VW: rendija al infierno

La Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales identificó a 39 mil 840 automóviles que podrían haber sido “truqueados”. 

Alberto Barranco
Columnas
VW: rendija al infierno
Foto: AP

La rendija que le abrió el infierno a la empresa alemana Volkswagen se descubrió casi por casualidad. A solicitud de una organización no gubernamental, denominada Consejo Internacional de Transporte Limpio, el Centro de Emisiones de la Universidad de Virginia realizó una serie de pruebas a tres tipos de vehículos, entre ellos dos de la empresa teutona.

Los focos rojos se encendieron al descubrir que uno de los automóviles a diésel emitía 40 veces más óxido que nitrógeno.

Al escándalo, cuya magnitud podría colocar en entredicho a la firma, se pidió una revisión adicional por parte de la Agencia Ambiental de Estados Unidos, quien ratificaría a la letra la violación a las leyes ambientales.

La empresa había alterado un software para señalar artificialmente niveles acordes con la norma.

Llamados a cuentas los directivos de la compañía, la presión los obligó a confesar el truco, la trampa, la tranza, provocando un alud de proporciones aún inciertas.

El prestigio de décadas derrumbado por una ONG de 67 empleados. David derrotando a Goliat… con 590 mil en la nómina global.

La compañía multinacional había engañado a 11 millones de compradores de sus vehículos, en lo que pasó de ser un problema de ética al delito de fraude.

Crujidos los cimientos, resquebrajada la estructura, el presidente de la firma lanzó un mea culpa antes de presentar su renuncia… mientras el precio de las acciones se metía al tobogán.

Carambola

El coloso con ventas por 200 mil millones de euros al año arrastraba en la carambola a prácticamente todas sus filiales del planeta.

En México la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales identificó a 39 mil 840 automóviles comercializados de 2009 a 2015 cuyos motores a diésel podrían haber sido “truqueados”, lo que le abriría la puerta a la Procuraduría Federal de Protección al Consumidor para plantear una demanda colectiva.

La indagación la realiza el Instituto Mexicano del Petróleo.

El mal paso de Volkswagen provoca más de una carambola. De entrada afectará el volumen de las exportaciones de vehículos a Estados Unidos, cuya participación de la empresa es de 15 por ciento.

Más allá, cerrado prácticamente el mercado del país del norte a sus modelos y sembrada la desconfianza en México, es evidente que su planta ubicada en Cuautlancingo, Puebla, disminuirá sensiblemente la producción, con la consiguiente afectación al empleo.

La posibilidad de despidos en una planta laboral de 16 mil empleados está latente, aunque pudiera darse el caso que la compañía negociará con el sindicato paros técnicos, suspensión de turnos, jornadas escalonadas…

En paralelo, se colocó en entredicho la posibilidad de una inversión de mil millones de dólares que preparaba la empresa para construir capacidad instalada con miras a producir camionetas modelo Tiguan.

Y si le seguimos, se coloca en duda un proyecto para lo que sería una ciudad industrial en la región, cuyo eje sería una planta para producir vehículos Audi.

El truco que despertó a los demonios.