Como es tradición, anualmente los habitantes de Tlacotalpan, Veracruz, se engalanan con prendas rojas y salen a las calles para admirar el lento paso de su imagen patrona: la Virgen de La Candelaria.
Con más de 200 años de historia, la ancestral fiesta de La Candelaria se llevará a cabo este año del 30 de enero al 9 de febrero. En conferencia de prensa el secretario de Turismo y Cultura del estado, Harry Grappa Guzmán, presentó el programa oficial de esta edición, en la que se remarcó la vocación turística, cultural e histórica de La Perla del Papaloapan, que permitirá promover el turismo en la región y la entidad.
Grappa Guzmán indicó que una de las mayores instrucciones del gobernador Javier Duarte de Ochoa es la difusión y promoción de las fiestas tradicionales y, al mismo tiempo, impulsar proyectos turísticos que muestren al mundo la grandeza de Veracruz.
La Fiesta de La Candelaria ofrece actividades artísticas y culturales con las que se promueven no sólo las bellezas naturales de la región sino la tradición y la cultura de un pueblo que es reconocido por su risa y su canto, con los cuales espera conquistar a más de cien mil visitantes locales, nacionales y extranjeros.
Escenario
Tlacotalpan es un pueblo situado al sureste de Veracruz, en la ribera del río Papaloapan. El agua es el elemento esencial de esta comunidad compuesta de alegres fachadas de arquitectura elegante, casas de teja roja, pintadas de brillantes colores, y con dos extraordinarios templos en color blanco dedicados a San Cristóbal y a la Virgen de La Candelaria. Gracias a su belleza y tradiciones, en 1998 la Unesco declaró a Tlacotalpan Patrimonio Cultural de la Humanidad.
La Virgen de La Candelaria, una imagen que llegó con los primeros frailes de la Orden de San Juan de Dios, de España, muy venerada y festejada el día 2 de febrero. La imagen fue introducida con la intención de convertir a los antiguos habitantes de la región al cristianismo, sustituyendo a la deidad prehispánica de la fertilidad que coincidentemente era venerada en las mismas fechas y a la que le rendían tributo para obtener beneficios de la tierra: buenas cosechas, abundancia de peces y buen temporal en general.
Celebración
La celebración consta este año de un completo programa familiar en el que se destaca el tradicional encuentro de jaraneros y decimistas de la zona, el país e incluso amantes del género de diversas partes del mundo. Se tiene contemplada, además, la realización de actividades religiosas, seminarios, exposiciones, fandangos, presentaciones de los Voladores de Papantla, recorridos de mojigangas y la popular cabalgata, el acto que abre esta tradicional fiesta.
Los personajes principales de la cabalgata, compuesto por hombres y mujeres, son amantes de la tradición y atraviesan con toda solemnidad el asentamiento de lado a lado en sus mejores cabalgaduras.
Los hombres, ataviados con su acostumbrado sombrero de palma de cuatro pedradas, guayabera y pantalón blanco, botas de tacón sevillano y paliacate rojo al cuello. Las jóvenes con amplios vestidos blancos de tres holanes, a todo vuelo, de organdí y encaje, delantal de terciopelo negro bordado y pañuelo triangular sobre la espalda, abanico, tocado de flores y cachirulo.
Al caer la tarde se lleva a cabo el Encuentro de Jaraneros en la Plaza Doña Martha, donde se ha venido haciendo año con año. Allí se dan cita la música y el canto, el ingenio popular, la inspiración romántica, la picaresca, el baile, la espontaneidad y el lucimiento, elementos imprescindibles del fandango.
La buena comida nunca puede faltar en las grandes celebraciones, y en Tlacotalpan el gusto se regala con sabores de tradición gracias a su gran riqueza gastronómica. Los expertos recomiendan probar el arroz a la tumbada (arroz con caldo de pescado), el tizmiche (hueva de camarón), los pulpos, los calamares, el pescado a la veracruzana, el mondongo, las gorditas de anís y blancas, la longaniza y las enchiladas. Los postres son otra delicia de la región y destacan entre ellos las naranjas rellenas, la sopa borracha y el dulce de leche.
Durante el primer minuto del 2 de febrero se celebran las tradicionales mañanitas a la Virgen de La Candelaria, quien con el Niño Jesús en brazos recibe el canto de los feligreses en su santuario.
Ese mismo día se pasea a la Virgen de La Candelaria y durante su recorrido bendice la ciudad, amansa y conjura la bravura del Papaloapan para que no cause inundaciones. Durante el paseo de la Virgen una multitud se congrega en la iglesia para transportar a la Virgen en andas; varias sociedades religiosas locales y de ciudades vecinas portando estandartes se encuentran presentes; llevan a la Virgen con paso firme y grave hacia el muelle y con renovado fervor; los rezos y el ruido de los cohetes acompañan la procesión. Embarcan a La Candelaria para que navegue en el río y tranquilice sus aguas.
El alcalde de Tlacotalpan, Homero Gamboa Martínez, indicó que durante los días de celebración se espera recibir a miles de personas que disfrutarán de “la fiesta más importante de Tlacotalpan y una de las tres festividades más importantes y representativas del estado de Veracruz”.