Histórica visita del Papa Francisco a Cuba

La gira del Pontífice conmemora el 80 aniversario del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y la Santa Sede.

Lorena Ríos
Política
Papa Francisco visita Cuba
Foto: NTX

Cuba abrió sus puertas y se engalanó de pies a cabeza para recibir, del 19 al 22 de septiembre, al tercer Pontífice que pisa sus tierras en las últimas décadas después de Juan Pablo II y Benedicto XVI: con banderillas blancas y amarillas, la emoción y expectativa a flor de piel, miles de cubanos se congregan para recibir al Papa Francisco, quien durante su estancia ofrecerá 8 discursos en los que abordará los temas que le generan mayor preocupación: inmigración, derechos humanos, pobreza, medio ambiente y economía, entre otros.

“Se trata de un acontecimiento extraordinario y memorable”, expone el canciller del país caribeño, Bruno Rodríguez.

Añade que Cuba recibe al Papa Francisco “con aprecio, respeto y hospitalidad” y expone que “hemos trabajado para que la visita sea memorable, que sea una visita como la que merece él por su pontificado, por sus posiciones, que concitan admiración en América Latina y el Caribe, y por ser el primer Papa latinoamericano”.

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Aun cuando Cuba funciona con un sistema socialista, la Santa Sede informa que en la isla caribeña tiene 357 sacerdotes que trabajan para evangelizar a 11.2 millones de cubanos, de los cuales más de seis millones se reconocen como católicos.

Datos de la Arquidiócesis de La Habana indican que en el país existen 650 iglesias, de las que 325 son parroquias. Ante la falta de más templos católicos, en especial en lugares de difícil acceso se cuenta con 2 mil 300 casas de misión; de ellas, 62% funcionan en áreas rurales donde no hay iglesias.

La visita del argentino Jorge Mario Bergoglio ocurre en momentos en que se conmemora el 80 aniversario del reestablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y la Santa Sede y a unos días de los festejos por el día de la Virgen de la Caridad del Cobre, a la que hace un centenar de años los veteranos de la guerra de independencia pidieron se proclamara patrona de Cuba.

También coincide su visita con el proceso de normalización de las relaciones bilaterales entre Estados Unidos y Cuba, en el cual el Vaticano sirvió como mediador.

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“Que Cuba se abra…”

En la agenda del Papa Francisco en la isla destaca una misa multitudinaria en la Plaza de la Revolución en La Habana, al pie del retrato del Che Guevara, el mismo sitio donde hace 17 años Juan pablo II pidió: “Que Cuba se abra al mundo y que el mundo se abra a Cuba”.

La ceremonia de bienvenida tuvo lugar en el Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana, el mismo día del arribo del Santo Padre a la isla, el sábado 19 de septiembre.

El domingo 20 el Papa presidió la misa en la Plaza de la Revolución, además de una visita a presentes Fidel y Raúl Castro.

Posteriormente celebrará con sacerdotes y religiosos en la Catedral de La Habana. Luego tendrá un encuentro con los jóvenes en el Centro Cultural Félix Varela, según informa el director de la Sala de Prensa de la Santa sede, P. Federico Lombardi.

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El lunes 21 de septiembre el jefe de la Iglesia católica visitó Holguín, donde celebró una Eucaristía en la Plaza de la Revolución y presidirá la bendición de la Ciudad de la Loma de la Cruz y Holguín.

Ese mismo día por la tarde viajó a Santiago de Cuba, donde se reunió con los obispos, además de encabezar la oración en el Santuario de la Virgen de la Caridad con los obispos y el séquito papal.

Finalmente, el 22 de septiembre celebrará una misa en el santuario mariano y mantendrá un encuentro con las familias en la Catedral de Santiago de Cuba.

Al mediodía el Papa Francisco partirá rumbo a Estados Unidos, donde permanecerá hasta el 27 de septiembre.

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Religión y derechos humanos

Sobre la visita papal a la isla, monseñor Dionisio García, arzobispo de la ciudad de Santiago de Cuba, destaca que “ahora viene Francisco como misionero de la misericordia, lo cual es una virtud: nos llama a ser compasivos con el hermano. La misericordia se traduce en actos y con su presencia nos llama a aplicarla no solo dentro de la iglesia, sino junto al pueblo”.

García resalta que ya suman 80 años de las relaciones entre el Estado Vaticano y Cuba, en las cuales siempre ha tenido un papel facilitador para las relaciones con el gobierno y en las acciones de la Iglesia en este país, señala.

