Las crecientes preocupaciones sobre una desaceleración económica en China sacudieron los mercados en todo el mundo, lo que llevó al mercado bursátil estadounidense a su mayor caída en cerca de 4 años.
El desplome inició en Asia y rápidamente se propagó a Europa, donde azotó los mercados más importantes en Alemania y Francia. En Estados Unidos, la venta inició temprano y nunca amainó.
Los inversionistas se deshicieron de las golpeadas compañías petroleras, así como de Netflix, Apple y otras emisoras predilectas del sector de la tecnología.
El crudo cayó por debajo de los 40 dólares por barril por primera vez desde la crisis financiera, y los bonos del gobierno remontaron debido a que los inversionistas se apresuraban a buscar refugios.
Los mercados bursátiles de Estados Unidos lograron frenar sus pérdidas luego del mediodía, después de haberse desplomado por la mañana en medio de bolsas mundiales atemorizadas por un desplome histórico del mercado de valores de China.
El promedio industrial Dow Jones cayó más de 1,000 puntos en las primeras operaciones y el índice 500 de Standard & Poor cayó en “territorio de corrección”, que es la expresión que se usa para caídas de 10% o más después de un pico reciente. Los bonos del Tesoro subían, pues los inversores trataban de refugiarse en activos menos riesgosos.
A las 13:00 horas, el Dow aminoraba el golpe y retrocedía 127 puntos (0,8% ) a 16.333 unidades, mientras el S&P 500 perdía 19 unidades (1% ) a 1.951. El compuesto Nasdaq perdía 20 puntos (0,4% ) a 4.685 unidades.
China
Pese a los esfuerzos de China por mantener la calma, su bolsa de valores sufrió vaivenes inesperados este verano. La semana pasada el gobierno anunció la devaluación de su moneda.
Lo que ocurre en China incide sobre el resto del mundo y no solamente por ser la segunda economía mundial. La decreciente demanda china ha hecho bajar los precios de materias primas y su sorpresiva devaluación hizo que otros gobiernos hicieran lo mismo, suscitando temores de una posible guerra de divisas.