En México la batalla contra el cáncer cervicouterino (CaCu) aún no se gana: esta enfermedad es la causante de 4,500 muertes al año, es decir, cada día por lo menos 12 mujeres en promedio pierden la vida en el país por este padecimiento, aunque puede detectarse y tratarse en forma oportuna.
El panorama, sin embargo es alentador por la presencia de la vacuna contra el Virus del Papiloma Humano (VPH), que brinda protección contra los genotipos que producen lesiones cancerígenas.
El CaCu es una enfermedad prevenible que se transmite sexualmente y es responsable del fallecimiento de 300 mil mujeres cada año, 80% de ellas en países en desarrollo. De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se registran cada año casi 500 mil casos nuevos con este tipo de neoplasia.
Etapas avanzadas
Lucely Cetina, investigadora en Ciencias Médicas del Instituto Nacional de Cancerología (Incan), comenta que el cáncer cervicouterino es un problema de salud pública y representa la segunda causa de muerte por cáncer en mujeres. En la última década todavía ocupaba el primer lugar como principal causa de muerte, pero en la actualidad está por debajo del cáncer de mama.
“Lamentablemente, 80% de los casos se presentan en etapas localmente avanzadas. La mayoría de las mujeres que desarrollan esta enfermedad tienen entre 40 y 50 años. Sin embargo, cada vez es más común ver mujeres jóvenes infectadas de 20 y 30 años ya con lesiones”, advierte.
La especialista resalta que las vacunas con las que se cuenta para prevenir el cáncer cervicouterino tienen una eficacia de 97%, por lo que con una adecuada estrategia en un lapso de diez años se podría prevenir esta enfermedad. “Este padecimiento no solamente es una enfermedad de mujeres, sino de toda la población: tanto hombres como mujeres se encuentran involucrados y en 99% de los casos de CaCu existe una estrecha relación con el Virus del Papiloma Humano (VPH), donde los genotipos que producen lesiones en el cérvix son el 16, 18, 31 y 45, para los cuales ya existe vacuna”, precisa.
Esta neoplasia en cérvix es un crecimiento anormal de las células que se encuentran en el cuello de la matriz. Se puede originar a partir de una infección de un tipo del virus del VPH que genera una lesión precancerosa, la cual al no ser tratada a tiempo puede generar un cáncer en un lapso de diez años o menos.
Para detectarlo, explica la especialista, es necesario realizar un papanicolau y de acuerdo a la indicación del médico una colposcopía una vez al año a partir del inicio de las relaciones sexuales o al cumplir los 18 años. “Esta enfermedad se puede prevenir con la vacunación; de hecho, se recomienda la inmunización a las niñas y varones desde el quinto año de primaria o con once años cumplidos, la cual es gratuita”, precisa Lucely Cetina.
El reporte de GLOBOCAN 2012 señala que de las cuatro mil 500 mujeres mexicanas que pierden la vida por este padecimiento, el mayor número de las cuales se ubican en Colima (23.9%), Morelos (16.1%), Veracruz (16.0%), Chiapas (15.9%) y Oaxaca (15.8%). A estas cifras, agrega el reporte, se suma la incidencia anual por esta enfermedad, que es de 13 mil mexicanas afectadas por este tipo de tumor.
Entre los retos pendientes de alcanzar se encuentra el realizar el diagnóstico oportuno, pues aun con las campañas de difusión muchas mujeres llegan a los servicios de salud con la enfermedad avanzada. También el que las pacientes tengan acceso a servicios de calidad, con guías de práctica clínica que proporcionen las mejores opciones terapéuticas a las pacientes con diagnóstico positivo.
Más esfuerzos
En el ámbito legislativo la diputada Leslie Pantoja, integrante de la Comisión de Salud, reconoce que “a pesar del gasto público y una política pública específica, “el cáncer cervicouterino es un problema de salud pública debido al alto número de muertes y el grupo poblacional en que sucede”.
La legisladora comenta que si bien se han hecho grandes esfuerzos en materia de prevención, aún falta cubrir la atención para aquellas pacientes diagnosticadas en etapas avanzadas.
Para Flor Pedraza Aguilera, integrante de la Comisión de Igualdad de Género, “el CaCu está ligado a una condición de desigualdad social e inequidad de género. En México, por razones culturales y falta de acceso, las mujeres siguen llegando al médico en etapas tardías”. Destaca que la mortalidad está ligada al acceso limitado de servicios de salud.
De igual forma Eufrosina Cruz, presidenta de la Comisión de Asuntos Indígenas, menciona que las comunidades indígenas son la población más vulnerable, ya que por cuestiones culturales y de usos y costumbres es más difícil que prevengan o detecten esta enfermedad.
Refiere que el cáncer está ligado a la pobreza y la marginación porque a “muchas de estas mujeres lo que menos que les interesa es cuidarse a sí mismas y lo primero es cuidar a sus hijos”.
Por ello la legisladora pide sumar esfuerzos para que las campañas de prevención lleguen a las zonas o comunidades más lejanas.
Campaña
La directora de la Asociación Mexicana de Lucha Contra el Cáncer, Mayra Galindo, invita en tanto a sumarse a la campaña denominada El cáncer cervicouterino, más cerca de lo que parece, que busca sensibilizar a la población sobre esta enfermedad y consiste en tomarse una foto frente al espejo, subirla a redes sociales, mencionar las cuentas @cancermex, @FundLuisPasteur, usar las etiquetas #mascercadeloqueparece y #cancerdecervix, e invitar a los ciudadanos a que suban sus selfies.