El Papa Francisco, al viajar a Cuba, sigue el camino trazado en enero de 1998 por Juan Pablo II, de cuya visita el entonces arzobispo Jorge Mario Bergoglio realizó una reflexión en su libro Diálogos entre Juan Pablo II y Fidel Castro, donde el diálogo marca la pauta para lograr los cambios que necesita el país.

Este ensayo, publicado en julio de 1998 por Editorial de Ciencia y Cultura (Argentina), permite conocer la visión del Papa Francisco sobre las necesidades y el papel de la Iglesia en la isla. “La evangelización a través del diálogo no es una actitud asumida en forma improvisada sino por el contrario, Juan Pablo II ha internalizado un esquema racional de diálogo como plan concertado, como método en su misión pastoral”, señala.

Y recuerda que “el papel de la Iglesia, y en especial del Vicario de Cristo, es la de liberar, dialogar y participar para construir la comunión entre los hombres y la Iglesia”.

El Papa Francisco destaca en su ensayo que Juan Pablo II en ese momento ayudó a abrir “el diálogo entre el cristianismo y el marxismo” y reiteró “con firmeza su pedido libertad, dignidad y democracia para el pueblo cubano”.

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Momento histórico

Para Érick Fernández Saldaña, especialista en Relaciones Internacionales de Estados Unidos-América Latina y el Caribe y coordinador de la Licenciatura de Estudios Internacionales de la Universidad Iberoamericana (UIA), “la visita del Santo Padre llama poderosamente la atención por el momento histórico que se vive, es decir, el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba, donde el Papa Francisco ha sido uno de los grandes impulsores en la reanudación del diálogo y para clausurar en forma definitiva la Guerra Fría entre ambas naciones que por 46 años mantuvieron esta dinámica”.

El también doctor en Ciencias Sociales comenta que en el tema de derechos humanos el gesto del gobierno cubano de dar libertad previa a la visita del Papa Francisco a un número importante de presos de las cárceles cubanas, marca las buenas intenciones y el buen gesto del gobierno de La Habana.

“Lo que sería bueno revisar es cuáles son los presos que van a indultar: si se trata de prisioneros políticos o presos que han cometido delitos comunes”, cuestiona.

Lo interesante, subraya, es que el gobierno de Cuba busca “ponerse en sintonía con la visita papal, donde el mensaje es de integración, de buena voluntad y de esperanza en un cortísimo plazo; todo apunta a que buscan estos cambios”.

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Indultos

En efecto, el gobierno de Cuba indultó a 3 mil 522 presos, la mayor cifra desde la Revolución de 1959, como gesto de buena voluntad hacia el arribo del Sumo Pontífice y medida recibida con “profunda satisfacción” por la Iglesia católica.

En el diario oficial Granma se dio a conocer que el Consejo de Estado de la República de Cuba (máximo órgano del gobierno), en ocasión de la visita del Papa Francisco y al igual que aconteció cuando visitaron la isla Juan Pablo II y Benedicto XVI, acordó indultar a esos sancionados.

Entre los indultados destacan personas con más de 60 años, jóvenes menores de 20 sin antecedentes penales, enfermos crónicos, mujeres, varios que arribarían al término establecido para la libertad condicional en 2016, así como extranjeros, siempre que el país de origen garantice su repatriación, señala el diario.

En Cuba oficialmente no hay presos políticos desde que el gobierno liberó a casi 130 reclusos en 2010 y 2011 por mediación de la Iglesia, incluidos los últimos 52 de los 75 disidentes condenados en 2003.

En el caso de los indultados extranjeros la cancillería cubana coordinará su liberación y repatriación con las respectivas embajadas, informa Granma.

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Papa diplomático

La trascendencia de los oficios desplegados por la diplomacia del Vaticano durante el actual pontificado del Papa Francisco queda de manifiesto en la intermediación que realizó para que Estados Unidos y Cuba pusieran fin a 54 años de suspensión de relaciones diplomáticas y con ello terminaran con uno de los últimos resabios que aún perduraban de la Guerra Fría.

En diciembre de 2014 el presidente Barack Obama anunció que Estados Unidos y Cuba habían llegado a un acuerdo para abrir sus respectivas embajadas en Washington y La Habana, lo que ocurrió el 20 de julio del presente año, cuando de manera formal se reanudaron las relaciones diplomáticas.

La bandera cubana volvió a ondear en el Departamento de Estado en Washington, en tanto que en La Habana la sección de intereses estadunidenses se convirtió en embajada de pleno poder.

Para que este suceso histórico llegara a buen puerto fue determinante el papel desempeñado por el Sumo Pontífice, ya que la Iglesia católica fungió como intermediario en las negociaciones discretas y secretas que mantuvieron altos funcionarios de Estados Unidos y Cuba durante varios meses.

