PRD, una historia de crisis

La crisis de Ayotzinapa sigue cobrando facturas y sin duda uno de sus principales acreedores es el PRD.

Lourdes Mendoza
Columnas
La crisis de Ayotzinapa sigue cobrando facturas y sin duda uno de sus principales acreedores es el PRD.
Foto: Especial

La crisis de Ayotzinapa sigue cobrando facturas y sin duda uno de sus principales acreedores, cortesía del ex alcalde de Iguala, José Luis Abarca, y de la ineficiencia del ex gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre, es el Partido de la Revolución Democrática (PRD).

Los primeros en pagar, con expresiones de rechazo popular, fueron el líder moral del partido del sol azteca, Cuauhtémoc Cárdenas, el ex dirigente Jesús Zambrano y el senador Alejandro Encinas.


Pero además de la crisis externa, al interior del instituto político se vive lo que muchos han denominado “la peor crisis de su historia”.

Créame que ese partido sabe lo que son las dificultades internas, pues bastaría recordar los desaseos domésticos de 1999 por la disputa interna entre Amalia García Medina, líder de Foro Nuevo Sol, y el líder de la tribu Nueva Izquierda, Jesús Ortega Martínez; la de 2004 con los videoescándalos del famoso señor de las ligas, René Bejarano; la de 2008 en otra disputa interna entre Encinas y otra vez Ortega, y cómo olvidar la de 2010 con el narcodiputado Julio César Godoy Toscano.

Hoy el hecho de que un pilar del perredismo como Cuauhtémoc Cárdenas haya pedido la renuncia de la dirigencia de su partido, empezando por Carlos Navarrete, no es menor y mucho menos nuevo, pues el ingeniero acostumbra redactar cartas de este tipo, tal y como lo hizo en 2009, cuando en un texto titulado Un último llamamiento el ex presidente del PRD advirtió sobre su seria preocupación por el descrédito y la pérdida de autoridad moral —desde aquel tiempo— de este organismo frente a la ciudadanía, por lo que sugirió la renuncia del entonces dirigente y Chucho mayor Jesús Ortega.

Escenario

Y aunque Carlos Navarrete adelantó que no renunciará y propuso que el tema lo discuta el Consejo Nacional de su partido —en el que su corriente tiene mayoría—, lo cierto es que todo indica que en el partido ya no habría cabida para los dos (Cárdenas y Navarrete). Y en ese escenario sería más fácil que renunciara el ex candidato presidencial a que dimitiera el dirigente nacional.

¿Y qué cree? Esto tampoco sería algo nuevo en el PRD, pues de los 14 presidentes nacionales que ha tenido el partido del sol azteca desde su fundación en 1989 ya han renunciado cuatro: Porfirio Muñoz Ledo, en 2000; Rosario Robles, en 2004; Leonel Cota, en 2010, y Andrés Manuel López Obrador en 2012.

Queda claro que las crisis internas son una constante en la historia del PRD, pero tal vez la actual sea el principio del hundimiento de un partido político que fue considerado como el más importante de la izquierda mexicana... ¡Sálvese quien pueda!

Y como estilo mata carita...

Vaya temple y fuerza que demostró el jefe de gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera, en su reaparición pública para encabezar el 190 aniversario de la fundación de la Ciudad de México, después de dos semanas de recuperación tras ser intervenido quirúrgicamente del corazón... ¡Esas sí son agallas!