Adiós al rinoceronte blanco del Norte

Martha Mejía
Todo menos politica
Ya sólo quedan 5 rinocerontes blancos en el mundo
Foto: liesvanrompaey/Creative Commons

El rinoceronte blanco del norte, una subespecie del rinoceronte blanco, está a punto de desaparecer debido a factores como la caza, el alto valor económico en el que se cotizan sus cuernos y las guerras que han tenido lugar en África, de acuerdo con el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).

Con un peso que supera las 3 toneladas y una longitud de casi 4 metros, este mamífero pasa el día pastando en las sabanas más húmedas a salvo de predadores, exceptuando al hombre, quien es el principal responsable de su actual situación.

Características


El rinoceronte blanco vive en pequeños rebaños. Se distingue por su gran tamaño, piel gruesa y el cuerno sobre su hocico. Tiene tres dedos en las patas, que terminan en cascos que les dan una buena velocidad cuando corren.

Los ojos, a los lados de la cabeza, son pequeños y su visión es limitada. Sus orejas también son pequeñas, pero su sentido del oído está bien desarrollado al igual que su olfato. Se alimenta de hierbas y toma mucha agua.

Por lo general son pacíficos, pero durante el periodo de celo los machos se muestran muy agresivos con los otros individuos del mismo sexo, expulsándolos de la manada y no permitiéndoles intervenir en el ciclo reproductor del grupo.

Una de las principales dificultades para la regeneración de sus poblaciones es su escasa capacidad de multiplicación, pues después de un periodo de gestación de año y medio nace una sola cría, a la que la hembra tendrá que amamantar durante al menos dos años más, periodo tras el cual puede volver a ser fecundada.

Es fácil de entender que con una tasa de natalidad tan baja la población de rinocerontes blancos permanezca en unos niveles muy precarios, incluso en las zonas donde tiene un alto nivel de protección.

Extinción

Aunque la supervivencia de la especie ya causaba preocupación desde hace varios años, grupos conservacionistas se alarmaron aún más después de la muerte de 2 machos adultos a finales de 2013.

La situación se agravó hace apenas un par de meses, cuando el zoológico de San Diego, Estados Unidos, informó de la muerte de Angalifu, uno de los 6 últimos ejemplares de rinoceronte blanco del norte.

Tras la muerte de Angalifu, último macho con semen apto para la reproducción natural, quedan 5 ejemplares en todo el mundo:

- Nola, una hembra que vive en el zoológico de San Diego y no logró aparearse con Angalifu.

- Najin y Nabire, otras 2 hembras que viven en el zoológico Dvur Kralove de la República Checa.

- Fatu, hija de Najin, la más joven del grupo, que vive en Ol Pejeta, en Kenia.

- Sudán, el último macho que queda y que no ha vuelto a ser padre desde Nabire (1983) y Najin (1989).

Tráfico

El alto valor en el que se cotizan los cuernos del rinoceronte blanco es sin duda otro de los factores que propician la desaparición de esta especie.

“Hay una asociación muy fuerte del polvo de cuerno del rinoceronte como símbolo de riquezas en países como Vietnam. Los principales usuarios tienden a ser hombres maduros, además de que comprarlo y consumirlo reafirma su estatus social”, señala Tom Milliken, de Traffic, programa de la WWF.

Por esta misma razón también los usan en África del Norte y Oriente Medio: le arrancan el cuerno de la cara al rinoceronte para usarlo como empuñadura para dagas decorativas.

Otros, en cambio, se aferran a sus supuestas propiedades medicinales que datan de hace más de 2 mil años, cuando en China se prescribía para curar afecciones del hígado o bajar la fiebre. Desde mediados de la primera década de este siglo, en cambio, se le promociona como cura para el cáncer.

Creencias como estas han mermado y en algunos casos acabado con los rinocerontes, de los que existen cinco especies, divididas en varias subespecies genéticas, en el mundo.

De acuerdo con la ONG Lewa Wildlife Conservancy los cazadores matan a esta especie para obtener sus cuernos, que venden al primer intermediario en unos ocho mil dólares el kilo. Luego, el kilo supera los 50 mil dólares e incluso un solo cuerno puede venderse por más de medio millón de dólares en Asia, según el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos.

In vitro

Tras la muerte de Angalifu especialistas decidieron recurrir a la fertilización in vitro como una vía posible para su preservación. De ahí que la nueva tarea es recolectar óvulos de las hembras supervivientes para almacenarlos y utilizarlos en el futuro.

Científicos unirán los óvulos con los espermas de machos que ya se encuentran congelados y almacenados en un instituto en Berlín, Alemania, aunque por ahora no se ha establecido un plazo para llevarlo a cabo.

Los especialistas confían en que las técnicas de fertilización in vitro han mejorado y existen mayores posibilidades de lograrlo, pero esperarán el momento adecuado para alcanzar una fecundación exitosa.

Los expertos en el campo seguirán analizando el proyecto, pero la recolección de óvulos es el primer paso para intentar la reproducción de la especie.

Los especialistas descartaron el uso de la inseminación artificial debido a que los cinco mamíferos restantes son de edad avanzada. Ahora los científicos evalúan la probabilidad de implantar el embrión en una hembra sustituta que sea pariente cercano del rinoceronte blanco del norte, quizá el blanco del sur.

De esta manera la ciencia se aferra a encontrar la mejor forma de usar el esperma congelado para producir otro rinoceronte de esta especie antes de que fallezca el último de los cinco que quedan, lo cual podría suceder a lo largo de la próxima década.