Grecia da volantazo a la izquierda, ¿qué sigue ahora?

Las promesas de campaña de la izquierda deberán adecuarse a la cruda realidad económica y social de Grecia.

Gustavo Pérez
Política
Las promesas de campaña de la izquierda deberán adecuarse a la cruda realidad económica y social de Grecia
Foto: AP

Los griegos eligieron el pasado domingo a Alex Tsipras como su nuevo primer ministro, en tanto que los representantes de su partido Syriza obtuvieron 149 escaños en su congreso, apenas 2 por debajo de la mayoría absoluta.

Syriza, de extremo izquierda, rebasó al partido Nueva Democracia del ex primer ministro Andonis Samarás y al “Amanecer Dorado”, de corte neonazi, quienes se quedaron en el segundo y tercer lugar respectivamente.

Tsipras ha afirmado que esta victoria representa un cambio de rumbo para Grecia y “deja la austeridad tras 5 años de humillación”. De esta manera, inicia un nuevo régimen que promete rebelarse contra los acreedores europeos que financiaron a la nación griega, e impidieron su salida de la Unión Europea, luego de la severa crisis que la azotó en 2010.

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Alexis Tsipras, un ingeniero de 40 años, no es ningún novato en la política. Desde antes de los 20, ya era parte del Partido Comunista de Grecia. En 2006, fue candidato a la alcadía de Atenas por parte del Syriza.

El nuevo primer ministro encabezará ahora un gobierno que busca distanciarse de la Troika, como se le conoce a la coalición de los países de la Eurozona, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, quienes otorgaron a Grecia un préstamo por bancarrota de 110,000 millones de euros que se extendió a los 240,000 millones hacia inicios de 2015.

El alivio financiero, no obstante, se otorgaría solo bajo las condiciones de medidas de austeridad, reformas estructurales y la privatización de bienes gubernamentales.

Aquí puedes ver cómo funcionará el nuevo gabinete griego.

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El principal crítico de Tsipras, obviamente, fue el entonces primer ministro y rival en las elecciones, Andonis Samarás, quien basó su campaña en pronosticar que, de ganar la izquierda, Grecia saldría de la Unión Europea y se encontraría, nuevamente, en bancarrota.

Otro ex primer ministro de Grecia, Evangelos Venizelos, llamó a Tsipras “Harry Potter”, debido a que promete el regreso a la prosperidad “de alguna forma mágica”, así como “el paraíso en la Tierra sin ningún sacrificio”.

Pese a los tétricos augurios, Tsipras y su izquierda radical obtuvieron la preferencia de los electores e, incluso, logró acordar una alianza con el partido de extrema derecha Griegos Independientes.

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La victoria de Tsipras y de la izquierda radical se debe no solo al carisma y popularidad del nuevo primer ministro, sino a que ha catalizado la frustración de la población griega ante las crisis y las medidas de austeridad que sus acreedores europeos han impuesto.

Tsipras logró aprovechar estos temas y concentró su campaña en eliminar la austeridad, repartir recursos públicos entre los favorecidos y abolir impuestos. Curiosamente, dejó de lado los 240,000 millones de euros que Grecia aún debe a sus acreedores, aunque como consigna, afirmó que espera que la Troika continúe con el financiamiento a la nación en bancarrota.


Asimismo, Tsipras usó el discurso anti Alemania, en el que se señala a la canciller Ángela Merkel como fuente de medidas injustas y que, incluso, las comparaba con las imposiciones que el régimen Nazi estableció durante la invasión en Grecia en la Segunda Guerra Mundial.

Por otro lado el saliente partido Nueva Democracia no logró concretar resultados a tiempo, lo que generó una ruptura en el tejido social griego, terreno fértil para una oferta populista como la de Tsipras.

Las promesas de campaña de la izquierda, sin embargo, deberán adecuarse a la cruda realidad económica y social de Grecia, pues se trata de una situación que afectará, de ser negativa, a toda Europa.