Hace ya dos meses que Hillary Clinton anunció sus aspiraciones presidenciales mediante un video subido a internet, lo que se esperaba que hiciera desde hace más de un año. Sin embargo, su estrategia para la precampaña sorprende: desde que declaró que buscaría la candidatura de su Partido Demócrata para las próximas elecciones para la Casa Blanca, ha revelado que su plataforma va dirigida a los electores más a la izquierda del espectro ideológico.
En su video de lanzamiento, Clinton habló sobre los problemas del ciudadano común. También ha adoptado posturas de izquierda en temas como migración, matrimonio entre personas del mismo sexo y salario mínimo.
Esta estrategia de atraer a los electores más extremistas del Partido Demócrata extraña, pues hasta ahora se perfila para ganar las elecciones primarias de su partido con una gran ventaja.
Además, Hillary ya cuenta con un gran apoyo dentro de su partido y ha logrado obtener el respaldo público de 27 senadores demócratas, en contraste con el apoyo de un solo senador en 2008, año en que se enfrentó al presidente Barack Obama por la candidatura y perdió.
De hecho, incluso Obama dijo en una entrevista reciente que ella sería una gran presidenta.
La precandidata también lleva amplia ventaja frente a sus posibles adversarios republicanos: según las encuestas, Clinton vencería a cualquiera de ellos. A Jeb Bush, quien se perfila como el ganador de la nominación de su partido, le ganaría con un margen de 9%, por ejemplo.
Viraje a la izquierda
Bajo estas condiciones, su estrategia de virar hacia la izquierda en su posición ideológica sorprende: si ganar la elección primaria es casi un hecho, tendría más sentido que Hillary se enfoque desde ahora en los electores moderados, aquellos que no profesan preferencia por ningún partido o cuyas posturas abarcan el centro del espectro ideológico y que podrían votar por cualquiera de los dos partidos. Esta es la estrategia que su esposo, Bill Clinton, utilizó en sus dos campañas.
¿Entonces a qué se debe esta nueva estrategia? Miembros de la campaña de Clinton han dicho a los medios que ante una alta polarización de la sociedad estadunidense y la baja participación de los demócratas en las urnas, apuestan por una plataforma que pueda energizar a las bases del partido y darles la victoria sobre el candidato republicano.
Clinton tendrá que tomar en cuenta que si bien esta estrategia sirve para ganar la elección —es la misma que Obama utilizó en sus dos campañas—, al mismo tiempo —como lo ha comprobado el actual presidente— puede causar problemas para gobernar… en especial si la oposición tiene mayoría en el Congreso.