Brahms: un camino colmado de asombros

Redacción
Todo menos politica
Johannes Brahms
Foto: NTX

Por: Federico González

Eusebio Ruvalcaba. Amigos casi solo de Brahms. Ediciones Monte Carmelo/Universidad Juárez Autónoma de Tabasco. 87 pp.

Quien ha leído a Eusebio Ruvalcaba (Guadalajara, 1951) conoce su devoción por la música y en particular por Johannes Brahms. Ha dedicado páginas —en esta misma revista muchas de ellas—, poemas y cualquier cantidad de palabras al compositor alemán.

Por tanto no sorprende del todo leer un poemario en su honor. Erudito como lo es en la materia y sensible como lo es a la hora de escribir sobre la fragilidad humana, Ruvalcaba tiende un puente con el poder balsámico de música.

Desde luego hay anécdotas y datos biográficos de Brahms en los versos, pero hay en especial una aproximación que se sostiene en la cercanía de quien se deja alcanzar por las notas del artista.

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“Cuando se estrenó el primer concierto para piano y orquesta de Johannes Brahms constituyó un fracaso rotundo. De por sí el compositor se había resistido a que su obra se tocara —como en general se resistía a que se difundiera su música. La gente silbó y arrojó cojines al foro. Brahms se hundió en una tristeza cordial. Al paso del tiempo se le consideraría como uno de los conciertos más bellos en la historia de la música”, recuerda el poeta y traza un poco de la relación con su tiempo.

Habla también de mujeres, en especial de Klara Schumann, y destaca rasgos de su personalidad, como su retraimiento hacia la fama y el reconocimiento.

El reseñista prefiere detenerse, no obstante, en el vínculo vital que solo la música es capaz de establecer con quien la escucha. Ruvalcaba escribe desde el lado del admirador, pero sobre todo de quien siente y sabe que escuchar un quinteto puede cambiar el rumbo del día, por no decir de la vida.

Ruvalcaba escribe sobre Brahms, pero en realidad Amigos casi solo de Brahms es el agradecido canto de quien asume que la música es una experiencia de vida. “¿Por qué Brahms?”, se pregunta el escritor. Él mismo responde: “Porque Brahms es la música vuelta pasión trémula. Porque Brahms representa la isla a la cual todos deseamos llegar, aun los que no estamos extraviados. Porque Brahms hizo del arte de hacer música un camino colmado de asombros… ¿Por qué Brahms? Porque a su lado las cosas no son tan difíciles y nos da tiempo de amar”.

Si por ahí usted engancha con el compositor, bienvenido al gremio. Ayuda bastante, por cierto, intercalar la escucha de algunas de las obras sugeridas por el tapatío con la lectura. Aun así, si no se decanta por el alemán y tiene otros artistas en su altar, no se preocupe, el libro es el emotivo tributo de un hombre a la música y el placer que supone escucharla.

Otros títulos de Eusebio Ruvalcaba son Al servicio de la música, Con olor a Mozart y Con los oídos abiertos.