Y si bien el presidente Barack Obama reconoció que la política aplicada por Estados Unidos en la isla para provocar cambios mediante el aislamiento y el embargo había fracasado, la eficaz intermediación vaticana permitió que ambos gobiernos vencieran las últimas reservas que les impedían superar sus diferencias históricas.

No obstante que siguen pendientes otros temas, como el embargo comercial que mantiene Estados Unidos contra Cuba —el cual solo puede ser cancelado por el Congreso norteamericano, lo que rechazan legisladores republicanos y algunos demócratas—, la perspectiva ahora es diferente respecto de la posibilidad de nuevos acuerdos entre las dos naciones en temas como derechos humanos, compensación por bienes estadunidenses confiscados por Cuba o los daños causados a la isla por el embargo.

Buenos oficios

El éxito diplomático más importante en los últimos 25 años en el continente americano fue posible en su etapa final gracias precisamente a la persistencia y buenos oficios de la Santa Sede, ya que fue en las propias salas del Estado Vaticano donde se logró un avance más rápido de las conversaciones.

El Papa Francisco tomó la iniciativa de enviar cartas a los presidentes Barack Obama y Raúl Castro, en las que los invitó a llegar a un buen puerto, más allá del intercambio de prisioneros, y poner de su parte para el progreso de la relación bilateral que se encontraba suspendida desde 1961.

En medio de una discreción absoluta, en octubre del año pasado la reunión más importante tuvo lugar en la Santa Sede, a la que acudieron representantes de los dos países y donde se fijaron los pasos a seguir para el restablecimiento de las relaciones diplomáticas.

Para los analistas, el desempeño del Papa Francisco resultó crucial para destrabar puntos en los que se mantenían empantanados los negociadores, como era la liberación de prisioneros que habían sido juzgados por espionaje.

Autoridad moral

El anuncio de los presidentes Obama y Castro sobre el restablecimiento de relaciones diplomáticas después de varios meses de negociaciones sorprendió al mundo en diciembre de 2014: un suceso histórico en el que el Papa Francisco desempeñó un rol principal en uno de los últimos rescoldos de la Guerra Fría que quedaban en el mundo.

El liderazgo internacional que tiene el Papa Francisco es reconocido por el presidente Barack Obama, quien afirma: “Él nos desafía. El Papa nos pone ante los ojos el peligro de acostumbrarnos a la desigualdad. Y su autoridad moral hace que sus palabras cuenten. Con una sola frase, él puede focalizar la atención del planeta”.

En un comunicado difundido el 17 de diciembre de 2014 por el Estado Vaticano, el Papa “se complace vivamente por la histórica decisión de los gobiernos de Estados Unidos y de Cuba de establecer relaciones diplomáticas, con el fin de superar, por el interés de los respectivos ciudadanos, las dificultades que han marcado su historia reciente”.

El comunicado refirió que “en el curso de los últimos meses, el Santo Padre Francisco ha escrito al presidente de la República de Cuba, el excelentísimo señor Raúl Castro, y al presidente de Estados Unidos, el excelentísimo señor Barack Obama, invitándoles a resolver cuestiones humanitarias de común interés, como la situación de algunos detenidos, para dar inicio a una nueva fase de las relaciones entre las dos partes”.

Y añadió que La Santa Sede, acogiendo en el Vaticano en el mes octubre a las delegaciones de los dos países, “ha querido ofrecer sus buenos oficios para favorecer un diálogo constructivo sobre temas delicados, del que han surgido soluciones satisfactorias para ambas partes”.

Adelantó además que “continuará apoyando las iniciativas que las dos naciones emprenderán para acrecentar sus relaciones bilaterales y favorecer el bienestar de sus respectivos ciudadanos”.

Ante la ONU

Érick Fernández, profesor de la Universidad Iberoameriana, destaca en tanto que el Papa fue el gran impulsor de las negociaciones, lo que adquiere una gran importancia por cerrar y clausurar “este momento definitivo de la Guerra Fría entre ambos países, que por más de 54 años se mantuvo presente en la dinámica bilateral y en la estructura internacional”.

De la primera visita que el Papa Francisco realizará a Estados Unidos (del 23 al 28 de septiembre), el internacionalista de la UIA refiere que tendrá encuentros no solo con la feligresía familiar, ya que el 25 de septiembre acudirá a la sede de la Organización de Naciones Unidas en Nueva York para dirigir un discurso a la Asamblea Nacional.

“El discurso, que tiene que ver con la protección del planeta, es el más importante que pronunciará y del que debemos estar pendientes. El tema ha sido parte de la Encíclica del Papa Francisco, y qué mejor que esta gran tribuna mundial que es la Asamblea General de la ONU para insistir en él”, concluye.

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