La prueba en Guerrero

Sergio Sarmiento
Columnas
Pitas de la CETEG
Foto: Cuartoscuro

Andrés Manuel López Obrador ha estado buscando el apoyo del movimiento de Ayotzinapa para su partido, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).

A cambio del respaldo a su candidato al gobierno de Guerrero, López Obrador ofreció a los líderes del movimiento no solamente la Fiscalía General del estado sino también la Secretaría de Educación.

Los líderes del movimiento, que exige que no se lleven a cabo las elecciones programadas para el próximo 7 de junio, rechazaron la propuesta.

La ambición de los partidos políticos por conseguir cargos de elección popular es siempre enorme. En el caso de Guerrero, sin embargo, esta ambición se ha incrementado debido a que el viejo sistema de partidos parece haberse desmoronado. Hace seis años las elecciones fueron ganadas por un ex priista postulado por el PRD, Ángel Aguirre Rivero, quien sin embargo tuvo que renunciar en 2014 como consecuencia de la matanza de los normalistas de Ayotzinapa. La matanza comenzó en Iguala y se llevó a cabo, presuntamente, por órdenes del presidente municipal José Luis Abarca, del PRD, quien recibió también el respaldo en su momento de López Obrador.


La lucha por el gobierno de Guerrero se ha vuelto cada vez más intensa. El PRD ha postulado como candidata a Beatriz Mojica, una mujer joven con larga trayectoria como activista social y política y quien siempre ha militado en las filas de la izquierda. También Morena ha recurrido a un activista reconocido, Pablo Amílcar Sandoval, como su candidato. El PRI ha recurrido a un viejo político de la vieja escuela, Héctor Astudillo, quien ya fue candidato y perdió, pero que tiene el respaldo de las organizaciones corporativas del partido. El PAN no tiene mucha presencia ni posibilidades de triunfo en Guerrero, pero es interesante que haya reclutado a Zeferino Torreblanca, quien ya fue alcalde de Acapulco y gobernador del estado pero postulado por el PRD, como su candidato a la presidencia municipal de Acapulco.

Riesgo

Entiendo que los políticos usan todos los recursos que pueden para obtener o comprar votos. Astudillo, como es usual, tiene el respaldo de la estructura del PRI que da beneficios especiales a sindicatos y grupos de poder. Mojica, quien estuvo a cargo de la Secretaría de Desarrollo Social en el gobierno de Aguirre, ofrece más programas sociales a los pobres. Morena, o más bien López Obrador, promete entregar la Iglesia a Lutero al ofrecer la Fiscalía General y la Secretaría de Educación al movimiento de Ayotzinapa y a la Ceteg, lo cual sin duda acabaría con cualquier esperanza de tener una mejor educación en el estado.

Los líderes de la Ceteg y del movimiento de Ayotzinapa rechazan estas ofertas porque lo que buscan es impedir las elecciones del próximo 7 de junio. No quieren comicios abiertos a la sociedad porque saben que no podrían controlar el resultado. Piden por lo tanto que los próximos gobernantes sean designados por asambleas comunitarias que ellos por supuesto controlarían. Esto sería un enorme retroceso para el estado, que perdería todo vestigio de democracia.

Las elecciones del 7 de junio serán importantes en todo el país. Pero no hay duda de que Guerrero será la prueba de fuego. No solo hay en la entidad una lucha intensa y aguerrida entre los partidos, sino un movimiento que abiertamente busca despojar a los ciudadanos del derecho de elegir a sus gobernantes.