Presupuesto base cero

Sergio Sarmiento
Columnas
Presupuesto base cero
Foto: Jackie/Creative Commons

La Secretaría de Hacienda ha sometido al Congreso una propuesta para realizar un presupuesto base cero para 2016. Por lo pronto el paquete sometido a los legisladores no contiene montos sino una estructura nueva para redefinir el gasto.

El presupuesto base cero sería, idealmente, un esfuerzo por revisar todo el gasto gubernamental. Hasta ahora el presupuesto se ha basado en un simple expediente de tomar los gastos del año previo y aumentarles un porcentaje por inflación. Con pocas excepciones, se parte de la idea de que todos los rubros son necesarios.

El gobierno del presidente Enrique Peña Nieto quiere ahora partir de cero, asumir que los gastos del pasado no necesariamente son correctos. Cada rubro tendría que ser analizado tanto por Hacienda como por los diputados y se determinaría si su aplicación es correcta o no. Este proceso haría posible eliminar gastos innecesarios y duplicados y liberar así recursos para propósitos más productivos.

Nadie puede estar en desacuerdo con un presupuesto de base cero. El gasto gubernamental está lleno de rubros sin beneficio social que solo ayudan a los políticos y burócratas que los aplican.

La experiencia nos dice, sin embargo, que será muy difícil si no imposible recortar estos rubros. Los propios políticos y burócratas se encargan de poner obstáculos a cualquier recorte. Poco les importa que ese gasto no tenga ningún beneficio real.

Por lo pronto los legisladores del Partido Acción Nacional han señalado que no están de acuerdo ni siquiera con la propuesta presentada por Hacienda. Según Juan Bueno Torio, los panistas no quieren un presupuesto de base cero sino un presupuesto con base en resultados. Los legisladores de Acción Nacional, dice, presentarán dentro de poco una propuesta al Ejecutivo para preparar un presupuesto completamente distinto al que se está proponiendo.

Los panistas están cayendo en el mismo obstruccionismo en que incurrían los legisladores priistas cuando estaban en la oposición: es más importante rechazar lo que proponga el gobierno en funciones que tratar de llegar a acuerdos que al final resulten positivos para los gobernados.

Intereses

El gobierno mexicano tiene un presupuesto excesivo, de 4 billones 695 mil millones de pesos en 2015, el más alto en la historia del país. Este, sin embargo, se desperdicia en buena medida en gasto corriente aplicado de manera ineficaz. Un gasto menor, pero ejercido con mayor honradez y eficacia, tendría un impacto más positivo sobre la economía nacional.

En los últimos años, por ejemplo, hemos visto un aumento enorme en el gasto público en seguridad, el cual ha coincidido con un incremento importante de los principales índices de crimen. Lo mismo ha ocurrido con el dinero público dedicado al combate a la pobreza. Quizás este ha creado empleos para burócratas y ha ayudado a ganar elecciones a los partidos de gobierno, pero no ha ayudado a disminuir la pobreza o la miseria que se encuentran fundamentalmente en los mismos niveles de hace 20 años.

El gasto puede ser, y lo es en ciertos países, un instrumento importante para combatir males sociales. Pero cuando se emplea mal se convierte en un lastre para la economía. Los impuestos que solo se utilizan para mantener burocracias no solo no suman sino que restan a la prosperidad nacional.

Hacer un presupuesto de base cero es inteligente. Pero la actitud negativa de los legisladores panistas nos muestra ya que será casi imposible lograrlo. Los miembros de partidos de oposición no quieren que el país tenga ningún avance mientras ellos no están en el gobierno. La principal resistencia, sin embargo, vendrá del seno de la propia administración pública, donde los funcionarios y burócratas defenderán sus puestos y canonjías sin importar el daño al país.