Reformas a la Ley de Armas de Fuego y Explosivos

Javier Oliva Posada
Columnas
Armas controladas
Foto: Internet

Al momento de redactar esta colaboración no se tiene noticia de que en el Congreso de Estados Unidos haya o vaya a haber una iniciativa o grupo de congresistas que proponga que, en correspondencia a lo aprobado por legisladores mexicanos, puedan agentes de nuestro país participar armados en tareas de supervisión aduanal y migratoria en territorio norteamericano.

De hecho, no hay noticia de que ningún otro país vaya a corresponder al generoso acto de colaboración de nuestro Congreso de la Unión.

La presencia en nuestro territorio de agentes armados de corporaciones extranjeras, que para el caso de Estados Unidos corresponden al Departamento de Seguridad de la Patria, también le da un sentido diferente a la necesidad impostergable de colaboración entre México y ese país, sobre todo cuando en el fin de semana de abril 25 y 26 pasado, en una importante incautación de armamento a grupos del crimen organizado se encontraron tres fusiles Barret calibre .50 milímetros, con capacidad para perforar cualquier blindaje comercial.

Son varias las preguntas que nos formulamos ante ese dato: ¿quién vende ese armamento a los criminales mexicanos?; ¿quiénes facilitan su transportación y paso en la frontera entre ambos países?; ¿cómo es que disponen de un armamento que se encuentra bajo control y restricciones internacionales?

Si de cooperación en el control de armas hablamos entre nuestro país y Estados Unidos, es muy claro que no hay indicios que marquen una tendencia hacia la confianza.

La prueba la tenemos en las condiciones de franca debilidad argumentativa con que se discutió el sentido de las reformas a la Ley de Armas de Fuego y Explosivos, por ejemplo, cuando se dio el suceso en el poblado de Tres Marías en el sexenio anterior y los agentes agredidos de Estados Unidos que estuvieron a punto de ser alcanzados por el fuego de los criminales no contaban con armas. Así que el supuesto de que las reformas “ponen al día” lo que ya era una práctica es completamente falso.

Decisiones como las contenidas en esas reformas obedecen a una visión de largo plazo y a una auténtica estrategia en materia de defensa y seguridad nacionales.

Contraste

Luego entonces debemos cuestionarnos respecto de cuáles serán los siguientes pasos a seguir en este camino y, a la vez, qué podemos esperar en los hechos de nuestros socios y aliados internacionales en la lucha contra el crimen organizado.

En efecto, la cooperación en áreas de desarrollo científico-tecnológico como la industria aeroespacial y satelital se vuelve crítica, sobre todo por el papel clave que desempeñan para el almacenamiento, transmisión de voz, datos e imagen en las referidas áreas de defensa y seguridad nacionales.

Los agentes armados contarán además con una ventaja sobre los ciudadanos mexicanos: la ley prevé el calibre .39 pulgadas, mientras que las reformas autorizan a los extranjeros la portación para labores de aduana y migración de .40 milímetros.

Hay que analizar a fondo la disponibilidad de tan desigual armamento para unos y para otros, pues la desproporción de las armas autorizadas con las funciones a desempeñar es notable. También puede reflejar un sentido de desconfianza a la capacitación y adiestramiento de los agentes mexicanos en las mismas áreas de aduana y migración (donde por cierto la gran mayoría de los elementos no están armados).

Por último, contrasta la velocidad con que se discutió y aprobó esta ley, mientras que las iniciativas enviadas al Congreso en materia de seguridad el 27 de noviembre se dejaron para la siguiente Legislatura.