26 millones de filtros

Lucy Bravo
Columnas
Suprema Corte de EU
Foto: AP

Tras la histórica decisión del Tribunal Supremo de Estados Unidos de reconocer al matrimonio entre personas del mismo sexo como un derecho constitucional en todo el país, más de 26 millones de personas plasmaron una bandera arcoíris en sus fotos de perfil en la plataforma de Facebook para “celebrar el orgullo”.

A través de un simple click, ciudadanos alrededor del mundo respaldaron el fallo que anuló la potestad de los estados para prohibir esas uniones.

Pero esta no es la primera vez que este tipo de campañas se vuelcan a las redes sociales y se convierten en un fenómeno mundial: basta con recordar los filtros verdes en las fotografías de los usuarios en solidaridad con los manifestantes iraníes en 2009; la imagen de cintas amarillas en apoyo a las protestas de Hong Kong en 2014; los emblemáticos hashtags que han recorrido al mundo entero como #jesuischarlie y #Ferguson, entre muchos otros casos.

Sin embargo, después del momentum la pregunta sigue siendo: ¿el cambiar tu foto de perfil o sumarte al tendring topic en realidad puede transformar las cosas?

En primera instancia, la respuesta parece ser “No”: agregar un filtro a una foto de perfil no necesariamente tendrá un impacto en la jurisprudencia en favor de la igualdad de matrimonio para parejas del mismo sexo, ni acaba con la discriminación contra las personas LGBT… aunque sí es probable que genere cambios en las relaciones sociales.

Implicaciones

Existe un amplio debate sobre el valor de la acción colectiva en línea y su efecto aún incierto hacia el cambio político. Muchos consideran que este tipo de “activismo” es inofensivo y el riesgo de esta clase de participación es mucho menor. Se critica que sea una forma pasiva de protesta que no se equipara con el esfuerzo que se necesita para asistir a una manifestación o presionar a los legisladores. Sin embargo, sus defensores aseguran que la solidaridad en medios sociales tiene implicaciones mucho más profundas.

El declarar abiertamente su respaldo a los matrimonios entre personas del mismo sexo o el descontento con el abuso policiaco en EU puede crear un breve momento en el que las personas que ven las expresiones de apoyo se enfrentan a esa realidad y podrían potencialmente generar sus propias opiniones.

En el caso de la igualdad en el matrimonio no se trata solo de un cambio político, sino también de un cambio de las actitudes sociales hacia todo un grupo de personas. Y es ahí donde las campañas en los medios sociales podrían jugar un papel importante.

La decisión de la Corte Suprema fue un acontecimiento celebrado por voces de distintos sectores alrededor del mundo. El presidente Barack Obama la calificó como un “gran paso en la marcha hacia la igualdad”, mientras que el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, la consideró un avance “histórico” para los derechos humanos.

Sin embargo, la medida también supone otra oportunidad para entender cómo la solidaridad se propaga en las redes a nivel mundial.

Aunque EU llegó un poco tarde, se unió así a un diverso club de 19 países —entre ellos Francia, Gran Bretaña, España, Sudáfrica y Brasil— donde las parejas del mismo sexo ya pueden casarse legalmente. Las razones específicas de estos logros difieren en cada nación, pero un factor importante en todas ellas es que los activistas lograron vincular su causa a los esfuerzos más amplios para apuntalar la protección de los derechos humanos.

En el caso mexicano, la Suprema Corte de Justicia de la Nación recientemente dio un paso importante en el reconocimiento de ese tipo de matrimonios al respaldar dichos enlaces y equipararlos plenamente con los heterosexuales.

Aunque la tolerancia ha ganado terreno a nivel mundial, aún se registran profundas resistencias. Pero si los 26 millones de filtros de arcoíris en Facebook indican algo, es que los gobiernos ya no pueden darse el lujo de quedarse atrás mientras sus vecinos establecen un nuevo estándar en materia de derechos humanos.