Elecciones en Guerrero

Sergio Sarmiento
Columnas
Elecciones en Guerrero
Foto: NTX

Primero, la buena: la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG) sí permitirá que se lleven a cabo las elecciones en el estado el próximo 7 de junio. Ahora, la mala: las permitirá solamente si aparecen con vida los normalistas desaparecidos de Ayotzinapa.

La declaración la hizo este 11 de marzo el secretario general de la CETEG, Ramos Reyes Guerrero, en las afueras de la Secretaría de Gobernación federal tras concluir negociaciones con el subsecretario Luis Enrique Miranda.

La CETEG no quiere que haya elecciones en el estado. La condición que ha establecido para permitir los comicios es, por supuesto, imposible de cumplir: los normalistas están muertos. Por eso los líderes presentan la exigencia. No es que realmente piensen que el gobierno sacará a los normalistas de algún cuartel militar y los presentará con vida. La CETEG exige lo imposible para acusar después a las autoridades de intolerancia.

Impedir la realización de elecciones sería un golpe muy fuerte a los guerrerenses, que tienen, como todos los mexicanos, el derecho de elegir libremente a sus gobernantes y a sus representantes legislativos. La CETEG, sin embargo, piensa que tiene mejores posibilidades de obtener los privilegios que busca si se forma un gobierno débil por procedimientos no democráticos. Ahí está la experiencia con el actual gobernador, Rogelio Ortega, quien fue designado en lugar de ser electo y no se ha atrevido a enfrentarse al sindicato.

El propio Ortega advierte que 60% de las casillas en Guerrero debe instalarse en escuelas públicas, las cuales no son controladas por el gobierno sino por la CETEG. En las escuelas, “con una sola persona que lo diga, no instalan la casilla”, dijo el gobernador Ortega en entrevista.

Derecho

La CETEG cuenta en la actualidad con 19 mil integrantes. Aun cuando no todos estuvieran dispuestos a incorporarse a un movimiento para impedir las elecciones, el sindicato va a presionarlos a todos y a ofrecer incentivos a otros en ascensos y dinero para que apoyen el esfuerzo por impedir las elecciones. Al final, dos o tres mil maestros con palos dispuestos a impedir los comicios seguramente tendrían éxito.

Puede ocurrir que los líderes de la CETEG logren algún acuerdo con la Secretaría de Gobernación a cambio de no impedir la realización de comicios. Se han llevado a cabo negociaciones entre la Sección 22 de Oaxaca y la CETEG de Guerrero y el gobierno cuyos resultados no se han dado a conocer pero que parecen haber llevado a un debilitamiento de la reforma educativa en esos estados. Por lo pronto, los maestros que no se han presentado a trabajar por participar en movilizaciones no han sido sancionados ni con despidos ni con descuentos en sus quincenas como lo establece la ley.

Sería una tristeza que el gobierno federal cediera ante el chantaje y siguiera dando privilegios a estos grupos sindicales. La reforma educativa debe sostenerse porque es positiva, sobre todo para los niños de las familias más pobres que son los que necesitan una instrucción de mejor calidad. Las elecciones deben realizarse porque los ciudadanos tienen derecho a elegir a sus gobernantes. Los mexicanos hemos luchado durante siglos contra dictaduras de todo tipo para obtener este derecho. Hoy nos enfrentamos a un grupo sindical que busca negarnos ese derecho.