3 de cada 10 mexicanos padecen insomnio

Lorena Ríos
Todo menos politica
3 de cada de mexicanos no pueden dormir
Foto: m01229/Creative Commons

El sueño es parte vital de los seres humanos y representa un tercio de la vida del individuo, lo que equivale a 400 minutos por día: es la etapa en la que los órganos internos se desintoxican y depuran la sangre. Por lo que al presentarse el insomnio, se generan ansiedad, resequedad en la piel, fatiga, mal humor, irritabilidad, falta de concentración, alteraciones estomacales y accidentes de todo tipo que deterioran la calidad de vida.

En México, 3 de cada 10 personas sufren de insomnio o trastorno del sueño, es decir, se estima que 35% de la población sufre este padecimiento, de los cuales 41% son mujeres, además, 90% de los pacientes con depresión tienen problemas para dormir.


“Las personas no consideran al insomnio como una enfermedad, piensan que es pasajero y no le dan la importancia que merece. Y es que el ambiente de las grandes ciudades y los nuevos estilos de vida, como ver televisión, trabajar en las computadoras portátiles o teléfonos celulares hasta altas horas de la noche, ha provocado que el tiempo de sueño se reduzca y se presenten alteraciones en este proceso”, advierte Reyes Haro Valencia, director de la Clínica del Sueño de la UNAM.

El insomnio es la dificultad para iniciar o mantener el sueño, o bien, no tener un sueño reparador durante al menos un mes, destaca el especialista, quien menciona que la alteración del sueño provoca malestar clínico significativo, ya que se les relaciona con enfermedades crónicas, aunado al deterioro social, laboral, escolar.

Vida acelerada


Existen tres clasificaciones del insomnio, dependiendo de su duración: el transitorio o agudo que dura menos de cuatro semanas, el cual presenta dificultades leves para conciliar el sueño al acostarse; el que es a corto plazo o subagudo que dura menos de tres meses (dormir toda la noche pero despertar varias veces); y el de largo plazo o crónico que dura más de tres meses (insomnio matinal o precoz, donde la persona despierta antes de la hora que tenía planeado hacerlo), explica el también presidente de la Sociedad Mexicana de Sueño.

El insomnio no se define por el tiempo que las personas duermen, sino por la satisfacción que deja el sueño.

“Que las personas duerman más de 8 horas no significa que duerman bien; si amanecen fatigados, sin ánimo y cansados, significa que hay un problema”. Dependiendo de la causa se corrige el sueño o los patrones alterados de conducta, menciona.

Otro aspecto es la mala higiene del sueño, la cual consiste en que el sujeto realice por las noches actividades incompatibles con el estado de sueño, como hacer ejercicio extenuante, actividades emocionantes en las que segrega adrenalina, ingerir muchos alimentos, trabajar ante la computadora o ver la televisión. Dichas acciones interrumpen y alteran los ciclos de sueño y vigilia.

“Los mexicanos tenemos una expectativa de vida superior a los 70 años. Si pensamos que vamos a vivir todo ese tiempo, 20 de esos años la pasaremos dormidos y ocho de ellos soñando. Desde la perspectiva de las neurociencias aún no sabemos para qué sirve el sueño, aunque el sicoanálisis lo tenga resuelto, lo único que sabemos es que si una persona no duerme, puede enfermar e incluso morir”, señala.

Insomnio en jóvenes

Dormir cerca de un teléfono celular encendido es la principal causa de que los jóvenes no tengan un sueño reparador, problema que va en ascenso, señala Reyes Haro, quien precisa: “Los jóvenes dejan prendido el celular y lo mantienen cerca de ellos mientras duermen, lo cual les quita mucho sueño, pues les provoca un síndrome de fase retrasada de sueño”, dice.

Además, “al dormir menos tienen un sueño ligero que ocupa 60% del descanso, mientras que el profundo, que es de 20%, lo duermen aún menos, lo cual propicia que no exista descanso físico, así como una disminución en la producción de la hormona de crecimiento”, advierte.

Hace unos años el principal motivo por el que los jóvenes dormían menos o con una baja calidad eran las computadoras, pero ahora es el teléfono celular, que entre todas sus funciones incluyen juegos, otro distractor por el que pueden perderse horas sueño por estar atentos a la minúscula pantalla.

Aunado a las actividades nocturnas, el insomnio tiene además otras causas como el ingerir muchos alimentos antes de irse a la cama. Esta acción interfiere con una buena calidad de sueño porque dificulta la digestión debido a la enorme carga de comida que debe procesar el organismo en una etapa destinada para el reposo.

A las personas que tienen insomnio les da mucho apetito y esto se relaciona con la hormona del hambre o ghrelina, una sustancia que se secreta en el estómago que favorece la regulación del metabolismo energético, menciona.

En cuanto al tratamiento para el insomnio por lo regular se recetan hipnóticos combinados con una serie de acciones que debe seguir el paciente:

- Evitar el consumo de alcohol

- No consumir bebidas con cafeína

- No fumar

- Evitar hacer mucho ejercicio