Tin Tan: el pachuco y su habla

A 100 años de su nacimiento, la figura de Germán Valdés Tin Tan sigue despertando tanto interés como curiosidad.

Hector González
Todo menos politica
Tin Tan
Foto: Esparta Palma/Creative Commons

Una anécdota que resume la mítica atmósfera del actor y cantante mexicano es la referida a su supuesta invitación a aparecer en la portada del Sargent Pepper’s Lonely Hearts Club Band, de The Beatles.

Cuenta la leyenda que el artista de Ciudad Juárez habría sido invitado a aparecer en dicha foto. En principio, el cómico aceptó feliz, pero ante la presencia de figuras como Gandhi, Hitler o Jesucristo prefirió declinar la convocatoria y en su lugar envió un candelabro mexicano visible en la carátula del disco.


La certeza de la historia es difícil de comprobar, pero lo cierto es que mientras unos la dan por buena, otros la cuestionan.

Más fácil de corroborar es la polémica suscitada por el actor de Calabacitas tiernas, El rey del barrio o Simbad, el mareado, en los circuitos culturales e intelectuales por su uso del slang y el espanglish.

La periodista Paula Brook publicó en 1950, dentro de la revista México Cinema, un artículo donde criticó su forma de usar el vocabulario: “Es verdaderamente lamentable el género del pachuco apochado y antimexicano que no solo es ordinario, sino que parece complacerse en serlo. Lépera es su forma de hablar y de moverse y hasta de estarse quieto, puesto que son léperas también sus actitudes”.

Salvador Novo, por su parte, tenía opiniones encontradas sobre el cómico. Por un lado aseguró que distorsionaba el lenguaje y, por otro, reconoció que Cantinflas era “la subconsciencia de México y Tin Tan la incómoda conciencia”.

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¿Renovador del idioma?

El crítico de cine Rafael Aviña, autor del libro Aquí está su pachucote… ¡Noooo! Biografía narrativa de Germán Valdés (Conaculta), revisa la trascendencia del histrión: “El mejor homenaje es el hecho de que los jóvenes usen camisetas con su imagen. ¿Cuándo hemos visto que alguien traiga camisetas de algún actor o deportista? En el caso de Tin Tan es algo maravilloso”.

Sobre su lenguaje añade que “el uso de la tatacha y el espanglish ya era un acto de rebeldía en un momento en el que eso era atacado por personalidades como Salvador Novo, quien después se hizo su amigo porque se dio cuenta de que era un tipo inteligente, brillante y espontáneo”.

Lauro Zavala, escritor, académico y crítico de cine, define como divertida, ingeniosa y sintomática del clima de la época a la cultura chicana.

“Tin Tan improvisaba, y eso le dio a su forma de hablar un valor aún mayor como registro de la creatividad verbal en lengua española”.

Subraya que sus juegos lingüísticos obedecían a una notable imaginación y que su trabajo solo es comparable al realizado varias décadas después por el grupo musical argentino Les Luthiers.

“Tin Tan exploró casi todos los juegos de palabras y jugó con casi todos los registros de la música popular”.

José Molina Ayala, académico del Centro de Estudios Clásicos del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM, advierte que hablar de un personaje como Tin Tan implica complejidad.

“Sería falso, por limitado y estrecho, caracterizarlo simplemente como pachuco. No que no lo haya sido, pero fue muchas otras cosas más: encarnó muchos personajes, manejaba distintos registros, desarrolló diversas habilidades y toda esa multiplicidad está patente en su lenguaje. Entonces, su modo de hablar es a un tiempo frívolo y serio; ágil, cómico, picante; a veces procaz, brillante, sagaz, inteligente, astuto, chispeante, explosivo…”

El investigador celebra lo novedoso y amplio de su vocabulario.

“El idioma es mucho más complejo que el solo significado de las palabras: el tono, el volumen, la onomatopeya, chasquidos de lengua, cloqueos, ruidos bucales hacían funcional y productiva el habla del comediante”.

Sobre la controversia que despertó durante los cuarentas y cincuentas entre los intelectuales, Molina Ayala asevera que el idioma no puede encasillarse.

