México, en primera fila para empresarios españoles

Redacción
Política
Mexico en la mira d einversionistas españoles
Foto: NTX

Por: Claudia Luna Palencia

El mosaico de oportunidades para las empresas españolas es y seguirá siendo América Latina, de acuerdo con lo que se desprende del informe 2015: Panorama de inversión española en Iberoamérica.

La pangea del todo es Iberoamérica, cuyo potencial no amaina a pesar de las brechas de desarrollo, la inequidad, las diferencias en el quehacer empresarial, la desincronización política en renglones como democracia, corrupción y gobierno o en materia social en aspectos torales como los derechos humanos.

Ni los problemas de violencia focalizada en distintos países y zonas regionales como Centroamérica y México ahuyentan al capital español, que como un lobo acude al llamado de la manada.

Ocurre con el nuevo flujo de inversión propulsado por las Pymes españolas que siguen las huellas de las medianas y grandes multinacionales ibéricas, las primeras “especies” que a partir de los noventas del siglo pasado realizaron su aventura para cazar oportunidades en tierras latinoamericanas.

Son esas Pymes las que votan al Distrito Federal, la capital de México, como nuevo asentamiento de internacionalización de forma preferente sobre São Paulo, Bogotá o Miami.

Este posicionamiento reubica al Distrito Federal del cuarto puesto al primero en orden de consideración cuando un pequeño empresario establece su hoja de ruta para traspasar las fronteras e instalarse del otro lado del Atlántico.

Dentro del acucioso desequilibrio latinoamericano hay potencial, significativas coyunturas de negocio y una clase media ávida de bienes, productos y servicios.

Para la elaboración del informe fueron agrupadas 61 empresas que facturan más de 500 millones de euros y cuyas respuestas arrojaron que 76% mantiene relaciones de inversión, producción comercial, intercambio y/o exportaciones con México, 68% con Perú y Colombia, 52% con Chile y 48% con Brasil.

El texto refiere que “Iberoamérica seguirá siendo la principal vía de aumento de facturación para la empresas participantes, aunque su diferencial respecto de otras regiones disminuye”.

En el apartado de toma de decisiones, las apuestas de corto y mediano plazo son México, Colombia, Perú, Brasil y Uruguay como países en los que subirá la inversión española a lo largo de 2015.

Aunque no debemos pasar de largo un punto destacable en la muestra empresarial: es la primera vez que se aprecia un real interés de largo alcance para hacer negocios en Cuba. Se menciona a la isla como un nuevo imán de concretarse este año la apertura económica y comercial ante el restablecimiento de las relaciones políticas con Estados Unidos.

Cuba podría entrar en una serie de relevantes transformaciones si sabe gestionar la Perestroika castrista porque hay ganas de hacer negocio, según lo manifestado.

Flujos de inversión

En números puros y duros el documento aporta el grupo de países latinoamericanos principales receptores de la Inversión Extranjera Directa (IED) ibérica en 2014: 1) Brasil, con 54 mil 463 millones de euros; 2) México, 25 mil 527 millones de euros; 3) Chile, doce mil 238 millones de euros; 4) Argentina, seis mil 482 millones de euros; 5) Colombia, seis mil 119 millones de euros; 6) Venezuela, cinco mil 364 millones de euros, y 7) Perú, con cuatro mil 306 millones de euros.

Es decir Brasil recibió 43% del total de la IED española, México 20% y Chile 10 por ciento.

Muy a pesar de que se aprecia un cambio de ciclo económico con un PIB que descenderá en la región, todas las empresas encuestadas dieron por hecho que alcanzarán exitosamente sus objetivos en América Latina. El Fondo Monetario Internacional (FMI) pronostica que en 2015 el PIB de la región podría cerrar en 1.3 por ciento.

Brasil con problemas en su crecimiento y México sin lograr el despegue esperado, así como Perú y Colombia, desde el punto de vista de los empresarios participantes, son los países cuyo escenario económico general es más estable.

Los dos primeros han escalado puestos en esta valoración. México se consolida en una tercera posición y Brasil baja con una puntuación de 2.26 sobre 4. Una tendencia contraria a la de Bolivia y Ecuador, en el tramo central de este ranking, que sin embargo se mantienen.

Para Juan Carlos Martínez, profesor de IE Business School, Iberoamérica destaca para las empresas españolas a la hora de invertir “puesto que 74% tiene previsto aumentarlas durante 2015, frente a 6% que piensa reducirlas y 22% que cree que las mantendrá inalterables”.

Si en el conjunto ya es alto, el porcentaje de aquellas que tienen previsto elevar su posición inversora a 80% cuando se refiere únicamente a las Pymes, lo que pone de manifiesto las ganas de cruzar el charco.

Sin embargo, el académico advierte la conjugación de una serie de variables que no deben soslayarse en la toma de decisiones: 1) La caída del precio de algunas materias primas minerales y agrícolas por el menor crecimiento de China; 2) el rumbo de la política monetaria norteamericana, y 3) la inesperada y brutal caída del precio del petróleo: “Se notan de forma importante en la región, afectando más a aquellos países más dependientes de la exportación de materias primas, como Venezuela, y en aquellos que acumularon desequilibrios macroeconómicos en la época de bonanza, como Argentina”.

