Las víctimas cautivas de la CNTE

Pérdidas económicas en ciudades importantes, atraso educativo en millones de estudiantes, chantajes financieros y usurpación electoral más que educativa: sus antipatías frente a la sociedad.

Norberto Vázquez
Marcha CNTE
Foto: Cuartoscuro

Durante más de 35 años, desde su fundación el 17 de diciembre de 1979, lejos de comportarse como una organización magisterial que vele por los intereses educativos de millones de estudiantes la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) se transformó en un movimiento sociourbano que a cambio de acuerdos político-electorales y de chantajes a la sociedad no solo abusó de los recursos públicos sino que victimizó con sus acciones a millones de alumnos, padres de familia, empresarios y gobernantes.

Para diversos expertos consultados la antipatía social que hoy enfrentan los agremiados de la CNTE ellos mismos la han ido confeccionando, al provocar el hartazgo de la sociedad en diversas urbes clave del país debido a sus intransigentes demandas petitorias anuales de aumento salarial y, por si fuera poco, a la enorme cantidad de pérdida de clases en las aulas, donde han dejado en la indefensión educativa a millones de niños a lo largo de siete lustros en las entidades que ahora registran las mayores carencias pedagógicas: Oaxaca, Guerrero, Michoacán, Chiapas y Veracruz, entre otras.

Además, de acuerdo a estos especialistas, “suena ilógico que la CNTE sea parte de quienes se oponen a la reforma educativa y provienen de estados donde la carencia, la marginación y el atraso limitan el progreso de sus comunidades”.

Por el contrario, aseveran los expertos, no se ve a la calidad de la enseñanza para las nuevas generaciones como la fórmula precisa para salir del atraso en el desarrollo humano de esas entidades.

Modus operandi

Desde 1980, año en que los profesores oaxaqueños de la CNTE iniciaron las suspensiones de labores por tiempo indefinido a la fecha, han egresadocinco generaciones de estudiantes que han dejado inconclusos los contenidos de sus materias debido a los paros y marchas que los docentes realizan en distintos momentos del ciclo escolar, reconocen expertos.

En mayo de ese año, el primer paro laboral de maestros oaxaqueños se prolongó durante más de un mes, dejando a un millón de niños sin clases. En aquel momento la CNTE exigía mejoras salariales.

Susana Gijón es una de las afectadas por esas manifestaciones de inicios de los ochentas. Ahora tiene 34 años y remembra que le tocó vivir un paro magisterial cuando cursaba primero de primaria: “Como en un sueño, recuerdo cómo mi mamá prendía la televisión, porque creo que ahí pasaban las clases. Mi mamá se sentaba conmigo a aprender las lecciones. Mi madre se desesperaba por que yo estuviera sin clases y me imagino que se preocupaba porque perdiera el ciclo escolar”.

Y agrega: “Si algo recuerdo es que teníamos muchas hojas de los libros sin terminar y yo los acababa con la ayuda de mi madre y de unas clases que pasaban por la televisión”.

Hoy Gijón tiene una hija y afirma que “ni loca la envío a una escuela pública, porque a cada momento hay paros laborales”.

A lo largo de estos 36 años, cada mes de mayo los profesores suspenden clases en promedio 40 días y vuelven a las aulas cuando está a punto de concluir el ciclo escolar. Su táctica es la misma y en todo este tiempo que se ha movilizado el magisterio “en lo último que piensan los profesores es en los niños”, afirma por su parte la investigadora de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO),Gloria Zafra, quien se ha especializado en el tema del movimiento magisterial.

Y concluye que la Sección 22 del CNTE “ha demostrado que son un movimiento que intentará seguirá por muchos años; el problema es que tienen que pensar en cambiar su tácticas de lucha sin afectar a la niñez oaxaqueña”.

Oaxaca

Uno de los conflictos que con más repercusiones sociales, políticas y económicas protagonizó la CNTE fue el de Oaxaca en 2006, que según cálculos no oficiales involucró a casi 80 mil maestros.

Ese conflicto dañó sobre todo a la industria sin chimeneas estatal durante casi un año, disminuyendo los ingresos no solo de los grandes hoteles, sino también de los pequeños negocios familiares basados en el turismo.

Esto afectó tanto a Oaxaca como a otros destinos turísticos del sur de México, provocando la pérdida de ingresos por turismo de casi 80% tan solo en aquel año.

Dirigentes empresariales consideran que el problema de 2006 dejó a Oaxaca en la peor crisis económica de su historia, toda vez que se produjo una imagen negativa a nivel nacional e internacional, provocando la caída del turismo, el motor económico y de desarrollo en la entidad.

Nueve años después, en febrero de este 2015, otro millón 300 mil alumnos del sistema de educación pública de Oaxaca fueron afectados por el paro de labores de 72 horas que realizó la CNTE.