“Tin Tan creaba palabras y hacía más efectiva la comunicación. Para él el idioma era un instrumento de sus objetivos y no un límite para su arte. Convergen en sus guiones la música, los juegos de palabras, la actuación, la farsa, la sátira, la crítica a la sociedad y al gobierno, todo revestido de la gracia de un rompecabezas idiomático que escuchamos armarse y destruirse ante nosotros. Todos entienden, todos ríen, pero pocos sabrían reconstruirlo”. tintan1.jpg

En respuesta a los cuestionamientos esgrimidos por gente como Novo, Lauro Zavala sostiene que enriqueció el idioma con mayor amplitud que los más reconocidos poetas, quienes raramente exploran sus posibilidades fonéticas, semánticas y musicales.

“Ya han trascurrido casi 100 años desde que Tin Tan participó en las películas de la Época de Oro y su espontaneidad al actuar y hablar es cada día más próxima a nosotros. Su personalidad es anticanónica. Es un personaje relajiento y genuino. Un estupendo ejemplo de lo que Jorge Portilla llamó la fenomenología del relajo”.

Durante la carrera del intérprete abundan parlamentos como: “Bendito el árbol de donde sacaron la madera con el que hicieron el mango del martillo con el que clavaron la cuna donde te mecieron y ¡olé!” Frases que implican continuas vueltas de tuerca a la hora de expresar una idea.

Sin la complicidad de realizadores como Gilberto Martínez Solares, Chano Ureta, Ismael Rodríguez, René Cardona o Humberto Gómez Landero sería imposible entender el desarrollo del personaje.

“Más allá de si todo lo que decía era objeto o no de su capacidad de improvisación, es verdad que ayudó a varios estratos de la sociedad mexicana del siglo XX a reconocerse en la caricatura de sí mismos; refleja un modo de hablar que lucha por urbanizarse, por aparecer y salir; es un modo de hablar que persigue, a tropezones a veces, ser moderno, actual e incorporar la idiosincrasia de los muchos agentes que confluían en el México de la segunda mitad del siglo XX”, explica Molina Ayala.
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Uno de los ataques más punzantes en su contra brotó de la pluma de José Vasconcelos: quien fuera secretario de Educación Pública y autor de Ulises criollo, se refirió a él como un “peligroso artista por deformar el idioma y la imagen del mexicano”.

Frente a este tipo de argumentos Lauro Zavala revira y apunta que gracias a personajes como Tin Tan el lenguaje se enriquece. De otra manera se anquilosa, se repite, se petrifica, se vuelve “una estatua de sal”.

En el lenguaje es el habla lo que determina la norma y no la norma la que determina cómo hablamos y nos comunicamos, añade Zavala:

“Roland Barthes decía que el lenguaje, con sus normas lingüísticas, impone un orden fascista, y el espacio donde podemos escapar de esas normas se llama literatura. En este sentido, el habla de Tin Tan es una forma de poesía popular, espontánea, comunicativa, que es la más importante que hay y a la que aspiran todas las voces poéticas”.

José Molina Ayala va más allá y propone que así como existe el verbo “cantinflear”, debería existir “tintanear”: “Mientras que ‘cantinflear’ lo define el Diccionario de la Lengua como ‘hablar de forma disparatada e incongruente y sin decir nada’, probablemente ‘tintanear’ podría definirse como ‘expresar todo usando todos los recursos’. Un personaje como Tin Tan hace ver cómo el lenguaje a veces no basta para decir todo lo que se quiere decir; y Germán Valdés hace ver cómo el lenguaje puede ser estrecho y necesita ser ampliado en muchas direcciones, no solo léxicas”.

A manera de balance, Lauro Zavala asegura que el mayor legado de Germán Valdés reposa en su lenguaje, puesto que aportó un caudal de términos específicos, expresiones frásticas y giros verbales, además de numerosas entonaciones particulares acompañadas de una gestualidad histriónica y modulaciones a veces sorprendentes.

“Están por ser estudiadas estas variaciones, si bien alguien publicó recientemente una compilación con más de 500 términos acuñados por Tin Tan, a la que llamó un Trompabulario. Hablar sobre el lenguaje verbal de Tin Tan es hablar sobre lo mejor del ingenio regional. Tin Tan, como Juan Rulfo o Pablo Neruda, es universal porque es vernáculo”.