‘Polo’, de reo en EUA a profesor de inglés en Ciudad Neza

Juan Carlos Ponce
Leopoldo Moreno
Foto: Juan Carlos Ponce

Con un pequeño pizarrón bajo el brazo, todos los días Leopoldo Moreno recorre las calles de la colonia La Perla, en Ciudad Nezahualcóyotl, en busca de un lugar para ofrecer clases de inglés, idioma que aprendió en una cárcel de Estados Unidos.

“Polo”, como lo conocen los vecinos del municipio, inició su aventura por el país “de las barras y las estrellas” cuando tenía 17 años. Tras una adolescencia rebelde y luego de tener un altercado con la policía, su mejor opción fue abandonar México.

El plan de “Polo”, quien partió rumbo a Estados Unidos junto a su cuñado, era pasar un año en el vecino país, “hacer una lana” y regresarse, pero el destino tenía otros planes.

Desde sus primeros días por aquél país, “Polo” se dio cuenta que para no ser humillado tenía que aprender el idioma. Los cómics de los periódicos fueron el método ideal para que conociera palabras en inglés y realizará sus primeras traducciones.

Atrapar ratas, su primer empleo en Estados Unidos

El primer golpe que sufrió “Polo” en su andanza por Estados Unidos, fue cuando su cuñado le confesó que no tenían un lugar para vivir y mucho menos un trabajo, y que todo lo que le prometió en México fue sólo para tener un compañero de viaje.

En su primer día por territorio estadounidense, “Polo” y su cuñado recibieron la ayuda de una prima, quien habló con el dueño del restaurante donde trabajaba para que se compadeciera de ellos, pues acababan de llegar al país. El patrón aceptó amparar a los mexicanos, pero les dejó claro que sólo sería por una noche.

A pesar de estar en una nación de más de 318 millones de habitantes, “Polo” y su cuñado se sentían solos y tristes. Por su cabeza sólo pasaba una idea: volver a México.

Las cosas cambiaron cuando conocieron a Romualdo Santura, un sacerdote filipino, quien los arropó, les dio hospedaje y les consiguió un trabajo en la cocina de una iglesia.

La cárcel, el lugar donde aprendió inglés

Con el paso del tiempo, los planes de los dos migrantes mexicanos cambiaron. El primo de “Polo” no soportó la soledad que genera estar lejos de la familia y regresó a México luego de 6 meses. “Polo” decidió seguir la aventura y rentar un departamento junto a otras 12 personas, que es la única forma que tienen los migrantes pagar un lugar para vivir y a la vez poder ahorrar algunos dólares para enviarlos a casa.

Un par de años después “Polo” adquirió la Tarjeta de residencia permanente conocida popularmente como ‘Green Card’, gracias a su matrimonio con una estadounidense.

Además de encontrar el amor en los Estados Unidos, “Polo” se dejó cautivar por los vicios. El alcoholismo comenzó a manipular su vida hasta que un día fue a parar a la cárcel por manejar en estado inconveniente.

Fue en una celda de castigo donde “Polo” comenzó a descifrar el idioma inglés. Inició traduciendo un libro de deportes y después otro, hasta que por fin pudo interpretar el lenguaje de la nación que se convirtió en su segundo hogar.

Las injusticias que viven los migrantes en EUA

Al recordar su aventura por el país vecino, los ojos de “Polo” comienzan a nublarse y una lágrima busca demostrar la angustia que le genera hablar de los peligros que los migrantes tienen que esquivar para poder llegar hasta Estados Unidos.

“Polo” reconoce que uno de los mayores peligros “en el país de las barras y las estrellas” es caer en prisión y tener la mala suerte de “estar en las manos de jueces corruptos”, que odian a los centroamericanos y a los mexicanos.

Al perfeccionar su inglés, “Polo” consiguió un trabajo de intérprete en una corte estadounidense, donde su labor era dar voz a los migrantes que no sabían hablar inglés. En este lugar, se dio cuenta que la mayoría de los migrantes que llegan a pisar una cárcel estadounidense terminan por declararse culpables, a pesar de tener las pruebas de su inocencia.

Regresa a México con una nueva misión

Con 38 años de edad y tras ser deportado, “Polo” regresó a México con una nueva misión: compartir los conocimientos que obtuvo durante su aventura por los Estados Unidos con la gente de su país.

“Polo” tuvo la idea de comenzar a dar clases luego de que su sobrina le pidiera apoyo para pasar un examen de inglés en la preparatoria. Al revisar la prueba, se percató que el examen estaba mal elaborado y se dirigió al plantel para hablar con la maestra. En el lugar, “Polo” se llevó una gran sorpresa: la maestra no sabía hablar inglés.

De acuerdo con “Polo”, el mayor error que se comete en la enseñanza del inglés en nuestro país, es que los maestros les exigen a los jóvenes algo que no les enseñan.

El sueño, ayudar a jóvenes y migrantes

En diferentes oportunidades, “Polo” buscó el apoyo del ayuntamiento para tener un lugar dónde comenzar con sus clases, en un principio las autoridades de Nezahualcóyotl aceptaron su propuesta, pero hasta el momento sigue esperando una respuesta concreta.

Lo único que pide “Polo” es tener un lugar donde haya un proyector, una lona, bancas y material para que él, junto a otros migrantes, puedan dar clases de inglés a la población, a un costo muy económico.

“Polo” utiliza las historias que escuchó en su aventura por Estados Unidos para atrapar la atención de sus alumnos y lograr que se interesen en la clase, mejoren su rendimiento y, en tan sólo tres meses puedan mantener una conversación en inglés.