Más allá del caso especial del gobierno venezolano como interventor de la economía bolivariana, la percepción generalizada de los empresarios hispanos es que la rueca de la fortuna les sonríe. De hecho, la mitad de estos considera que en un plazo de tres años su negocio en la región será mayor que el realizado en el mercado doméstico español.

Si bien esta cifra es la menor en tres años, no debe menospreciarse que en medio de la crisis económica de la Unión Europea (UE) y la eurozona fue precisamente la diversificación geográfica de las inversiones —en lo que respecta a las grandes multinacionales— lo que permitió y ha permitido ganancias y beneficios para las matrices gracias a lo obtenido en sus respectivas filiales.

Cuestionados respecto de qué factores son los más valorados para determinar el nuevo destino, los empresarios destacaron a Argentina y Chile por sus mercados internos y la mano de obra cualificada; a Brasil, Bolivia y Perú también por su mercado interno; a Colombia por su mercado interno, competitividad y mano de obra; en tanto que México sobresale por su ubicación geográfica como puente hacia el norte con Estados Unidos y Canadá y hacia el sur con Centroamérica y América del Sur, sumado a su mercado interno y un entorno de competitividad.

De las principales amenazas los tópicos más recalcados transitan desde lo político hasta lo jurídico. Entre los riesgos, en el caso de México, figuran en primer lugar el desarrollo económico, seguido de la inseguridad ciudadana y por último el tipo de cambio.

Ninguno de los empresarios consultados ligó al país con la inseguridad jurídica, un problema que sí es apreciable en entornos como Argentina, Brasil y Ecuador.

Por su parte, Germán Ríos, director de Asuntos Estratégicos de CAF, previene que el crecimiento regional, probablemente cercano a 2% este año, será insuficiente para continuar con la reducción de la pobreza y la desigualdad.

A juicio de Ríos, para consolidar las nuevas clases medias los países deberán diseñar e implementar programas de reformas estructurales microeconómicas que permitan un crecimiento a largo plazo, sustentable y de calidad.

“Este tipo de reformas contribuirá a crear un ambiente propicio para atraer IED. Claramente las empresas españolas se encuentran bien posicionadas por sus vínculos históricos y económicos con la región”, señala.

Entonces, si la región ralentizará y es un mosaico desigual, ¿por qué no decae en el gusto ni el interés del empresario español?

Para Ríos la explicación, además de los vasos comunicantes, estriba en su maná natural: “Posee vastos recursos naturales. Por ejemplo, 40% de la biodiversidad del planeta, 33% de las reservas de agua dulce del mundo, cuantiosas reservas de minerales y recursos energéticos y una enorme capacidad de producción de alimentos”.

Y existe el potencial de la ampliación de las clases medias. Hace poco, Rebeca Grynspan, titular de la Secretaría General Iberoamericana (Segib), con sede en Paseo de la Castellana, en Madrid, refirió en un acto público que “más de 80 millones de iberoamericanos son hoy clase media”.

Eso significa mercado. Uno que para Ríos lograría mayor potencial si América Latina tuviera una mejor estabilidad macroeconómica.

Para el directivo es impostergable una amplia agenda que incluya cerrar la brecha de infraestructura, apostar por la excelencia educativa y desarrollar políticas públicas que fomenten la innovación y la diversificación de las economías. “Los indicadores de infraestructura de América Latina no son muy alentadores, tanto en términos de cobertura como de calidad. De hecho, la región se encuentra rezagada incluso con respecto de otras áreas en desarrollo”.

Reinversiones, una constante

Los grandes flujos inversores desde España hacia la región se dieron especialmente en los años 1999 y 2000 con casi 31 mil y 25 mil millones de euros, respectivamente.

Desde entonces los flujos de inversión brutos han promediado una cifra superior a los cinco mil 800 millones de euros anuales.

Érik Rovina, subdirector general de Política Comercial con Iberoamérica y América del Norte del Ministerio de Economía, puntualiza que a estos flujos de inversión desde España “hay que sumarles la reinversión de beneficios que las empresas españolas realizan en la región para tener una idea aproximada de la inversión española en Iberoamérica”.

Así, según el Registro de Inversiones Exteriores del Ministerio de Economía y Competitividad el stock de inversión española en toda Iberoamérica (incluido el Caribe) alcanzó en 2012 la cifra de 125 mil 696 millones de euros, lo que supone prácticamente una tercera parte de la inversión española en el exterior (32.2%).

Este, indica Rovina, ha venido aumentando año a año tanto en cantidades absolutas como relativas en relación al total de la inversión española en el exterior, dado que en 2007 el stock de inversión española en Iberoamérica era de 73 mil 547 millones de euros, 25.2% del total.

“El crecimiento de 2007 a 2012 fue por tanto de 71%, muy por encima del stock de inversión española en Europa (UE y no UE) durante esos años, que fue de 5%, si bien Europa por razones obvias supone 50% de nuestro stock de inversión en el exterior. Hay que señalar que Europa suponía en 2007 casi 64% del total de nuestra inversión en el exterior”, explica.

Pero si Roma no se construyó en un día, habrá que darle tiempo a América Latina. Su mosaico es muy distinto hoy en comparación con hace 30 años y los recientes reajustes tarde o temprano darán frutos. El modelo es perfectible y ellos lo saben bien...