Problemas de crecimiento

Desde la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte las recuperaciones económicas en México han provenido del sector externo

Sergio Sarmiento
Columnas
Economía mexicana
Foto: NTX

El INEGI ha ratificado el dato de que la economía mexicana creció 2.5% en 2015. Es mucho menos de lo que podría esperarse para un país con el potencial de México. Es mucho menos también que aquel 6% al año que prometió el propio presidente Enrique Peña Nieto cuando era candidato, aunque quizá no es un mal resultado ante la frágil situación internacional.

El presidente se vanaglorió de que en sus tres primeros años de gobierno se ha acumulado un crecimiento de 6%. Pero esto es solo 2% al año, que no es más que el decepcionante promedio que hemos tenido en las últimas tres décadas y que el propio Peña Nieto consideró como inaceptable cuando era candidato.

La caída en los precios del petróleo y de otras materias primas ha sido parcialmente responsable del escaso crecimiento económico de estos últimos años, o por lo menos en 2014 y 2015, ya que la desaceleración empezó en 2013 cuando todavía los precios alcanzaban los 100 dólares por barril.

En 2015, de no haberse registrado una caída tan abrupta de las cotizaciones del petróleo y de otros productos, la tasa de crecimiento de la economía habría sido superior a 3 por ciento.

Desde la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte las recuperaciones económicas en México han provenido siempre del sector externo. Pero hoy la situación es completamente distinta. El sector externo está cayendo de forma muy importante. Las exportaciones petroleras descendieron 45% en 2015. En contraste, el consumo interno se está expandiendo a tasas mucho más razonables, superiores incluso a 4 por ciento.

Esta recuperación es sorprendente porque en 2014 el consumo interno tuvo un raquítico crecimiento. Pero en 2014 el gobierno impuso un fuerte aumento de impuestos, tanto al consumo como a la renta, que incidió fuertemente sobre el consumo. Las cifras de 2015 nos demuestran que los consumidores han logrado recuperarse ya del golpe que la propia autoridad les propinó en 2014.

Complicaciones

La gran pregunta es cómo pasar de la actual tasa de 2.5% al año a cifras de 4% o más. Algunas de las reformas estructurales que se han aprobado en este sexenio son correctas. Es el caso de la apertura energética que permite una mayor inversión en energía, o de la reforma financiera, que ha promovido una expansión del crédito por arriba de la economía. Se necesita todavía una reforma fiscal, no que suba impuestos como se hizo en el2014 sino que baje tasas, facilite el pago y amplíe la base de contribuyentes.

Muchas de las reformas para impulsar un mayor crecimiento ni siquiera tienen que pasar por un Congreso de la Unión siempre empeñado en complicar los procedimientos y en proteger privilegios. Muchos procedimientos burocráticos en nuestro país son extraordinariamente tortuosos. El gobierno debería estar dedicado a identificar estas complicaciones burocráticas para eliminarlas.

El gobierno de Enrique Peña Nieto ha enfrentado dificultades en el mercado externo que no previó. Era difícil en 2012 o 2013 pronosticar lo que iba a ocurrir con los precios del petróleo. Pero todos los gobiernos han enfrentado problemas externos de un tipo u otro y han tenido que salir adelante a pesar de eso. Muchos de los problemas externos, por otra parte, son incrementados por malas decisiones internas.

El gobierno de Peña Nieto, por ejemplo, elevó los impuestos a la extracción minera en 2014. Pensó que los altos precios se mantendrían por siempre. Hoy estamos viendo un desplome de la producción minera en el país.

Al final los ciudadanos siempre pagamos el costo de los pecados del gobierno.