TLCAN: 21 años

A 21 años de la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte ya  no empata con las expectativas.

Alberto Barranco
Columnas
A 21 años de la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte ya  no empata con las expectativas.
Foto: Internet

En paralelo a la aparición en los Altos de Chiapas del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, el primer día de 1994 se abrió el escenario para el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), el proyecto estelar del país, a decir del ex presidente Carlos Salinas de Gortari, para su desarrollo.

La balanza, 21 años después, no empata con las expectativas.


Tras una larga negociación que alcanzó a dos presidentes de Estados Unidos, George Bush y William Clinton, se planteaba no solo la integración de México al mercado más grande del mundo sino además un espectacular crecimiento en el empleo del país que atenuaría la migración al vecino.

La frontera de dos mil 700 kilómetros le abriría la puerta a la instalación de empresas extranjeras, aprovechando las ventajas de cero aranceles. México sería, a imagen y semejanza de los tigres del Pacífico, el paraíso de la maquila.

Y aunque en el plano político los nubarrones negros auguraban tormenta —con el levantamiento armado en Chiapas, el asesinato del candidato del PRI a la Presidencia de la República, la devaluación dramática del peso frente al dólar…—, durante los primeros siete años parecía que se cumplían las predicciones.

Aunque México había logrado en 1988 ser la octava economía del planeta, tras un derrumbe estrepitoso en 2001 se convirtió en la novena.

Más allá, aunque el país había alcanzado en 1994 ser el cuarto receptor mundial de inversión extranjera, ese mismo año llegamos al octavo sitio y al doce en materia de exportaciones.

Casi el paraíso.

Baches

Sin embargo, en 2002 se inició la debacle al no implementar el país programas y proyectos que permitieran aprovechar íntegramente el marco, lo que provocó una grave pérdida de competitividad. Se diría que se nos indigestó la apertura.

Durante el primer lustro del milenio salieron del país 900 empresas maquiladoras, con proa hacia el Extremo Oriente o América Central.

Sin consolidarse la estrategia México inició una firma compulsiva de acuerdos de libre comercio con 43 naciones, aunque tampoco se planteó una estrategia coherente.

Y aunque el país mantiene un superávit en su balanza comercial con Estados Unidos, las mercancías empezaron a depender prácticamente de las exportaciones. De 58.8% de valor agregado que se le daba a los productos, se descendió a solo 39.15 por ciento.

Durante 2012, por ejemplo, de 370 mil 918 millones de dólares exportados al país vecino el petróleo totalizó 42 mil 832 millones; las reexportaciones de insumos importados, temporalmente alcanzó 228 mil 780 y solo 102 mil 298 fueron de valor agregado.

En contraste, naciones como Singapur alcanzan un valor agregado de 228 mil millones de dólares, con una población 20 veces menor a la nuestra.

Y aunque Estados Unidos le ha puesto zancadillas al país con la imposición de barreras no arancelarias —especialmente fitosanitarias, una de ellas de cara a las exportaciones de atún— y se ha aplazado por años la apertura en materia de transporte, lo cierto es que México no ha logrado la mayoría de los objetivos trazados hace 21 años.

Se perdió la oportunidad de integración comercial y productiva, de mejorar la competitividad, de crecer en materia de inversión extranjera directa, de generar mayor volumen de empleo, de darle mayor valor agregado a las exportaciones…

Hace 21 años…