La suspensión de trabajo mantuvo cerrados 13 mil 500 centros escolares en las ocho regiones del estado.

Ciudad de México

Otra muestra del vandalismo de la CNTE se dio en 2013 en el Distrito Federal, donde desde el 18 de agosto más de 20 mil maestros provenientes de Oaxaca, Chiapas y Guerrero, principalmente, arribaron al Zócalo capitalino con el propósito de manifestarse contra la reforma educativa, en especial en lo relativo a la Ley del Servicio Profesional Docente, la cual especifica que habrá pruebas de evaluación a las que deberán someterse los profesores.

Desde aquel día las marchas en la capital de la República fueron incesantes y, de acuerdo con la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de la Ciudad de México (Canaco), las protestas dejaron pérdidas económicas por 767 millones de pesos.

Los desmanes se repitieron hace apenas unas semanas, una movilización de docentes implicó que seis mil profesores se plantaran con casas de campaña sobre la avenida Reforma, entre Insurgentes y Bucareli, causando caos vial en la zona.

Durante casi 50 días, maestros inconformes con la reforma educativa propuesta por el gobierno federal colmaron la paciencia de la Ciudad de México.

Comerciantes

En este sentido Guillermo Gazal, presidente de Procentrhico, señala en entrevista que el plantón y las manifestaciones de la CNTE han costado millones de pesos al comercio establecido de la Ciudad de México, además de numerosos daños al mobiliario urbano, por lo que exige dar de baja de inmediato a los maestros que ahora mismo están instalados en plantón en el Monumento a la Revolución.

Gazal dice que no se podrá volver a la normalidad de las clases en el próximo ciclo escolar si se sigue permitiendo que los maestros disidentes vayan de Oaxaca al DF sin ningún control y cobrando sus sueldos íntegros.

El líder empresarial reconoce la acción que el gobierno federal realiza para recuperar la rectoría de la educación en Oaxaca, pero insiste en la urgencia de que los maestros regresen a Oaxaca, retomen sus funciones y se ciñan a las leyes y reglamentos que los regulan, porque de otro modo continuarán las protestas al margen de la ley “como las hemos vivido y sufrido en la ciudad durante los últimos meses”.

Indica que el comercio establecido estará muy atento de las movilizaciones que realicen los integrantes de la CNTE en la Ciudad de México, así como del plantón con el que se han adueñado de la zona poniente de la Plaza de la República.

Fantasmas

También el erario fue saqueado por la CNTE. Una muestra: el último Censo de escuelas, maestros y alumnos de educación básica y normal realizado por el INEGI detectó que en los estados en que domina la CNTE residen 18 mil 79 de un total de 39 mil 222 maestros “fantasma” (el restante 54% pertenece al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, SNTE), es decir, 46% del total que detectó ese padrón.

Se trata de Michoacán, Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Veracruz y el DF, donde la Secretaría de Educación Pública (SEP) no sabe dónde imparten clases los presuntos profesores.

Si se considera que el salario promedio de un maestro es de once mil 300 pesos al mes, en un año se han pagado 443 millones 208 mil 600 pesos a la planta docente, de los que 204 mil millones 292 mil 700 han sido destinados a educadores de esas seis entidades con presencia de la CNTE.

El DF, sede de la Sección 9 de la CNTE, se coloca en el primer lugar de las entidades en las que se han detectado docentes “fantasma”, con seis mil 338 maestros.

Le sigue con tres mil 651 profesores “fantasma” Chiapas, estado en el que los docentes de las secciones 7 y 40 del llamado “bloque democrático” estuvieron en huelga durante 65 días al inicio del más reciente ciclo escolar en rechazo a la reforma educativa.

Guerrero continúa la lista con dos mil 804 maestros de los que no se sabe su ubicación ni la razón por la que siguen cobrando.

Veracruz, entidad con protestas frecuentes contra la reforma educativa, es el siguiente estado en la lista con dos mil 126 profesores que no aparecen.

En Michoacán, donde opera la Sección 18 del magisterio, los encuestadores del INEGI no pudieron localizar a mil 776 maestros.

En Oaxaca, cuna de la Sección 22 de la coordinadora, la más numerosa del país, no pudo ubicar a mil 382 maestros…

Tan solo en estas dos últimas entidades sumaron 13 mil 215 los centros de trabajo donde el INEGI recibió negativas por parte de los maestros para dar información, por lo que la cifra de maestros “fantasma” podría aumentar.

Así, las víctimas indirectas y directas de la CNTE a lo largo de 36 años han sido miles. Las diversas estrategias apegadas a un movimiento de corte urbano, su función política electoral más que magisterial, el hostigamiento económico a ciudades importantes por sus constantes bloqueos y la baja calidad educativa que ofertan, han sido detonante para la antipatía que encuentran por parte de la sociedad.