Entre escritores te veas

El autor reconoce que su libro es un anecdotario y como tal es ameno y divertido.

Redacción
Todo menos politica
Entre escritores
Foto: Soulhunter/Creative Commons

Por: Federico González

Julián Moreiro. Escritores a la greña. Envidias, enemistades y trifulcas literarias. Edaf. 258 pp.

Quien esté libre de morbo que tire la primera piedra… y que cambie de página. Vamos a la víscera y dejemos de lado el intelecto. Bajemos a los escritores del pedestal de hombres ejemplares e impolutos. Son tan humanos como usted o como yo, padecen envidias, celos y odios. No son siempre monumentos del civismo y, como usted o como yo, a veces son capaces de soltar dos tres ganchos, al menos verbales.

Los escritores desayunan egos revueltos”, comentó alguna vez el periodista Juan Cruz. Algunas de sus riñas son épicas. Quizá la más famosa en nuestro idioma tuvo por adversarios a Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez. Pero no es la única. Octavio Paz abrió varios flancos. Uno de los más atormentados fue con su esposa, Elena Garro. Uno de los más divertidos tuvo como contraparte a Carlos Monsiváis. A decir del Nobel mexicano el cronista no era un hombre de ideas sino de ocurrencias; en cambio, para el autor de Días de guardar Paz “no exponía ideas sino recetas”.

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Lágrimas y risas

Un desfile de estos sainetes es compilado por el español Julián Moreiro en Escritores de la greña. El investigador no se da golpes de pecho y tampoco presume un tratado sobre la envidia, el ego y el arte, etcétera. Sin falsa modestia reconoce que su libro es un anecdotario y como tal es ameno y divertido.

Sin convertirse en juez y parte, colecciona rivalidades y enfrentamientos. Algunos son más o menos conocidos. Por ejemplo, el desdén de Luis Buñuel a Salvador Dalí y a Luis Cernuda; el irascible carácter de Juan Ramón Jiménez y sus ácidos cuestionamientos a Rafael Alberti; o la descalificación al peruano Alfredo Bryce Echenique por parte de sus colegas debido a las acusaciones de plagio.

Otros cosecharon menos reflectores, pero igual son entretenidos. Por ejemplo, los tet a tet entre Antonio Muñoz Molina y Javier Marías, duelo de avezados esgrimistas que empezó cuando el primero fustigó una película de Quentin Tarantino; o los de Ernesto Sabato con Borges primero y después con Adolfo Bioy Casares.

Moreiro apela al morbo y un poco al chisme, que no quepa duda. Pero, ¿qué hay de malo en ello? Su libro es un suculento divertimento al que una vez dentro es difícil resistirse.

Otros libros de Julián Moreiro son La codorniz y Españoles excesivos.

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