se desfasaron catastróficamente.

Como recordará usted, para este 2014 la Secretaría de Hacienda estimaba un avance de 3.7%, que tras cuatro recortes sobre la marcha se redujo a 2.7… con la posibilidad de quedar en 2.3.

Sin embargo, la realidad apunta a menos de dos por ciento.