58% de los pacientes con trastorno bipolar sufren obesidad

Lorena Ríos
Todo menos politica
Obesidad y bipolaridad
Foto: Joe Penna/Creative Commons

En la última década se duplicó el número de mexicanos que padecen sobrepeso u obesidad y esta condición también afecta a los pacientes con alteración de las sustancias químicas neuronales, mejor conocida como trastorno bipolar maniaco depresivo.

Según diversos estudios, el 50% de los esquizofrénicos está excedido de peso y 14% presenta alteraciones en los niveles de glucosa. De igual forma, en la población con trastorno bipolar 58% muestra sobrepeso y obesidad, mientras que 26% tiene diabetes mellitus.

Entre 30% y 40% de las personas diagnosticadas con ese padecimiento neurológico tiene además que enfrentar problemas como diabetes mellitus, hipertensión arterial o enfermedad cardiovascular.

Doris Gutiérrez Mora, médico siquiatra de la Clínica de Trastorno Bipolar del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente, advierte que la mayoría de los individuos con trastorno bipolar tardan hasta 7 años en ser diagnosticados y recibir tratamiento farmacológico, por lo que en las fases depresivas se altera su alimentación, aumenta la vida sedentaria y, por ende, aumentan de peso.

En México se estima que 3.3% de la población presenta trastorno bipolar, es decir, casi 3 millones de personas que, después de los 20 años, manifiestan los primeros cuadros de depresión o manía.


“La depresión es una disminución en la capacidad funcional normal del individuo y la manía un estado de ánimo exacerbado”, precisa la especialista.

Síntomas de alerta

Fase depresiva

Los pacientes presentan sentimientos de tristeza, desgano o vacío. Se come mucho o casi no se come. Existen problemas para dormir; se duerme mucho o casi no se duerme. Hay sentimientos de impotencia, de culpabilidad. También, disminución en la concentración y memoria. Hay ideas constantes de morir y en ocasiones se llega al suicidio.

Fase maniaca

Ocurre totalmente lo contrario: la persona presenta un estado de ánimo alegre, habla más rápido que de costumbre, gasta dinero excesivamente y contrae deudas importantes, aumenta la autoestima, puede pensar que es poderoso y mejor que los demás, así como aumento del impulso sexual y alucinaciones o ideas extrañas.

Doris Gutiérrez explica que al parecer los pacientes con trastorno bipolar presentan una alteración en el control metabólico: son personas que tienen un mayor riesgo de desarrollar problemas en los niveles de lípidos en sangre, como colesterol dañino y triglicéridos, así como diabetes mellitus.

“La otra parte tiene que ver con los factores de la enfermedad bipolar misma, donde el paciente que no ha sido tratado tiene más riesgos, mayor tabaquismo, consumo de alcohol y sustancias tóxicas. Además, cuando se pasa por un episodio depresivo, la vida sedentaria se incrementa, la mala dieta y la misma ansiedad”, señala la experta en salud mental.

Estigma y discriminación

Este tipo pacientes aún enfrentan el estigma y discriminación, tanto en los centros de trabajo como en la familia y círculos sociales. “Esto condiciona que no tengan acceso a servicios de salud ni a tratamientos farmacológicos; y mucho menos a programas de rehabilitación, lo que lleva al aislamiento de los pacientes”, añade.

La condición para lograr el diagnóstico es que por lo menos haya varios episodios de manía o depresión, que muchas veces pueden poner en riesgo al individuo cuando sus actos o conducta tienen consecuencias. “Existe en estas personas una alteración en el estado de ánimo, de sueño, apetito, nivel de energía… Es una condición biológica que hace que la percepción y la interpretación del mundo se alteren por completo”, explica.

El apego al tratamiento farmacológico y al estilo de vida saludable representa la diferencia entre las crisis y una mejor calidad de vida. “Cuando las personas abandonan el tratamiento generan un problema mayor que es la resistencia a los medicamentos; es decir, el sistema neuronal recupera los lazos de comunicación entre las neuronas. Pero cuando se suspende, estos caminos se cierran y le cuesta más trabajo al cerebro desarrollar nuevos enlaces”.

El trastorno bipolar consiste en una alteración en las sustancias químicas que existen en el cerebro y cuando no recibe tratamiento las consecuencias son episodios continuos de manía y depresión.

“Un paciente recibe hasta tres medicamentos para el trastorno neurológico, pero cuando además se suman problemas de obesidad, hipertensión, diabetes o tabaquismo el tratamiento se vuelve más complejo”, agrega Gutiérrez Mora.

La mala dieta, una vida sedentaria y la mala costumbre de no hacer ejercicio son condiciones que ponen a la población mexicana en riesgo de tener sobrepeso, obesidad, diabetes, factores que en la última década se incrementó al pasar de 30% a 66% de la población. “Lo que más nos preocupa es la grasa abdominal en la población de mujeres, que es el factor que desencadena el síndrome metabólico”, acota.

Por lo tanto, la responsabilidad de los médicos siquiatras es que además de atender el trastorno bipolar deben implementar medidas como tomar la presión arterial, pesar y medir la cintura de los pacientes, además de solicitar estudios de laboratorio en los que se indiquen los niveles de glucosa, triglicéridos y colesterol en sangre.